Archive for Noviembre, 2012

Yo también leí ‘La vida ante sí’

Domingo, Noviembre 11th, 2012

Había en Bellville otros muchos judíos, árabes y negros, pero la señora Rosa tenía que subir seis pisos ella sola. Decía que el día menos pensado se moriría en la escalera y todos los chiquillos se echaban a llorar, que es lo que se hace cuando se muere alguien. Unas veces allí éramos seis o siete y otras veces más.”

De tanto en tanto me regalan libros y de tanto en tanto suelo regalar libros. El último que llegó de manera tan generosa a mis manos me lo entregó una amiga con la que me une afinidades intelectuales y maravillosos descubrimientos literarios.

La novela se llama La vida ante sí, firmada por Emile Ajar, pseudónimo tras el que se esconde Romain Gary, y título por el que obtuvo –es el único caso en la historia de estos premios–  su segundo Gouncourt para demostrarle a la crítica de su tiempo que era un narrador con más miradas y voces con las que se pretendía minimizarlo.

Las reacciones que me asaltan leyendo La vida ante sí son varias pero la más importante, los sentimientos que despierta.

El libro hace reír y llorar pero también logra que te tiemble el corazón –que es una herramienta que últimamente utilizamos poco– porque este sencillo, y quizá por ello complejísimo canto al amor está escrito con una sinceridad que desarma.

Entresaco algunas frases de la novela

En casa de la señora Rosa casi todos éramos hijos de puta.”

El oficio de puta se estaba perdiendo por culpa de la competencia gratuita.”

La vida ante sí es el relato de un huérfano de origen marroquí, Mohamed, aunque todos lo llaman Momo –”que  es más de niño”– que habita en casa de madame Rosa, una señora que lleva una especie de orfanato para hijos de puta.

Sí, han leído bien, un espacio en el que viven niños de todas de las edades que han sido dejados por madres que se dedican al que dicen es el oficio más viejo del mundo.

Afortunadamente, Ajar/Gary no moraliza sino que muestra esa extraña familia en la que se cría el protagonista. Un niño inteligente y despierto, Momo, que a veces se pregunta quién pudo ser su padre y qué le pasó a su madre.

El dinero para que continúe viviendo en esta especie de hospicio que no tiene nada que ver con los que pintara Charles Dickens continúa llegando hasta que un día…

Leyendo La vida ante sí pienso que Léolo (1992), el extraordinario filme sobre la infancia de Jean-Claude Lauzon, le debe mucho a esta novela. Novela que cuenta también con una adaptación cinematográfica, Madame Rosa (Moshe Mizrahi, 1977) que no he podido ver aunque espero ver algún día antes de que me toque el boleto de la Señora de la Guadaña.

Y no solo por descubrir cómo su director reflejó en pantalla el terrible pero atractivo universo que describe literariamente Ajar/Gary, sino por contemplar el trabajo de uno de mis amores no confesos, Simone Signoret, quien hace de la ex prostituta judía que ahora, a sus setenta años, dirige esa casa en la que solo habitan niños perdidos.

Yo creo que los judíos son personas como los demás, pero no hay que tenérselo en cuenta”.

La vida del protagonista de la novela se mueve en un edificio situado en una calle, Belleville, que se encuentra en uno de los suburbios más sórdidos del París de los años setenta, pero no hay nada sórdido en los personajes que sirven al protagonista como referencia, y que le dan su amor a cambio de nada.

Está además de madame Rosa, a quien se le estropeó la belleza durante su estancia en Auschwitz y que para relajarse se maquilla mientras contempla un retrato de Adolf Hitler que esconde bajo la cama; el travestí senegalés Lola, campeón de boxeo en su país y que hoy se gana la vida prestando servicios sexuales en un parque; el doctor Katz y el anciano y sabio Hamil, musulmán cuyo libro de cabecera es Los miserables de Victor Hugo y que, según cuenta, “hace sesenta años, cuando era joven, conocí a una muchacha que me quería y a la que yo quería también. Aquello duró ocho meses, hasta que ella se mudó de casa y ahora, al cabo de sesenta años, todavía me acuerdo“.

