Archive for Octubre, 2012

Yo soñé con Sylvia Kristel

Jueves, Octubre 18th, 2012

Yo soñé con Sylvia Kristel, con Laura Gemser, con Corinne Clery, con Teresa Ann Savoy y con alguna más de cuyo nombre ahora no me acuerdo cuando el cine erótico era un género que aún hacía sombra al pornográfico.

Es verdad que las películas que protagonizaron no han pasado la prueba del tiempo y que si argo producen hoy es más que placer una risa por su esteticismo roñoso y en ocasiones ridículo.

Pero todas esas cintas con pretensiones de autor (Just Jaeckin, Tinto Brass, el hoy incorrectísimo David Hamilton; el excesivo Walerian Borowczyk y el festivo y pequeño burgués Max Pecas) contribuyeron a hacerle más feliz la adolescencia de quien les escribe.

Las razones son obvias, supongo.

Eran tiempos donde todos esos títulos eran codiciadas piezas de culto. Más para una generación a la que se le vedaba contemplar aquellas codiciadas piezas que, por esta misma razón, se transformaron en objeto de culto.

Un culto en el que nos iniciamos a través de revistas que levantaban algo más que nuestra moral y en el que no importaba lo que se dijera sino lo que se mostrara.

Y lo que mostraba eran señoras desnudas mucho tiempo antes de que en España se produjera otro fenómeno que marcó a mi generación: el destape.

Yo aún recuerdo el impacto que me produjo ver en el cine Delta –y es que la primera vez nunca se olvida– Yo soy ninfómana, de Max Pecas.

Volví a ver la cinta hace unos años y todavía me pregunto como fui capaz de aguantar ese ladrillazo

Bueno, no es exacto. Sí que entiendo el porqué aguanté lo que ahora me parece un ladrillazo.

Estando en el colegio, y antes de que se impusiera la moda de un juego que se llamaba el brilé en el que chicos y chicas socializábamos tirándonos un balón –curiosa metáfora para explicar cómo nos enseñaron a mezclarnos a aquella pandilla de salvajes sin distinción de sexo–; en los corrillos que se formaban entre los amigos enterados y los que deseaban ser igual de enterados se hablaba, entre otras cosas, de películas tabú.

Y de entre esas películas tabú siempre se insistía en cuatro títulos que a partir de ese día prometí que tenía que ver.

Si mereció o no la pena es otra historia.

1) El último tango en París (Bernardo Bertolucci, 1972).

Los enterados que decían haberla visto hablaban de la famosa escena de la mantequilla.

- ¿Pero que coño es la escena de la mantequilla?.- preguntaba uno mosqueado.

Lo enterados no daban demasiada información…

Tiempo después vi El último tango en París y por fin me enteré de lo que se hacía con la puñetera mantequilla…  

2) Salón Kitty (Tinto Brass, 1976)

Tinto Brass dirigiría años más tarde la película erótica más cara de la historia del cine: Calígula. Una película, Calígula, cuyas escenas más tórridas la co-dirigió Bob Guccione, fundador de la revista Penthouse. Salón Kitty mezclaba sexo y estética nazi, y prometía ir un poco más lejos que Portero de noche (Lilliana Cavani, 1974), que se había rodado dos años antes y que dio origen a un subgénero dentro del cine erótico al que ya se había adelantado el cineasta estadounidense Don Edmonds con Ilsa, la loba de la SS, cine extremo para la época que dio lugar a dos películas más, ya sin temática nazi pero sí sadomasoquista como Ilsa, la hiena del haren e Ilsa, la tigresa de Siberia, protagonizadas por esa formidable  dominatrix –¡veinte premios Nobel!– llamada Dyanne Thorne.

3) Historia de O (Just Jaeckin, 1975)

Basada en la novela de la escritora francesa Pauline Réage (pseudónimo de Dominique Aury, nacida Anne Desclos) no es otra cosa que una fantasía sádica y de dominación nacida en la calenturienta y festiva cabeza de una señorita de provincias.

La cuarta película de la que hablábamos y hablábamos y que nos quitaba el sueño:

4) Emmanuelle (Just Jaeckin, 1974)

Ahhhh, Emmanuelle.

Ahhh, Emmanuelle que debes estar en los cielos.

Ahhh Emmanuelle que serás siempre, con permiso de Guido Crepax, Sylvia Kristel.

La actriz que encarnó al personaje en ésta y sucesivas secuelas al personaje literario nacido de la pluma de Emmanuelle Arsan y que se anticipó en tiempo y lugar a Erika Leonard James y su revival erótico para todos los públicos con Cincuenta sombras de Grey.

