Novedades

Miércoles, Abril 19th, 2017

Matar al padre (Alrevés) es el título de la nueva novela de Yanet Acosta, quien recupera como protagonista a Ven Cabreira tras Matar al chef. El libro relata como a raíz de la desaparición del padre de la nueva gastronomía peruana, sus familiares contratan los servicios del ex agente de Cesid Ven Cabreira, viudo y coleccionista de Barbies, aficionado a la fabada en lata y a los gatos y “con una enfermedad que le provoca la pérdida ocasional del sentido del gusto”.

Y continuamos con detectives. Está previsto que a comienzos de mayo se ponga a la venta El detective nostálgico (Alba), una novela de José Correa que hace ya la novena de la serie protagonizada por el detective privado Ricardo Blanco.

Gerardo Pérez Sánchez regresa a la arena literaria con Las tormentas interiores (Verbum), novela en la que cruza las vidas y los destinos de cuatro personajes que se quedan atrapados en el aeropuerto de Barajas, Madrid, cuando una repentina tormenta se cierne sobre la capital de España.

Santiago Gil presenta también novela, Gracias por el tiempo (Mercurio editorial), su libro más desgarrador y que, revela, está basado en un hecho real. En esta obra, reflexiona sobre “los sueños de los artistas que se quedaron en el camino y la vulnerabilidad de la niñez y, a veces, también de la vejez”,  se lee en la contraportada.

Saludos, están avisados, desde este lado del ordenador.

¿Por qué estos diez títulos?

Lunes, Enero 2nd, 2017

Resulta complicado escoger solo diez títulos de la más que copiosa producción literaria que se escribió en Canarias en 2016. Somos conscientes que para gustos, colores, pero sirvan estas líneas a modo de orientación sobre diez trabajos que, a nuestro juicio, merecen la pena leerse porque entretienen, están bien escritos y en la mayoría de los casos no sobrepasaron la barrera de las trescientas páginas.

1.- La otra vida de Ned Blackbird (colección Nuevos tiempos, Siruela, 2016).- Pues porque Alexis Ravelo deja de escarbar en las abisales aguas de la novela negra y criminal para narrar, con una sencillez que desarma, varias historias que en otras manos hubiera requerido más número de páginas para contar lo mismo. Con todo, esta incursión literaria de Ravelo en otra literatura pone de manifiesto algo que ya sabíamos los lectores iniciados, hoy por hoy es una de las mejores voces narrativas con que cuenta este archipiélago abandonado de la mano de los dioses.

2.- La costa de los ausentes (Anroart Ediciones, 2016).- Porque Santiago Gil, otra de esas voces narrativas que ennoblece el arte de la escritura en Canarias, juega, experimenta y hace viajar al lector por la extraordinaria aventura personal que vive la protagonista de un relato en el que se detecta, además, el poeta que lleva dentro. Historia con momentos conmovedores, de esos que saben grabarse al rojo en tu memoria, La costa de  los ausentes es una novela que poco a poco te va, más que dominando, seduciendo.

3.- Asamblea ordinaria (Libros del Asteroide, 2016).- Porque Julio Fajardo centra su atención en esa enfermedad social que es la crisis económica que ha devorado como la carcoma las esperanzas de muchos de los habitantes de este país. En su novela, contado a través de tres retratos  cuyos protagonistas, con mejor o peor fortuna, sobreviven como pueden en medio del caos y la nueva rutina que impone estar parado.

4.- Tal vez Dakar (M.A.R. Editor, 2016).- Porque Pablo Martín Carbajal escribe una ambiciosa pero bien sostenida novela sobre el continente africano y la vinculación de su arte, anónimo, entre algunos de los miembros de las vanguardias artísticas europeas de las primeras décadas del siglo XX.

5.- Sangre vieja (Mercurio, 20916).- Porque se trata de una extraña y fascinante a ratos novela de más que vampiros, inmortales que arrastran el peso de su longevidad con desarmante resignación. El autor de este prodigio es Jonatahan Allen, escritor que conoce muy bien los senderos que siempre se bifurcan de la literatura fantástica para adultos.

6.- Vs. (Salto de Página, 2016).- Porque ser trata de una novela arriesgada –y a su manera rompedora–, en la que Sergio Barreto mezcla sin pudor alguno géneros que, presuntamente se encuentran en las antípodas para fusionarlos sin que apenas se noten las costuras de un relato en el que se reflexiona sobre el territorio, el desarraigo, la amistad e incluso el amor con descarnada ironía.