No quisiera olvidarme tampoco del tragafuegos y brujo africano Waloumba, entre otros secundarios que refuerzan y dan carácter a un relato que, reitero, camina con paso firme por esa cuerda delicada que separa lo trágico de lo cómico.

La vida ante sí es una extraordinaria novela sobre el amor y sobre la entrega, pero también un martillazo en la cabeza para los que aún siguen pensando que las flores que crecen en la ciudad solo tienen el aroma de la muerte.

Hacía tiempo que no caía en mis manos una obra con tanto calado. Uno de esos libros que sabes, nada más leer sus primeras páginas, que van a quedar grabados al rojo vivo en tu memoria.

Mientras tanto subrayas y subrayas frases. E incluso párrafos.

Y saben ustedes lo que pasa con Dios. Hace lo que quiere porque Él tiene la fuerza de su parte.”"

“- Momo, recuerda siempre que el culo es lo más sagrado que tiene el hombre. Ahí está su honor. No dejes que nadie te busque el culo aunque te lo pague bien. Aunque yo me muera y no te quede más que el culo en el mundo, tú no lo consientas.”

La vida ante sí está escrita con una aparente ingenuidad que hace volar en pedazos esa patina políticamente correcta –que no es otra cosa que censura pólíticamente correcta– con la que en la actualidad quieren sedarnos.

No gustará por eso a los que defienden la tolerancia cero.

Gente que, presumo, hubiera escogido La vida ante sí para arrojarlo a la hoguera.

¿La razón de la sinrazón?

Es un libro que hoy más que nunca resulta sospechosamente peligroso.

O lo que es lo mismo, abre eso que el hoy más que nunca reivindicable Aldous Huxley denominó como las puertas de la percepción.

Y es que  “¿Se puede vivir sin alguien a quien querer?

Saludos, este post lo autodestruirán en cinco segundos…, desde este lado de ordenador.

¡Ay mama Inés, todos los negros tomamos café!

Viernes, Noviembre 9th, 2012

Partiendo de la base que no son buenos tiempos para la lírica, y que son demasiadas las áreas calientes que debe de administrar una sola consejera: Cultura, Deportes, Vivienda y Políticas Sociales, no se había dado el caso en la política reciente en Canarias de un mismo estado de opinión, de un mismo malestar, hacia quien detenta estas responsabilidades: Inés Rojas.

Con todo, y entendiendo que la batalla la tiene ganada en la Cultura por la tradicional división que caracteriza a un sector acostumbrado a poner la mano y cerrar la boca. 

Y también a una administración que se acostumbró a premiar no el talento sino el estás conmigo o estás contra mi… Una tendencia que, en justicia, no es nueva con mama Inés ya que le viene heredada desde el principio de los tiempos… Sí que llama notablemente la atención la práctica unanimidad que, en otras áreas, se tiene contra los modos y actitudes que está caracterizando el paso de la consejera en este Gobierno canario que vive de espaldas a la realidad.

Picado, imagino, por el virus de un poder que olvida detenta por el voto de una ciudadanía hoy más que nunca recelosa de quienes vienen desempeñando estas funciones desde que disfrutamos de eso que llaman democracia.

Mientras la Cultura pedigüeña se devora así misma observando la constitución de un  fantástico e inútil Observador Canario de la Cultura para continuar viviendo de la limosna, en el mundo del deporte la casi totalidad de los clubes de categoría nacional de Tenerife exigen la dimisión de Inés Rojas así como del director general de Deportes, Ramón Miranda, por su “manifiesta incapacidad de gestión”.

¿Valentía?, ¿osadía?, ¿hastío ante el característico ninguneo y mirar hacia el otro lado de la actual consejera?

Yo solo pienso que los culturetas deberían de tomar nota y olvidar la bochornosa, impresentable y folclórica campaña que un grupo de empresarios –no creadores– del sector iniciaron hace algunos meses para reclamar que no se recortara brutalmente los presupuestos destinados a Cultura.

Campaña frustrada porque nació viciada desde su origen.

Y es que la unión hace la fuerza.  

Cosa que sí han entendido los veinte clubes de fútbol al firmar un documento en protesta por los retrasos de las subvenciones de transporte que el Gobierno de Canarias les debe de la temporada pasada.