Muere un mito erótico, rezan los titulares que leo sobre la muerte de la Kristel.

Una señora de delicada y turbadora belleza que terminó siendo devorada por su personaje. Aquel que disparó la imaginación de lo que se puede hacer en un avión.

Leo la vida de la modelo y actriz.

Repleta de detalles escabrosos que los encargados en redactar obituarios destacan como si con eso quisieran justificar las razones que la llevaron a convertirse en un mito erótico del que apenas sacó partido salvo resacas de alcohol y cocaína.

Y me indigna la falta de respeto hacia una mujer que fue capaz –resulte hoy cursi y gastado lo que hizo– de levantarle la moral a una chavalada de la que me siento muy orgulloso de pertenecer.

Emmanuelle la vi en la casa de un amigo.

Concretamente en la azotea mientras un proyector nos revelaba fragmentos –solo fragmentos– en una sábana que agitaba el viento de la noche…

Aún recuerdo aquella sesión.

A mi amigo pegado a la puerta para avisarnos por si venían sus padres mientras el resto de los iniciados permancíamos con la mirada fija en aquella pantalla que se ondulaba por los caprichos de la brisa nocturna…

Momento que se rompió cuando alguien exclamó ahhh.

Y que otros secundamos con otro ahhh.

La sábana que hacía de pantalla mientras tanto se movía por el viento de la noche.

Saludos, fantasías animadas de ayer y hoy, desde este lado del ordenador.

Palabra de Chester Himes

Miércoles, Octubre 17th, 2012

“Comencé a escribir en la prisión. Eso me protegió de los convictos negros y de los carceleros. Los convictos negros tenían un respeto instintivo, e incluso miedo, por alguien que pudiera sentarse a escribir a máquina y cuyo nombre apareciera en los periódicos y revistas. Los carceleros no podían tocar a quien pensaban era una figura pública.”

(Chester Himes, The quality of hurt).

Saludos, junto a Sepulturero Jones y Ataúd Ed Johnson, desde este lado del ordenador.

Cualquier parecido con la realidad…

Martes, Octubre 16th, 2012

Querida Inés,

Supe desde un principio que no te olvidarías de nosotros. Así que imagina lo contento que estoy.

Premias, soy consciente, nuestra larga y ardua labor como gestores de eso que llaman cultura.

Y ahora que la cultural no va a tirar de los presupuestos que anualmente se repartía entre sus honorables servidores has buscado una salida para unos y otros. Es decir, los que todavía viven de la cultura en el ámbito privado y público a través de ese fabuloso invento que será el Consejo Canario cuyo parto –descuida– resultará  indoloro las primeras semanas del próximo año.

Todo con el fin, querida Inés, de que continuemos haciendo lo que mejor sabemos hacer: administrar el dinero público –ahora escaso, somos conscientes– con el que poder continuar viviendo sin hacer nada. Solo que el cuento se acabó, aunque nadie va a protestar en estas islas con tan poca memoria, afortunadamente.

Se me hace la boca agua cuando pienso en los almuerzos que compartiremos. Conozco algunos excelentes restaurantes en las dos capitales canarias. No son caros ni excéntricos como los de antaño, aunque sí he procurado que pasen del término medio porque debemos cuidar de nuestros estómagos y sobre todo de nuestros hígados… Tú ya me entiendes…

En cuanto a los viajes doy por hecho que correrán a cargo del erario público, pero no te preocupes en pagarme la estancia porque probablemente me quede en casa de un buen amigo cuando toque reunirnos en Santa Cruz de Tenerife o en Las Palmas de Gran Canaria.

No sé Inés, la verdad, para qué demonios servirá esto del Consejo, pero me parece muy bien como has vendido el invento. Yo ya estoy dando aviso a los pocos que quedamos para que se vayan poniendo las pilas y trabajen. No demasiado, que ya los conoces.

No sabes lo emocionado que estoy. Cuento los días para nuestro próximo encuentro, que será este miércoles, 17 de octubre.

Te prometo que iré con mis mejores galas y la lección bien aprendida.

Ya sabes, no abrir la boca, poner mirada interesante y pensar que, pese a la crisis, voy a continuar viviendo –ahora más que nunca– sin hacer nada.

Porque… ¿Me concederás el próximo baile, verdad Inés?

No te olvides de mí.

Piensa en quien te escribe cuando selecciones a los diez empresarios privados del sector que han vivido hasta ahora haciendo, y dándole siempre gracias, a la gestión pública…

El Consejo Canario, Inés, necesita gente como yo.