7.- Anturios en el salón (Baile del sol, 2016).- Porque Juan R. Tramunt propone una curiosa novela de anticipación subgénero catástrofe, situando a su personaje en una isla, Gran Canaria, prácticamente desabitada tras un desastre ecológico. Se lee muy bien porque engancha y mantiene en vilo a un lector que, como fue nuestro caso, se pregunta cómo terminará una ficción que, sospecha, no está tan alejada de la realidad.

8.- La sonrisa Duchenne (Verbum).- Porque Gerardo Pérez Sánchez, en un no va a más, propone una historia de amor ambientada en el sórdido mundo del espionaje. En este relato hay pues un poco de todo: operaciones especiales, relaciones casi imposibles y secretos que deben de estar bien guardados.

9.- Los amores perdidos (Plaza y Janés, 2016).- Porque el debut literario de Miguel de León anuncia el nacimiento de un escritor al que convendría seguir la pista. En su primera y voluminosa novela propone una historia en las que dos amantes de familias muy distintas, como si fueran Montescos y Capuletos, se aman y se odia en los durísimos años de la postguerra en Canarias.

10.- El santo al cielo (Dos bigotes, 2016).- Porque pese a su número de páginas –unas seiscientas– y no terminar por afinar, se trata de una novela en la que Carlos Ortega Vilas se  presenta a dos personajes  llamados a protagonizar una serie que, esperamos, no decaiga en su llamativo empleo del humor y el misterio.

Saludos, pórtense mal, desde este lado del ordenador.

La costa de los ausentes, una novela de Santiago Gil

Martes, Mayo 10th, 2016

Santiago Gil es un escritor que maneja, y con mucha soltura, una serie de constantes que dan solidez, cuerpo, a su obra. La existencia, este paso breve por la vida, es una de ellas y en torno a esta idea se sostiene su última novela hasta la fecha, La costa de los ausentes, un libro en el que tampoco renuncia a otras de las claves de lo que ya podemos denominar como universo literario de Gil como son el desasosiego y el poso de tristeza que deja tras de sí.

La costa de los ausentes está dividida en tres partes, la primera de ellas está narrada de manera casi convencional, cuenta la historia de una mujer que además de intentar encontrar su lugar en el mundo, también quiere enfrentarse a esa amarga realidad que es la existencia. Esa existencia que tiene fin y que en este segmento, extraordinariamente lírico, parece que identifica con un mar revuelto omnipresente como es el que más que acariciar, azota la costa de Famara… aunque hay otros pueblos y ciudades dominantes en una novela más que urbana, reflexiva. Más que de posibles, de imposibles éxodos a territorios en los que se fue feliz, o al menos vivió con sus desgracias la protagonista, una exitosa galerista, Nieves Rivero, y otros personajes de la novela que, sin embargo, se dan de bruces contra la cruda realidad. Esa realidad que ni nos quiere ni nos odia.

Santiago Gil juega con otras claves en la segunda y tercera parte de esta novela. Y si bien a título particular es la que menos nos entusiasma, sí que pone de relieve que estamos ante un escritor más preocupado por las formas y el estilo, que por indagar en el corazón de sus personajes. Una tarea, cabe señalar, que sí explota y con nota en una primera parte en la que vuelca lo mejor que lleva dentro como narrador.

Resulta insólito, al menos en las letras que en la actualidad se escriben a este lado del océano Atlántico, la variedad de registros en las que se mueve el autor de La costa de los ausentes, y la capacidad que tiene en algunas de sus mejores páginas (y esta novela cuenta con algunas de esas mismas páginas) para emocionar y conmover a un lector como quien ahora les escribe. Es decir, que se deja llevar cuando Gil se decanta por su aliento poético o se inclina hacia su narrativa. Una narrativa que va mucho más lejos del sujeto verbo y predicado, ya que a veces la impregna con frases de chispeante viveza y esas reflexiones que también has compartido pero que has sido incapaz de expresarlas con palabras.

En este aspecto, y si lo ubicamos en esa hipotética Generación 21, Santiago Gil es el escritor mejor dotado –en este variopinto y afortunadamente inclasificable grupo– en el empleo de la palabra con método quirúrgico para hurgar en las heridas. Para la protagonista de esta novela, resignadamente dolorosas y que la fuerzan a buscar sosiego para obtener la certeza, dice uno de los personajes de esta novela de espíritus varados, “de que efectivamente estamos viviendo la vida que nos pertenece.”