Reclamación que, haciendo abstracción, coincide con la de los culturos.

“Para el deporte tinerfeño esto es un hecho histórico. Movemos más de 5.100 deportistas y entendemos que el deporte es un motor económico para la isla.”

“Se pasan la pelota entre el Consejo Superior de Deportes y el Gobierno de Canarias, pero lo cierto es que nosotros cada vez nos vamos endeudando más. Uno se echa la culpa a otro.”

Los clubes tachan, además, de “falta de respeto” la actitud que mantiene tanto la consejera –mama Inés– como el director general de Deportes con el colectivo. 

No obstante, esperan que el Gobierno de Canarias reaccione. Y que dé argo de luz el próximo lunes, día en el que está prevista una reunión que mantendrán –con clubes de grancanaria– con mama Inés.

No sé lo que pasará en ese encuentro, aunque es probable que para calmar los ánimos mama Inés se saque de la chistera la creación de un Observatorio Canario del Fútbol…

…Ya que si la jugada le salió bien a los autistas culturos ¿por qué coño no iba a salir igual de bien con los represenates del balón pie…?

Saludos, releyendo Hermosos y malditos, desde este lado del ordenador.

“El Salón del Libro Africano no es del Gobierno de Canarias”, reitera la asociación SILA

Viernes, Noviembre 9th, 2012

En un nuevo comunicado de prensa, la polémica en torno al próximo Salón Internacional del Libro Africano continúa salpicando el panorama cultural de las islas.

En esta ocasión, la Asociación señala que advirtió a principios de año al director general de Cooperación y Patrimonio Cultural, Aurelio González, de que:

1.- El Salón Internacional del Libro Africano “era un proyecto registrado a nombre de la citada Asociación.”

2.- Que Aurelio González fue consciente que SILA era un proyecto que derivaba del Encuentro de Editores de Canarias, que inició su andadura en 2003.

Siempre según la asociación SILA, se informó en ese encuentro que tuvo lugar en la viceconsejería de Cultura ”de los compromisos y del calendario del SILA para las ediciones 2012 y 2013″ así como del acuerdo alcanzado con el Cabildo Insular de Tenerife para que  TEA fuera la sede oficial del Salón, y de la asistencia de algunos miembros de la asociación en el Salón Internacional de la Edición y el Libro (SIEL) en los que se haría oficial la presentación de Marruecos como país invitado en SILA 2012.

Estos actos celebrados en Casablanca fueron organizados por el Ministerio de Cultura de Marruecos, SILA y miembros del Gobierno de Canarias y otros patrocinadores del proyecto.

El comunicado destaca que Aurelio González fue informado también en la reunión sobre el resto de las participaciones de SILA en ferias y encuentros profesionales del sector y de los avances en la programación del 2012. Se le transmitió, igualmente, el interés que la Alianza Internacional de Editores Independientes (AIEI) tenía para organizar, durante la celebración de SILA 2012, su congreso anual, así como del acuerdo de colaboración alcanzado entre SILA y la AIEI ““para la realización del trabajo de investigación del Mapa de la Edición Africano y la celebración del I Salón de las Lenguas Africanas.”

Sin ermbargo, y “sorprendentemente, la asociación descubrió en la última reunión mantenida con Aurelio González, que una vez adjudicado el concurso para la gestión de los fondos europeos vinculados al SILA, no estaba previsto respetar los compromisos cerrados con antelación y de los que tenía pleno conocimiento.”

El comunicado de la asociación SILA finaliza advirtiendo que  ”no hemos permitido, ni permitiremos, que el proyecto se manipule y desvirtúe”, y añade que lo que tanto esfuerzo costó poner en marcha “bien vale el esfuerzo de protegerlo con todas las fuerzas de las que somos capaces”.

Saludos, seguiremos informando, desde este lado del ordenador.

La Muerte Deseada: Ven y enloquece…

Jueves, Noviembre 8th, 2012

La primera vez que la vi solo me quedé con los tiros y con el gigantesco Charles Bronson –que es uno de esos actores que siempre hizo de sí mismo porque no sabía hacerlo de otra forma– titulada en España como El justiciero de la ciudad (Death Wish, Michael Winner, 1974).

