Archive for Enero, 2016

“La piel, nuestra piel, esta maldita piel”

Jueves, Enero 21st, 2016

“La piel, nuestra piel, esta maldita piel. Usted no puede ni imaginarse de qué es capaz un hombre, de qué heroicidades y de qué infamias es capaz con tal de salvar la piel. Ésta, esta piel asquerosa. Antes soportábamos el hambre, la tortura, los martirios más terribles, matábamos y moríamos, sufríamos y hacíamos sufrir para salvar el alma, para salvar nuestra alma y la de los demás. Hoy en día sufrimos y hacemos sufrir, matamos y morimos, realizamos hazañas maravillosas y actos horrendos no ya para salvar el alma, sino para salvar la piel. ¡Nos convertimos en héroes por algo bien mezquino! ”

(*) Curzio Malaparte como soldado en la imagen.

(La piel, Curzio Malaparte. Traducción: David Paradela López. Colección: Narrativa, Galaxia Guttenberg, 2010)

Tengo boca y debo gritar

Miércoles, Enero 20th, 2016

* El diseñador Paco Delgado vuelve a ser el único español que opta a un Oscar en la gala que se celebrará el 28 de febrero de este año. Como ya le ocurrió en 2013 con Los Miserables, vuelve de la mano Tom Hooper, director de La chica danesa, que además de la nominación de Delgado a Mejor vestuario ha recibido otras tres nominaciones entre ellas mejor actor (Eddie Redmayne) y Mejor actriz de reparto para Alicia Vikander.

* TEA Tenerife Espacio de las Artes acoge este jueves, 21 de enero, la exhibición de los cortometrajes Mi nombre es Mara, dirigido por Guacimara Yanes y Héctor Martín; y #MU2, de Gabriel García.

* Es una pena que no podamos anunciarlo como se merece, nos han pedido con mucho celo a que aguardemos la fecha oportuna para darlo a conocer y si bien no nos gustan estas siempre antiperiodísticos informaciones que avisan de algo sin decirlo, solo garantizo que estoy seguro que a los organizadores del festival Cine Cutre les encantará conocer que… Ah, nos mordemos la lengua.

* Y pronto, muy pronto, comenzaremos a seguir una serie que…

* La Filmoteca Canaria ha programado para este jueves 21 de enero a las 20.30 h. en el Aguere Espacio Cultural de La Laguna, la película Ascensor para el cadalso, dirigida por Louis Malle y con banda sonora de Miles Davis. Se proyectará en versión original con subtítulos en español.

Saludos, bailemos, desde este lado del ordenador.

Gil Brewer, un clásico olvidado

Martes, Enero 19th, 2016

“La primera cosa que me decía para mis adentros es que, para empezar, aquel dinero no había sido adquirido honradamente. Por lo que fuere, aquel pensamiento me dejaba más tranquilo. Di vueltas y más vueltas al asunto. Después recordé las palabras de Vivian cuando estábamos en la habitación del hotel. Dijo que era dinero que, en realidad, no era de nadie. O una cosa por el estilo. Y tenía razón.

Pero no había manera de tenerlo. A  menos que me presentara allí, lo cogiera y desapareciera de aquellos contornos. Esta idea me rondaba por la cabeza. De cómo podía cogerlo y escapar.”

(El echarpe rojo, Gil Brewer. Traducción: Josep Rovira Sánchez. Ediciones Península, Barcelona, 1974)

No hay público más desesperante y desmemoriado que el aficionado a los géneros. Sea cual sea. Por poner solo un ejemplo, en el caso de la novela policiaca resulta contradictorio encontrarte con escritores y lectores entusiastas con lo nuevo pero que no tienen ni idea, más allá de Chandler, Hammett y McDonald, la santísima trinidad, que además de ellos tres autores hubo otros que escribieron muchas y buenas historias de corte policial a las que el paso del tiempo apenas ha erosionado, por lo que todavía la mayoría de ellos conserva una desarmante actualidad y, lo que es mejor, han legado una amplia galería de personajes en los que se describe y desarrolla protagonismos que forman parte de este tipo de relatos como la mujer fatal, el perdedor, el duro y cínico policía, el criminal con escaso sentido del humor…