¿Alguien da más?

Saludos, sale el sol, desde este lado del ordenador.

Otra vez dando la nota

Jueves, Diciembre 12th, 2013

* Attikus Editores edita la novela escrita por Santiago Gil, El destino de las palabras. El nuevo proyecto editorial al frente de Guadalupe Martín Santana inaugura con este título su catálogo de propuestas literarias. El libro, que se puede adquirir inicialmente en formato electrónico a un precio de 3,75 euros a través de la plataforma Amazon, se adentra en el amor y sus dependencias, al tiempo que aborda situaciones como la desaparición de niños, la locura, la homofobia o los malos tratos. La portada del libro es una magnífica creación del pintor Augusto Vives.

* La editorial y el sello discográfico Los’80 pasan factura publica Paté de foie, una novela de Guillermo Alemán cuya presentación tendrá lugar el 19 de diciembre, y a las 20 horas, en Aguere Espacio Cultural. El autor del libro, que se estrena oficialmente como escritor, ha sido calificada por su editor como uno de esos títulos que “atrapa y que descuartiza”. En Paté de foie convergen tres tramas “para configurar, en menos de cuarenta y ocho horas, un relato de crímenes, investigación policial, intrigas científicas y una historia de desamor que se resuelve de manera sorprendente”.

* El escritor Víctor Álamo de la Rosa no para. Tras publicar con Tropo Ediciones su novela Isla nada, con la que rompe ¿definitivamente? con su universo de Isla Menor, publica ahora con Ediciones La Palma un libro de poemas: El equilibrista y los jardines. Ambos títulos los presenta este viernes, 13 de diciembre y siempre y cuando las negras tormentas desaparezcan del firmamento, a las 20 horas en la Casa La Parra en Los Realejos.

* Y una novela más que se suma al panorama de autores canarios que este año han publicado algunas de sus obras, nos referimos al interesante psicothriller Los privilegiados del azar (Chiado Editorial) de Carlos Alberto Felipe Martell, quien propone un relato de misterio protagonizado por un profesor de Estadística de la Universidad de La Laguna tras recibir una enigmática carta de Salka, una hermosa inmigrante irregular cuya vida cambió brutalmente tras su estancia en la isla.

* Por último, se exhibe el 13, 14 y 15 de diciembre en TEA Tenerife Espacio de las Artes a las 19 y 21.30 horas Los caminos de Aissa, una película de Rolando Díaz que está producida por Luna Llena Producciones y Ventura Films, con la colaboración de Casa de Teatro y PROIM Canarias. La cinta cuenta cómo Aissa, una joven que ha tenido una vida difícil, sueña con convertirse en bailarina profesional y cooperante social.

Saludos, esto es todo por hoy, desde este lado del ordenador.

M.A.R publica en septiembre Un camino a través del infierno, de Javier Hernández Velázquez

Miércoles, Julio 31st, 2013

El escritor Javier Hernández Velázquez publicará su próxima novela Un camino a través del infierno en M.A.R. Editor. Este título, que resultó finalista en la última edición del Premio Internacional de Novela Negra L’H Confidencial, que convocan el Ayuntamiento de L’Hospitalet y Roca Editorial, llegará a las librerías en septiembre y se presentará en la capital tinerfeña el 11 de octubre.

Un camino a través del infierno está protagonizado por Mat Fernández, un personaje que ya había aparecido en dos relatos cortos del escritor. La novela, con ecos a Dashiell Hammett, se desarrolla en una pequeña capital de provincias en tiempo de elecciones. Lo que promete cosecha roja. Roja de verdad. Con todas sus letras.

Los que conocen anteriores trabajos de Hernández Velázquez saben que Santa Cruz de Tenerife no sería la misma sin, precisamente, las novelas y cuentos de Javier Hernández Velázquez.

La capital tinerfeña es una protagonista más en El fondo de los charcos (colección Serie Negra, Baile del Sol Ediciones), una ambiciosa novela que se mueve entre lo emocional y lo sentimental, así como en El sueño de Goslar (colección G21 Narrativa Canaria Actual, Ediciones Aguere/Idea) una de las más atractivas muestras de pulp pop que se han escrito en este país en los últimos años.

El escritor es autor además de las proféticas Factotum y La identidad fragmentada (ambas en Benchomo) y un título, este último, a rescatar para comprender la idiosincrasia de los que habitan el archipiélago canario.