A la sombra de su éxito, más si tenemos en cuenta que se trata de una producción de bajo presupuesto, se rodaron más entregas con Bronson siempre como hierático protagonista, aunque ninguna de ellas superara a la original.

Un título pues que puede considerarse como seminal en esa especie de subgénero del cine de acción como es el del justicieros. O el de un hombre –o una mujer– de aparente naturaleza pacífica que pierde los nervios cuando le arrebatan la razón de su vida.

Vuelta a ver el otro día, y por una afortunada casualidad mientras me encontraba zapeando canales, redescubro en El justiciero de la ciudad un filme de una fascinante tosquedad, pero también ambiguas y nihilistas lecturas que difumina la etiqueta de fascistoide con la que lo lapidó un sector de la crítica y de un público atontado desde el día de su estreno.

Partiendo de la base que El justiciero de la ciudad es cine de barrio del de verdad, revisionarla en estos tiempos que corren le ha conferido una siniestra actualidad y un aire de tragedia que la convierten a mis ojos en una pieza que, pese a su ruda violencia, merece reivindicarse como la gran pequeña película es.

La historia, imagino, ya la saben.

Tras sufrir una brutal agresión su mujer y su hija, Paul Kersey, un ciudadano liberal y objetor de conciencia –renunció servir a su país en la guerra de Corea– decide vengarse acosando y eliminando a todos los delincuentes de Nueva York que actúan por la noche…

El justiciero, como lo bautiza la prensa sensacionalista, comienza a generar admiradores mientras los índices de delincuencia en la ciudad que nunca duerme descienden escandalosamente mientras la policía se pregunta quién coño es ese individuo que le está quitando su papel de vigilantes…

A lo que responde Kersey/Bronson: “Si la policía no nos defiende ¿por qué no defendernos nosotros mismos?

Contada así las cosas, El justiciero de la ciudad puede entenderse como  una película de objetivo signo ultraderechista pero no se queden solo en la superficie…

Porque esta película se merece un nuevo vistazo en este siglo XXI empeñado en hacernos más pobres y resignadamente cretinos.

Descubran, o redescubran además, el trabajo de quien fue el puto amo: Charles Bronson.  Un actor que si bien no se caracterizó por su variedad de registros fue capaz de hacer un género.

O subgénero.

Pero de género va la cosa.

Observad a Paul Kersey.

Un tipo que, probablemente, podrías ser tú.

Ha dejado su disfraz de Jekyll para transformarte en su Mr. Hyde.

Un psicópata.

Un psicópata desencadenado.  

En el Justiciero de la noche las ejecuciones que realiza Kersey/Bronson son claras provocaciones de un ciudadano normal y corriente –ahora trastornado– que se mete en la boca del lobo para limpiar de “mugre” la gran ciudad.

Asesina a los delincuentes, a la mayoría por la espalda, con una frialdad y un placer cobarde que desarma.

Y a medida que va regando de cadáveres la gran ciudad, Kersey/Bronson disfruta, digo, un poquito más de su trabajo.

Cambia la decoración de su casa, pinta las paredes con colores vivos. Acto que le recrimina su hijo.

Bronson responde: “¿Y qué quieres que haga?” antes de preguntarle cómo desea el hígado que van a cenar…

“Medio crudo”, dice Bronson antes de esperar la respuesta mientras se mete en la cocina.

A medida que avanza la película Bronson se vuelve más loco, aunque le parezca más cuerdo a sus compañeros de trabajo.

Almorzando con ellos en un restaurante que tiene la televisión encendida y en la que pasan las noticias en la que se informa de las últimas ejecuciones de El justiciero, uno comenta que la ciudad parece más tranquila desde que patrulla las calles esa especie de Batman de clase media.

Kersey/Bronson le invita entonces a que lo compruebe paseando esa noche por la avenida Columbus, que debe ser la peor de la ciudad.

El otro sonríe nervioso y responde algo así que ni loco…

Filme de una ruda esquizofrenia, y rodado con un frío distanciamiento que hace imposible que uno se identifique con ese hombre corriente que se ha pasado al otro lado, El justiciero de la ciudad es una película que advierte que nadie debe está por encima de la ley.