Gil Brewer pertenece a la categoría de los escritores que piden a gritos que se reivindique, pese a que obra haya sido escasa y malamente traducida en España. Con todo, el escritor cuenta con algunas novelas que merecen desempolvarse en las librerías de viejo y de ocasión, en los rastros que todavía no han sido devorado por la avaricia, para que conozcan y ahonden en la producción de un autor con nombre y apellidos que si bien no termina por ubicarse en la edad de oro de la novela policial norteamericana, sí que forma parte de la generación que vino a continuación con ganas e ímpetu por cambiar algunas cosas y actualizar el género sin perder de vista el trabajo de los mayores, de los considerados ya como clásicos.

En este aspecto, hay una producción literaria con acento Brewer claramente deudora de las novelas pasionales a lo James M. Cain, así como historias en las que el escritor comenzaba a tantear nuevos caminos, senderos que explorar muy originales. Estas novelas son así las más personales e interesantes del escritor, dos ellas publicadas en español y títulos que, a nuestro juicio, son ideales para iniciarse en su universo literario.

Un asesino en la calle, que se publicó en España en la legendario colección de Novela Negra de Ediciones Bruguera, propone una línea argumental que desde ese entonces ha sido explotada en numerosas ocasiones aunque casi ninguna de las versiones supere al original, una novela en la que no hay nada que resolver, ni ningún asesino que descubrir porque el criminal está  ahí, frío e implacable, desde las primeras páginas mientras sabemos, porque el lector sabe, que como este psicópata hay otros miles circulando libremente por las calles. Sádicos amigos del gatillo fácil.

La historia de Un asesino en las calles es lineal y huye de artificiales experimentos literarios, solo cuenta –pero hay está la clave, en cómo se cuenta—cómo un psicópata recorre una ciudad armado de un arma que dispara cuando se lo dicta su instinto. Un instinto depredador y letal.

Gil Brewer cambió radicalmente de discurso con El echarpe rojo, una novela que protagoniza un hombre al borde del precipicio. Un tipo sin apenas dos centavos en los bolsillos que encuentra en un bar de carretera a una extraña pareja que acepta llevarlo en coche hasta el pueblo más cercano. Novela con continuos giros dramáticos, que llevan de sorpresa en sorpresa al lector más fogueado del género, El echarpe rojo además de un completo estudio de personajes también propone una interesante reflexión sobre la codicia.

Tras sufrir un accidente, y salvarse el protagonista y la mujer que acompañaba al conductor del automóvil el ¿héroe? de la historia encuentra en el coche siniestrado un maletín que guarda una mareante cantidad de dinero y en cuyas manillas está anudado un echarpe rojo…

No vamos a contarles más de este relato, pero sí asegurarles que atrapa la atención y que se trata de esas novelas –afortunadamente cortas en páginas porque para contar grandes historias no hace falta que una novela supere las trescientas–  que se leen y se leen porque resulta imposible apartarlas, dejarlas a un lado.

El echarpe rojo es una de esas historias escritas, presuntamente, para consumo rápido aunque, afortunadamente y como pasa con otros grandes autores del género, el relato se caracteriza por su consistencias, sólidos personajes y que la acción se mueva a través de  diálogos que nos ahorran inoportunas descripciones. Además, tras todo lo que se cuenta se esconde un problema moral que lleva a su protagonista a iniciar un significativo vía crucis.

Dos títulos, en definitiva, de un escritor que supo mezclar evasión con literatura. Una combinación que cuando funciona resulta demoledora.

(*) En la imagen el escritor norteamericano Gil Brewer.

Saludos, leamos, leamos, leamos, desde este lado del ordenador.

Leeenta como la melaza

Lunes, Enero 18th, 2016

El personaje que interpreta Kurt Russel en Los odiosos ocho, la última de Quentin Tarantino, advierte a Samuel L. Jackson en un momento de la película a que se desprenda de sus revólveres con la misma lentitud que la melaza. Esta frase, que se pronuncia apenas iniciado el filme, resulta premonitoria tras visualizar un largometraje que, efectivamente, es leeento como la melaza. Una lentitud que obliga a declinarla con  aburrimiento, sopor y rabia por perder el dinero de la entrada y derrochar tres horas de mi tiempo en una nueva y presumida genialidad de un cineasta que si por algo se caracteriza es por su lamentable involución.