Javier Hernández Velázquez es autor también de una colección de relatos reunidos bajo el título de Los días prometidos de la muerte. En una de cuyas historias, La medida de la vida, puede estar Mat. Aunque Mat Fernández sí que protagoniza Los ojos de Henry Fonda, cuento incluido en la ya histórica antología G21: nuevos narradores canarios, una iniciativa editorial de Ánghel Morales, el responsable con nombre y apellido de descubrir y explotar este feliz movimiento.

También de advertirnos de lo que hay y habrá…

Por proximidad generacional y por haber nacido en la misma ciudad, son muchas las claves que reconozco en la literatura de Javier Hernández Velázquez.

Un narrador con imaginación desbordante –recurriendo al tópico– y un excelente creador de atmósferas –comparto con todos ustedes una broma privada que mantengo con el escritor– que fue el primero de su generación en reivindicar la vida y obra del poeta Domingo López Torres en la que, a mi juicio, continúa siendo su mejor novela: El fondo de los charcos.

Este viernes, 2 de agosto, y en la MAC, en Santa Cruz de Tenerife, podrán verlo en acción, posiblemente empañando el protagonismo del editor de este su blog, en la presentación de Yo debería de estar muerto (colección G21 Narrativa Canaria Actual), la última novela de otro compañero 21, Santiago Gil. Periodista y escritor que cuenta con dos títulos que, personalmente, contribuyeron a que cambiara mi percepción de la literatura que se escribe en Canarias. De hecho, me cambiaron la vida: Las derrotas cotidianas y Queridos Reyes Magos (Anroart).

No soy adivino, suspendí las oposiciones hace mucho tiempo, pero ver en directo a estos dos tipos promete…

Yo, mientras tanto, quiero leer Un camino a través del infierno.

Pero será en septiembre.

“Matar te asegura ascender como un meteoro en el escalafón. Cargarse a un hijo de puta como yo supongo que debe de tener su mérito y su recompensa. Abatir a una mujer embarazada… no sabría donde encuadrarlo. No me importó su suerte. Me desentendí del lógico ajuste de cuentas en prisión para un culo de diecinueve años o de la soga que quebró su cuello en las duchas. El auténtico culpable seguía vivo”. (Los ojos de Henry Fonda, Javier Hernández Velázquez).

Saludos, ¿esperar hasta septiembre?, desde este lado del ordenador.

Un año de narrativa en Canarias

Viernes, Diciembre 28th, 2012

INTRO

* Al margen del bichado programa Santa Cruz, ciudad leída, promocionado por el Ayuntamiento de la capital tinerfeña (1), se celebró LuchaLibro, un original concurso de improvisación literaria; la Casa-Museo Pérez Galdós puso en marcha la iniciativa Archivos Literarios de autores contemporáneos y continuó el encuentro NNegra de Arona; una editorial nacional como Roca fichó para sus edición de bolsillo la trilogía iniciada con Ira Dei. La ira de Dios de Mariano Gambín, y la obra del escritor Víctor Álamo de la Rosa fue objeto de tres tesis doctorales, dos de ellas en universidades italianas y la tercera en una universidad brasileña.

* Por otro lado, la colección G21 Narrativa Canaria Actual no dejó de presentar títulos este año que se acaba; Ediciones Escalera los Escritos breves, de James Joyce, una edición bilingüe y crítica de varios textos del reconocido escritor irlandés traducidos por nuestro colaborador Mario Domínguez Parra, y el Premio Canarias de Literatura reconoció la trayectoria de Luis Alemany y el periodista y también escritor tinerfeño Juan Cruz obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Cultural.

* El Día de las Letras Canarias, dedicado en 2012 al poeta Pedro García Cabrera, pasó sin pena ni gloria. Esperemos que no sea igual en 2013, año que volverá a estar protagonizado por José Viera y Clavijo, de quien se conmemora el bicentenario de su muerte.

* En cuanto a lo malo del 2012, destaca la medida conjunta adoptada por el Ministerio de Cultura y el Gobierno de Canarias de suprimir el dinero asignado para la adquisición de novedades bibliográficas en las dos bibliotecas públicas del Estado y el traumático cierre, en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, de dos librerías que hasta el día de ayer fueron oasis y lugar de encuentro entre lectores y escritores como la lagunera Mistério y la santacrucera Tenerife.