Y mucho menos alguien normal y corriente que ha perdido su razón de existir.

No quiero destripar lo que pasa con este asesino psicópata de clase media venido a menos.

Un asesino psicópata que, por otro lado, es el protagonista absoluto del filme… Un filme que raya la perfección de absurdo esquizofrénico cuando el protagonista justifica al Justiciero reivindicando el espíritu de los pionero que forjaron lo que hoy son los Estados Unidos…

Claro que a puntito de llegar al final, digamos que el peso de la Ley que rige la ciudad le recomienda con buenas palabras que se marche tras descubrir su identidad…

Es decir, que no le quite el trabajo sucio a esa policía en la que él ya no cree.

Policía en la que no cree Kersey/Bronson no porque fuera incapaz de evitar el brutal asesinato de su esposa y que dejara a su hija en estado catatónico, sino porque al fin ha enloquecido. Se ha transformado en un lobo solitario sediento de sangre al que se insiste que siga vistiendo una ridícula piel de cordero…

Su pasado está hecho trizas.

Y lo que ha renacido de entre esas trizas es un puto loco.

Un puto loco que en uno de los mejores y más despiadados finales de la historia del cine nos dice: “estoy en otra ciudad pero soy el justiciero.”

Me desarma, me acongoja, me deja k.o. esta revisión insólita, y afortunada, de esta pequeña gran obra de los setenta.

Cine sucio.

Cine de barrio.

Cine tabú.

Es decir, cine políticamente incorrecto.   

Saludos, grande, siempre grande Charles Bronson, desde este lado del ordenador.

SILA denuncia y el Gobierno de Canarias responde

Jueves, Noviembre 8th, 2012

En lo que parece se convertirá en un cruce de declaraciones, amenazas veladas o no, denuncias… Y tras el contundente comunicado que, días pasados, subimos a este blog, el Gobierno de Canarias reacciona para dar constancia de su modo de proceder tras el concurso celebrado para la organización y realización del Salón Internacional del Libro Africano, que este año ha recaído en una empresa distinta a la que venía desarrollándolo en sus tres ediciones pasadas.

Las declaraciones, que recogemos de El Día, que ha consultado a una fuente de la Viceconsejería de Cultura del Gobierno canario, asegura:

1.- Que el proceso de adjudicación de la compañía organizadora de la próxima edición del Salón Internacional del Libro Africano (SILA), prevista a principios del próximo mes, “se ajustó a los requisitos estipulados por la Unión Europea.”

2.- Que como ya ocurrió en la edición anterior, al tratarse de un proyecto sufragado con fondos europeos, se tenía la obligación a sacar un concurso público de libre concurrencia.

3.- Que a este concurso se presentaron tres empresas — Ecopress, la Fundación Empresa Universidad de la Universidad de La Laguna y la UTE Fundación Canaria Farrah-LFD–.

4.- Que la UTE Fundación Canaria Farrah-LFD fue la que finalmente se ajustó más a los criterios establecidos en el pliego de condiciones “y, por tanto, la que percibirá la partida correspondiente, fijada en 145.000 euros”.

5.- Que “la asociación SILA, que sí concurrió a la convocatoria de 2011 y que fue la entidad elegida para acometer la iniciativa, este año no consideró oportuno hacerlo”.

Según la misma información, el Gobierno de Canarias no tiene constancia de que se haya presentado una denuncia formal sobre este asunto ante los juzgados, y precisa que sus servicios jurídicos están analizando el asunto por si es necesario tomar cartas en él.

Respecto al lugar donde se celebrará este encuentro con las letras africanas, se informa que el procedimiento continúa su curso a la espera de la entrega del programa por parte de la adjudicataria, que deberá ser ratificado por la Viceconsejería de Cultura, que deja la puerta abierta a que el festival se celebre en cualquier isla del Archipiélago.

En este sentido, cabe recordar que las tres ediciones anteriores del Salón Internacional del Libro Africano se celebraron en el Puerto de la Cruz y Santa Cruz de Tenerife.

Más info en: El hermano de Mauricio, entre los patronos del nuevo SILA y El SILA se muda y entra en guerra.

Saludos, continuaremos reportando, desde este lado del ordenador.