Te quiere

Uno de los diez…

Saludos, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, desde este lado del ordenador.

‘Sin otra luz y guía’, de Juan Noyes Kuehn

Lunes, Octubre 15th, 2012

El Espacio Cultural CajaCanarias de Santa Cruz de Tenerife acoge este martes 16 de octubre, a las 20 horas, y en el marco de la programación del Otoño Cultural, la presentación del libro Sin otra luz y guía, de Juan Noyes Kuehn, filólogo y profesor.  El poemario fue galardonado con el Premio de Poesía Pedro García Cabrera que convoca CajaCanarias, en la edición del pasado año 2011.

El trabajo premiado es, en palabras del autor, “un redescubrimiento de la palabra que se encarna de otro modo en el camino de vuelta; un regreso a un lugar que es, al mismo tiempo, su casa y no lo es, la Isla; un espacio ultraperiférico del lenguaje, la pasión eucarística del verbo”.

 Juan-Noyes Kuehn Cole, alias Chantri, nació en Chicago en 1952 y vivió sus años formativos en Las Palmas de Gran Canaria. A los 19 años inició el camino hacia fuera del vagamundos, ese que aspiraba a la poesía, residiendo largos años entre Puerto de Sagunto y Valencia. En 2007 regresó a la isla y desde entonces compagina su actividad literaria con la docencia de lengua inglesa en la Escuela Oficial de Idiomas de la capital grancanaria.

Ha publicado dos libros de poesía: A un pueblo sin aurora (Santa Cruz de Tenerife, 1980) y Lógica volcánica (Sagunto, Valencia, 1997), y varios de sus trabajos han sido incluidos en antologías literarias.

Saludos, un lunes, desde este lado del ordenador.

¿Qué pensó Baumgartner al borde del abismo?

Domingo, Octubre 14th, 2012

Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti.” (Nietzche)

TIGRES DE PAPEL

Le dan el premio Nobel de Literatura a un chino y se arma la gorda. Se arma la gorda porque aquí, en España, casi nadie conoce al chino, un tal Mo Yan. Leo opiniones diversas sobre el Nobel y el chino ganador. Y mientras repaso en el disco duro de mi memoria a cuántos escritores chinos habré leído en mi vida, solo recuerdo a Mao Zedong/Mao Tse-Tung, que no era buen escritor aunque sí que vendió uno de sus libros, el Libro Rojo, por esas tierras del mundo e incluso hizo que los imbéciles maoístas a los que tuve la desgracia de conocer cuando era apenas un adolescente defendieran algo tan indefendible como fue eso que se conoció como revolución cultural. Parafraseando a Mao: tigres de papel. No he leído muchos premios Nobel, por lo que no me rompo las vestiduras si se lo conceden a uno o a otro. O a una y a otra. Pero creo que sí hicieron justicia cuando se lo entregaron a John Steinbeck, de quien ahora leo un apasionante libro de viajes: Por el mar de Cortés.  

A UN PASO DEL VACÍO

Leo todo lo que se publica sobre el salto estratosférico de Felix Baumgartner. Y no me canso de ver el momento en que el hombre da el último paso para lanzarse al vacío enfundado en su traje de astronauta. Me pregunto que tuvo que pensar desde esa altura, así como lo que le pasó por la cabeza mientras rompía la barrera del sonido que siempre he imaginado como un grito horrendo que se quiebra y deja paso a un alarmante silencio. Baumgartner aterriza en la superficie desértica de Roswell, Nuevo Méjico, tras alcanzar una velocidad de vértigo: 1.137 kilómetros por hora. Resulta curioso e inquietante que el hombre del salto se pusiera de rodillas y le asomaran las lágrimas a los ojos cuanto tocó tierra en Roswell. Roswell, paraíso de ufólogos, ese territorio donde dicen que una vez el ser humano experimentó con extraterrestres.

IRA DE TITANES

Extraterrestres me parecen los veinte aficionados “de todo el mundo” que según informa una nota de prensa visitaron las localizaciones del rodaje de escenas de la película Ira de Titanes tras ganar una promoción de Turismo de Tenerife y Warner Bros. Pictures. Se rodaron algunas escenas incluso. Escenas de las que no revela la autoría del director pero que se les enviará a cada uno de ellos en respectivos dvd. Al parecer, se hizo la misma maniobra con la primera entrega, Furia de titanes, un remake, que dicen los anglosajones, de una deliciosa película en la que Laurence Olivier interpretaba a Zeus y Ursula Andress a Afrodita. No podía ser menos.