O una vuelta desesperada a unos orígenes, los suyos, en los que trastea para sorprender a sus acomodados leales e imitadores que son, paro qué engañarnos, su público objetivo. Plagiarios y espectadores que disfrutan –y hasta se ríen de algo con tan poca gracia como que le vuelen la cabeza a cualquiera– en las cada vez más estéticamente barrocas películas de un director que ha logrado alcanzar el título de autor dentro de una industria a la que no le importa el sello de la autoría siempre y cuando dé dinero.

Y por extravagante que resulte, las películas de Tarantino dan dinero. O han dado el suficiente dinero para que continúe explotando géneros desde otra perspectiva.

Y explotar géneros desde una perspectiva tan peculiar cono iniciada es una de las peculiaridades del cine de Tarantino, un tipo que adapta y manipula los géneros a su gusto, un gusto cocido en maratonianas sesiones de video club, aprendizaje que ha dado como resultado un sentido del cine como vehículo de evasión con marcado acento popular trufado, además, con un profundo conocimiento de películas de arte y ensayo.

Esta fabulosa combinación ha dado como resultado un cineasta híbrido e inconstante. Un aficionado con luces, más que un intelectual que apuesta por el riesgo, al que le preocupa más las formas que el fondo. O contar historias sencillas y algo tontorronas a las que disfraza con cierta complejidad técnica y escrita. Y cuando se escribe escrita nos referimos a los diálogos Tarantino. Otra muesca en la obra de un cineasta tan espectacular como desconcertante y capaz de las mejores cosas como de las peores.

El octavo largometraje de Tarantino, ya que así se recuerda en los títulos de crédito de Los odiosos ocho, probablemente sea la peor de las películas de un cineasta que comenzó su carrera profesional como un elefante por una cacharrería: despistando a todo el mundo. Que todo el mundo se preguntara: pero ¿este quién es?

En Los odiosos ocho propone un extenuante juego del gato contra el ratón. Un viaje a una nada que no tiene nada que ver con el western y sí con ese cine que consiste en averiguar ¿quién asesinó a quién? en una habitación cerrada (en la película un almacén, una mercería perdida en las montañas de Wyoming) para obviar, salvo su tramo inicial que quizá sea el mejor de este largo, pero laaargo largometraje, los espacios abiertos, las persecuciones a caballo y la lucha siempre épica que mantiene el héroe contra los elementos.

Estos temas no aparecen ni por asomo en una película que, como Los odiosos ocho, se escora al teatro al reunir en casi un único escenario (la mercería) a unos personajes que en algunos de los casos están interpretados por actores que ya han trabajado con el cineasta como Samuel L. Jackson, Tim Roth, Michael Madsen y Kurt Russell, y otros que se estrenan como Jennifer Jason Leigh, Demian Bichir, Walton Goggins, Bruce Dern, James Parks, Dana Gourrier, Zoë Bell, Channing Tatum, Lee Horsley, Gene Jones, Keith Jefferson, Craig Stark y Belinda Owino.

Una de las conclusiones que sacamos tras ver Django y ahora Los odiosos ocho es que Tarantino no es cineasta que se mueva bien por los límites del western. El aficionado no debe buscar por eso un homenaje al género ni siquiera bajo su formulación genérica europea: el espagueti, por mucho que la banda sonora la firme Ennio Morricone…

Por otro lado, Los odiosos ocho sabe a monumental egolatría, a una reivindicación del yoísmo autoral de un cineasta que si no espabila terminará por hundirse en lodo del olvido. A nosotros, al menos, ya no nos sorprende como antaño sus travesuras cuando mete la mano en los géneros y, en concreto, a uno que es sinónimo de épico como es el del oeste.

En este aspecto, consideramos que Quentin Tarantino debería dejar lo que fuma y desintoxicarse para recuperar al cineasta y al artista que todavía veo en Reservoir Dogs (Los malditos ocho no deja de ser una reinterpretación de aquella lúcida y rocambolesca ópera prima), la revolucionaria Pulp Fiction; la clásica Jackie Brown, primer y hasta la fecha único trabajo que no parte de un guión original sino que adapta una novela de Elmore Leonard; y las tremendamente absurdas pero refrescantes dos entregas de Kill Bill.