* A pesar de estos percances, afortunadamente, las editoriales canarias supieron sortear los vientos huracanados de la crisis aunque es probable que para alguna de ellas  este 2013 sea algo así como su año de desguace. Con todo, se ha publicado bastante, y la calidad ha ido pareja por una vez con la cantidad de títulos que ha recibido el mercado

* El veterano José Rivero Vivas presentó La magua y Trova y furor, mientras que Sabas Martín regresó a su territorio mágico de Nacaria con Pleamar y Cecilia Domínguez Luis se adentró en los territorios de la novela juvenil con Los niños de la lata de tomate.

* Descubrí por mediación del escritor Jesús Castellano, Retrato de Marlou Diesel, de Marcelino R. Marichal, una novela editada en 2004 y que pide a gritos su pronta reedición. Castellano fue además autor de El libro del Cuervo, novela en la que narra sus experiencias vitales y laborales en un Gijón fronterizo, más cerca del espíritu de El asesino dentro de mí de Jim Thompson que la de otros modelos literarios considerados por los cursis como más serios.

* Víctor Conde, álter ego literario de Alfredo Moreno Santana, alejado del género por el que es reconocido en el mercado nacional, como es la fantasía y la ciencia ficción, aprovechó el año para revelarnos a un escritor experimental con su Malpaís. Conde también será noticia en 2013 porque se publicará en Alemania, Austria y Suiza su trilogía juvenil Heraldos, cuya última entrega, Heraldos del bien y el mal (Editorial Hidra) se puso a la venta en España el 14 de mayo.

* Pude leer El fulgor del barranco, de Juan Royo Iranzo, una historia que se desarrolla en la capital tinerfeña durante los años de la Guerra Civil y Puerto Santo, título que el autor presentó en 2012 y en el que se movió con sinuosa comodidad por las geografías de la novela histórica con divertido esperpento.

* Hosman Amin Torres propuso relatos en su más que recomendable Paréntesis y Jesús Villanueva se atrevió con la novela histórica con El fuego de bronce, título que puso a la venta en las navidades pasadas. Fiestas en las que coincidió en las librerías con la reedición de El caso del cliente de Nouakchott, de Jaime Mir Payá; El círculo platónico, de Mariano Gambín y Caminos de agua, de Román Morales, un volumen en el que su autor nos contó la travesía continental en kayak que realizó desde Buenos Aires al Caribe a través de los grandes ríos de sudamérica.

* Gregorio Duque y Juan Luis Calero me sorprendieron gratamente con Pequeños homenajes y El Porvenir de Juana Vizcaíno, y encontré una apasionante relectura de En el camino de Jack Kerouac en Cuaderno afortunado, de Eduardo Montelongo.

* Esther Terrón Montero saltó al ruedo con su más que interesante, reflexiva y crítica Junio; y editaron Agustín E. Díaz Pacheco, Proa en nieblas; el abogado y escritor José María Lizundia, Línea líquida (Memorias de unos años algo frívolos) y David Galloway, quien recopiló antiguos y nuevos relatos en el volumen El perfil de las esquinas.

* En la colección G21 Narrativa Canaria Actual publicaron también María Teresa de Vega y Ana Joyanes Romo las novelas Merodeadores de orilla y Noa y los dioses del tiempo.

* Arima Rodríguez Vega presentó Los crímenes de Asthon y Las pesadillas de Uriel, mientras que Juan Santana hizo lo mismo con Mujeres con gafas de luna y en los territorios de la novela negra, José Luis Correa y Antonio Lozano presentaron Nuestra Señora de La Luna y La sombra del Minotauro, respectivamente, y Alexis Ravelo publicó en  diciembre Morir despacio.

Faltan muchos más títulos, pero su ausencia es involuntaria. Nuestra intención es la de orientar y ofrecer una selección con las diez novelas que, a nuestro juicio, resultaron las más atractivas del 2012.

¿POR QUÉ ESTOS DIEZ TÍTULOS?

El futbolista asesino (Casa de cartón), de Nicolás Melini, porque pese a tratarse de una reedición significó la  recuperación de uno de los títulos clave para comprender la evolución que ha ido tomando la literatura que se escribe en esta tierra en los últimos años y porque se trata de un texto que no ha perdido todavía la vigencia, ni la rabia ni el nihilismo de cuando fue escrita.

Cucarachas con Chanel (colección G21 Narrativa Canaria Actual, Ediciones Aguere/Idea), de Dr (JRamallo), porque se trata de una de las mejores novelas que se han publicado este año en este archipiélago sin memoria. Porque sus páginas muerden, porque resulta demoledoramente crítica y ácida con una ciudad, Santa Pus, y las gentes que la habitan. Esto, y no otra cosa, es el Realismo.0.