Una televisión de ‘merde’

Miércoles, Noviembre 7th, 2012

Para rematar la faena solo a una televisión de merde y con una programación de merde como es la Televisión Canaria se le ocurre ahora justificar con un comunicado de merde –y una semana después de haber sucedió los hechos– la decisión que adoptó para omitir –o censurar, según las versiones– el programa de merde de Abubukaka.

La dirección general de la que dicen es La Nuestra pero que es la de Ellos o La Suya, manifiesta que lo que califica como “suspensión” responde a que entendió que el espacio de los Abubukaka no respetaba la cláusula del  contrato en la que se especifica que los programas no deben “atentar o menospreciar los valores históricos, culturales o lingüísticos” de la patria canaria.

Lo de patria canaria es un añadido de quien escribe cada día este blog.

Los de La Nuestra-La de Ellos-La Suya destacan que la  prudencia ha marcado todas las decisiones de la dirección de antena, y que de manera reiterada buscó una fórmula para mejorar la calidad y los contenidos del programa de Abubukaka.

¡Toma ya!

Porque resulta peregrino por no decir sorprendente que esa misma dirección de antena llegara a esta conclusión cuando fueron a emitir el segundo espacio de merde de los Abubukaka… Aunque resuelve la tan ¿compleja? sospecha que, en un anterior post, nos planteamos en este mismo El Escobillón: efectivamente los responsables de antena no vieron antes de su emisión el programa de los Abubukaka.

¡Viva el ejército de Pancho Villa!

La Televisión Canaria, erre que erre y sin ningún sentido del ridículo, explica que de ningún modo pretendió “privar de libertad creativa a los artistas”, sino que tan solo se les exigió “respeto y buen gusto hacia el espectador.”

Claro que lo de “respeto y buen gusto hacia el espectador” me hace pensar si los de La Nuestra-La de Ellos-La Suya ve su propia televisión…

Por no llorar, hago que me río….

El comunicado de merde sale al paso así de lo que entiende ha sido una lamentable confusión que ha suscitado un debate en la calle al que responsabiliza a la productora del programa –no se menciona su nombre– “puesto que de manera demagógica, se ha querido confundir a la opinión pública con falsos  debates sobre la libertad de expresión o censura, una cuestión que queda sobradamente contestada con la cantidad de programas, espacios informativos y de debate que emite diariamente la radio y televisión  pública de Canarias.”

Damas y caballeros, reitero lo escrito con anterioridad:

Por no llorar, hago que me río.

Por último, el comunicado de merde anuncia que para despejar cualquier duda “sobre nuestro más profundo respeto a la libertad de expresión, y nuestra repulsa a cualquier tipo de censura, la RTVC anuncia que este jueves día 8 de noviembre a las 23.45 horas, se emitirá el programa con su contenido íntegro, tal y como de manera reiterada ha reclamado el grupo teatral a la dirección general.”

Y Ummm…

Porque ¿no entra eso en contradicción con lo que manifestaron hace unos pocos días los de Abubukaka en otro comunicado de merde?

Es decir, que su intención era la desvincularse del canal autonómico canario…

Vayamos un poco más lejos en este post de merde, ¿qué quiere demostrar con esto la Televisión Canaria? ¿Que efectivamente reconoce que metió la pata lo que se dice muy al fondo?

¿No se han puesto a pensar sus ¿inteligencias? que la emisión del programa suspendido/censurado de los Abubukaka este jueves 8 de noviembre manda a paseo la razón por la que, aseguran, lo suspendieron/censuraron?

Ya saben, por aquello de atentar o menospreciar los valores históricos, culturales o lingüísticos” de la patria canaria?

Chacho, que este asunto está rozando la perfección del absurdo.

El remate sería que la Televisión Canaria además de emitir el programa de merde se comprometiera ahora a exhibir los otros once restante… Lo que, a mi juicio, sería la solución salomónica para resolver un conflicto tan mal gestionado por los responsables de La Nuestra, que es la de Ellos o La Suya.

Con ello, además, quedaría demostrado que el destino natural de un programa de merde como es el de los Abubukaka fuera el de una televisión de merde como es la Canaria.

Saludos, ¡vivan los documentales de La 2!, desde este lado del ordenador.