Desgraciadamente, no encuentro rastros de estas notables por personales películas en  Los odiosos ocho, un filme, como cualquier filme de Tarantino, armado en torno a los diálogos aunque en este caso no digan ni aporten nada. De hecho, casi parece que el infantilismo que poco a poco ha ido drenando de contenidos sus últimas películas (Malditos bastardos, Django) hubiera eclosionado en su octava película. Un título que es probable entusiasme a sus seguidores pero que disgustará a los que ya no se dejan engañar por el talento de un cineasta que comienza a repetirse y que ya no sorprende por sus piruetas visuales. Un autor, en definitiva, que pide a gritos que no se fusile a sí mismo y que confíe más en las formas pero sobre todo en el fondo.

Saludos, se ha dicho, desde este lado del ordenador.

Avisos

Jueves, Enero 14th, 2016

VÁMONOS A MADRID

* Rafael-José Díaz presenta este viernes 15 de enero en Madrid su último poemario, Un sudario (Pre-Textos) en un acto que tendrá lugar a las 19.30 horas en la librería Rafael Alberti (calle del Tutor, 57). Acompañará al escritor y poeta el también escritor y poeta Luis Antonio de Villena.

* Mientras TEA Tenerife Espacio de las Artes se hacen los remolones, o actúan como si con ellos no fuera la cosa, la historiadora Pilar Carreño Corbella presentará primero en Madrid su notable trabajo Los surrealistas en Tenerife, probablemente uno de los mejores libros que se han escrito sobre esa especie de milagro que en los años treinta tuvo a esta isla como insólita protagonista. La presentación tendrá lugar el jueves 28 de enero en la librería La Central del Museo Reina Sofía, a partir de las 19.30 horas.

* También el jueves 28 de enero, pero a las 19 horas, se presenta en la Biblioteca Pública Eugenio Trías, localizada en el Paseo Fernán Núñez, 24, antigua Casa de Fieras de El Retiro en Madrid, el libro Afganistán: Diario de un soldado, de Guillermo de Jorge, quien contará con el apoyo del también escritor Lorenzo Silva.

O DATE UNA VUELTA POR TENERIFE

* El Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife acoge este viernes, 15 de enero y a las 20 horas, la presentación del libro de Othoniel Rodríguez Martínez Tertulia Habanera. Mis valiosos recuerdos junto al piano, en un acto en el que también estará el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo Batlle.

* Con el título de Agatha Christie en Canarias. 1827: Un invierno que cambió su vida, el investigador Nicolás González Lemus recorre el itinerario de la famosa escritora británica en las islas en un volumen que será presentada este viernes, 15 de enero, en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias a partir de las 19.30 horas. Junto al autor, le acompañará el periodista Salvador García Llanos.

Y TE VAS, SI QUIERES, AL CINE…

* Con motivo de los actos de celebración de los 120 años de la empresa cinematográfica Gaumont que se están llevando en todo el mundo, la Filmoteca Canaria ha querido dedicar el primer ciclo de 2016 a la compañía francesa con una retrospectiva de las películas producidas y/o distribuidas por el sello, con la colaboración de A Contracorriente Films. Con este motivo, y este jueves, 14 de enero a partir de las 20.30 horas, se exhibe en el. Aguere Espacio Cultural de La Laguna Diálogos de Carmelitas (Philippe Agostini, 1960).

Saludos, la espera, desde este lado del ordenador.

Una buena noticia

Miércoles, Enero 13th, 2016

En unos tiempos donde lo normal, por tétrico que resulte, es anunciar el cierre de librerías no es grato informar que en La Orotava ha abierto desde el pasado 5 de enero la Cafebrería Tifinagh, un espacio en el que lo mismo compras un libro como disfrutas de un buen café. Para que se hagan una idea, el concepto es más o menos el mismo que el del Libro en Blanco que, actualmente, funciona en la calle de Juan Pablo II en Santa Cruz de Tenerife.

Tifinagh, que se ha organizado como una cooperativa, se encuentra en la calle de Tomás Calamita, 6, próxima al parking de San Agustín.

Saludos, buena suerte, desde este lado del ordenador.