No es la noche (colección G21 Narrativa Canaria Actual, Ediciones Aguere/Idea), de Carlos Cruz, porque la segunda novela de su autor, tras la perturbadora h. (Dilema Editorial), revela a un escritor en el que se aprecian constantes que analiza con distanciada frialdad. No es la noche transcurre en una ciudad sin identificar ubicada en el sur de una isla que podría ser Tenerife, en la que un hombre y una mujer hacen todo lo posible por resistir.

El sueño de Goslar (colección G21 Narrativa Canaria Actual, Ediciones Aguere/Idea), de Javier Hernández Velázquez, porque su autor continúa tirando de la novela negro criminal con la excusa de escribir los libros que le apetece y, de paso, rendir cariñoso y nostálgico homenaje a la ciudad donde nació: Santa Cruz de Tenerife. Tras El fondo de los charcos, Velázquez propone ahora una atractiva pop fiction con una turbadora protagonista, la pelirroja Alex Stibtings.

La isla de las palabras desordenadas (Izana Editores), de Yolanda Delgado Batista, porque es una novela sobre la soledad, sobre el desarraigo, sobre la descomposición familiar. Elementos que en otras manos no hubiera resultado tan atractivo e inquietante material de derribo existencial.

La Señora Beatriz de Bobadilla. Señora de Gomera y Fierro (Hora Antes Editorial), de Carlos Álvarez, porque el escritor hace ficción –y de la buena– con uno de los personajes más atractivos de la Historia de Canarias. Cuenta con una primera parte excelente aunque las ambiciones y los personajes que se desarrollan a lo largo de sus más de cuatrocientas páginas terminan por dañar un libro que al final no resulta redondo.

El corsario de Lanzarote (La Caja Literaria), de Francisco Estupiñán, porque se trata de una obra histórica que recupera, gracias a un notable trabajo de documentación, la recreación de unos tiempos en los que vivir en el archipiélago significaba algo así como habitar el último territorio del mundo conocido. Estupiñán nos cuenta la vida y obra de Agustín de Herrera y Rojas en una obra en la que se mezcla aventuras, hazañas bélicas, humor, psicología, política y algo de surrealismo. El escritor obtuvo por este título el Premio Benito Pérez Armas 2011.

Hola fondo sur (colección Dando Pata, Editorial Baile del Sol), de Daniel Ortiz Peñate, porque junto a Cucarachas con Chanel y La isla de las palabras desordenadas me parece uno de los mejores títulos publicados este año no ya tanto por lo que tiene de ficción, a mi juicio lo más imprescindible del relato, sino como libro de viaje y de aventuras –con ecos a lo Kerouac– que emprende su protagonista por varios países  sudamericanos.

Queridos Reyes Magos (Anroart Ediciones), de Santiago Gil, porque su aplastante crudeza, su acerada radiografía sobre la familia en fechas tan aparentemente felices como son las navidades se lee como un violento cogotazo. Leo de Gil también este año Las derrotas cotidianas, una novela anterior, en la que reflexiona con feroz realismo sobre los mismos temas, y la irregular Yo debería estar muerto (colección G21 Narrativa Canaria Actual, Ediciones Aguere/Idea), su último título hasta la fecha.

La lista (Principal de los libros), de Juan Bosco, porque su publicación ha contribuido a recuperar la memoria de los que perdieron la Guerra Civil española en una localidad cerrada y ombliguista, tan idiotizada por un sistema de castas, al que su autor pone nombre: La Orotava. Novela gruesa en páginas y que cae en un inevitable maniqueísmo, La lista cuenta con más virtudes que defectos, así como una atractiva reelectura de la pasión y muerte de Jesucristo que encarna su joven protagonista.

(1)  Tras iniciar la experiencia con fragmentos de las novelas Los puercos de Circe y La ciudad de las miradas, de Luis Alemany y Pablo Martín Carbajal, respectivamente, se prevé que después de los Carnavales continúe el programa obras de Javier Hernández Velázquez y Fernando Delgado.

(*) Sin pinchan los enlaces de los diez títulos seleccionados accederán a los comentarios que, en su momento, escribimos sobre ellos en este su blog El Escobillón.

Saludos, ¡el baile es vida!, desde este lado del ordenador.