LOS ODIO, CORDIALMENTE

Liam Neeson hace de Zeus en las dos nuevas películas, La furia y La ira de titanes. Neeson, como Nicolas Cage, es uno de esos actores a los que detesto con toda la cordialidad del mundo. Es decir, que evito ver cualquiera de las películas por las que asoma la cabeza.

LO MISMO ME PASA CON LA ÑORA

Lo mismo me está pasando con la consejera de Cultura del Gobierno de Canarias, Inés Rojas. Pero si bien soy consciente que con Neeson y Cage el fenómeno es producido por una extraña antipatía cinematográfica, en el caso de Inés se debe a que tengo la sensación de que me toma por idiota sin haberme preguntado. Actitud que quizá explique su capacidad para tomarles el pelo a los culturetas que habitan estas islas abandonada de la mano de los dioses. Pero ojo conmigo, ¿eh?, ¿eh?, ¿ein?, ¿ein? Lo último de Inés viene a decir que si no logra que Madrid cambie de actitud, su departamento estudia denunciar la retirada de la ayuda estatal a la movilidad de artistas y deportistas canarios. Los presupuestos que prepara el Gobierno de Mariano Rajoy para 2013 incluyen un fuerte recorte en Cultura que el Ministerio ha trasladado a lo que aporta a las comunidades. De hecho, a Canarias le tocarán 112.000 euros que irán íntegramente para el festival que organiza Amigos Canarios de la Ópera de Gran Canaria.

CAÑA, MÁS CAÑA CRISTÓBAL

La noticia coincide –más o menos– con unas declaraciones que el director insular de Cultura del Cabildo de Tenerife, Cristóbal de Rosa, hizo públicas recientemente. En las mismas, dice de la Rosa: “es una vergüenza que el Gobierno de España no tenga previsto aportar en 2013 un solo euro a la Cultura en Tenerife.” Recordemos que, tal y como informa Inés Rojas, los 112.000 que aporta el Estado van destinados a la Asociación de Amigos Canarios de la Ópera de Gran Canaria. No le falta pues razón a Cristóbal de la Rosa –y que conste en acta, si es necesario incluso con notario– al demandar que “es prioritario, o debe serlo, para el Estado que todos los ciudadanos de todas las comunidades disfruten de condiciones similares de acceso y disfrute a la Cultura.”

¿ASOMA LA CULTURA DEL PLEITO?

No creo que ésta haya sido la intención de Cristóbal de la Rosa, aunque nunca se sabe. Pero sí que resulta un agravio no entre islas sino entre sectores. ¿Cómo se explica que se obvie desde Madrid la desaparición de la partida para la restauración de la Catedral de La Laguna (1.450.000 euros el pasado año)?; ¿las cantidades que se aportaban para desplazamientos culturales (372.870); el Festival de Música de Canarias (84.910); la adquisición de fondos bibliográficos (151.404); la elaboración del inventario de Bienes Inmuebles de la Iglesia (30.000) y la inversión de la Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos en el Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife (40.000)?

EL HORROR, EL HORROR

Sí, leído así y en frío sí que parece una película de terror. Aunque para películas de terror les invito a que visiten esta lista de cintas de terror rodadas en España. Figuran películas de tres directores canarios: Juan Carlos Fresnadillo, Miguel Ángel Toledo y Elio Quiroga.

AGUA SALADA, AGUAS DULCES

Entrevisto a Julio Llamazares en el Puerto de la Cruz. El escritor y periodista Juan Cruz le dedica una entrada en su blog. Pinchen y léanla si les apetece. Tras apagar la conflictiva grabadora Llamazares dice que uno de los momentos más emocionantes de los que tiene recuerdo es cuando vio el mar. Yo le digo que fue cuando vi y me bañé por primera vez en un río. “El agua era dulce y no salada, así que podía tragarla. Es verdad que flotaba peor…” le transmito al escritor leonés.

Saludos, ¿qué demonios pensó Baumgartner al borde del abismo?, desde este lado del ordenador.

El eco frustrado de un visionario

Sábado, Octubre 13th, 2012

El jueves pasado, 11 de octubre, se presentó en el Espacio Cultural CajaCanarias Taro. El eco de Manrique, documental de Miguel G. Morales, un cineasta que se ha especializado en rescatar a un puñado de artistas y pensadores canarios cuya memoria se encontraba en serio peligro de extinción.

A Miguel G. Morales le debemos el haber puesto voz e imágenes a algunos de los miembros que integraron la revista Gaceta de arte en títulos como Aislados. La esencia de un espíritu, Maud. Las dos que se cruzan, Monsieur Domínguez, Una luz en la isla. Domingo Pérez Minik y Los mares petrificados. Domingo López Torres, entre otros. Trabajos en los que procuró reflejar su preocupación por reivindicar la labor de un grupo de hombres y mujeres que se adelantaron a su tiempo.

Visionarios que tuvieron la desgracia — o la fortuna, aunque es un debate demasiado gastado para abordarlo– de nacer en un archipiélago donde sus gentes viven en un inquietante pero también agradable sopor africano.

Algunos denominan este sopor africano como aplatanamiento.

Cuando el sopor africano –o aplatanamiento–  no es otra cosa que un estado casi permanente de tarumba existencial.

Una tarumba de la que ocasionalmente se desembarazan algunos nativos para transformarse en ovejas negras.

Así lo anota el escritor Augusto Monterroso como recordó el responsable de la Obra Social de CajaCanarias, Ávaro  Marcos Arvelo, durante su poética presentación de Taro. El Eco de Manrique.

César Manrique, el protagonista del último documental de Miguel G. Morales, es pues una de esas ovejas negras como lo fueron en su día los integrantes de Gaceta de arte, la facción surrealista de Tenerife.

Gente aparte, outsiders que si por algo son grandes es porque no renunciaron a su espíritu visionario y, en el caso de Manrique, profético aunque también amargo.

La exhibición del documental coincide además veinte años después de la muerte del artista lanzaroteño, acaecida un 25 de septiembre de 1992, en un fatal y desgraciado accidente de tráfico en Arrecife.

No es sin embargo Taro. El eco de Manrique un documental en sentido estricto sobre César Manrique ya que poca o ninguna información se da sobre la vida del artista.

Se obvia, en este sentido, claves que a mi juicio resultaban fundamentales:

¿En qué ambiente creció y se desarrolló como persona para llegar a la revelación?

Es decir, para transformarse en un visionario…

¿Cómo fue evolucionado el hombre que estuvo detrás del artista?

¿Y cómo afectó esta evolución al artista en sí?

El documental de Miguel G. Morales apenas araña estas cuestiones, prefiere decantarse por el Manrique ecologista, por el soñador que combatió a los especuladores con un entrañable y aún actual discurso crítico en defensa de su isla natal, Lanzarote.

No debe sorprender por eso que entre los invitados a participar en el documental no aparezcan personas cercanas ni expertos en arte, estudiosos de su obra plástica –que la tuvo– y sí ecologistas como Joaquín Araújo, el interesante arquitecto y teórico alemán Frei Otto y algunos de sus colaboradores, uno de los cuales pronuncia una de las frases más interesantes y demoledoras de este trabajo: “Con él aprendí a ver lo que no podía ver.”

Y en ese aspecto, Taro. El eco de Manrique no engaña pese a que se resienta por el retrato mitificador y crepuscular que ofrece de un hombre que supo domesticar el sopor africano.

El aplatanamiento.

Quizá ahí radique la clave que explique –aunque no lo explica el documental– la motivación que empujó a un isleño a regresar a su isla natal con la idea de transformarla a su imagen y semejanza.

Mas ya decía que no se trata de un documental sobre quién fue César Manrique como hombre y como artista.

En todo caso, es un retrato sobre su idea de cómo pudo materializar su idea en Lanzarote, su isla natal.

Para reflejarlo en pantalla Miguel G. Morales emplea los numerosos materiales visuales que existen de Manrique en la Filmoteca Canaria y Televisión Española para que sea él quien dé voz a esa reclamación.

A su denuncia.

Una reclamación/denuncia que desarma porque, desgraciadamente, hoy se ha convertido en aplastante realidad.

Pese a que al final vencieron los otros.

Los especuladores.

De Manrique solo nos queda su eco.

Eco que Morales materializa en una camioneta roja con altavoces que recorre las carreteras de Lanzarote y en la que vuelve a resonar la voz del artista.

De Manrique.

Ahora un eco que se confunde en el paisaje telúrico de la isla y que parece rebota en el lomo de animales tan nobles como los dromedarios…

Una voz que se repite…

Casi parece como si el cineasta quisiera decirnos que, efectivamente, aún resuena el eco de Manrique.

Claro que ¿existe ese eco?

Y si es así: ¿alguien lo escucha?

NOTA: El productor grancanario Andrés Santana prepara en la actualidad otro documental sobre César Manrique.  

Saludos, sed por sed buenos, desde este lado del ordenador.