Archive for Octubre, 2010

Carta abierta a la Concejala de Cultura del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife

Domingo, Octubre 24th, 2010

Reproducimos a continuación la siguiente carta abierta, firmada por Alice Coverland y fechada el sábado 23 de octubre.

“A la atención de la concejala de cultura. Me dirijo a usted con la intención de manifestarle mi descontento con el cese de la actividad de música en vivo en el Honky Tonk eXpress de la Avda. Anaga e intentar hacerle ver lo que significa este local en Santa Cruz.

El Honky Tonk eXpress programa sin ninguna subvención pública, una media de 12 conciertos al mes en los que participan una media de 20 bandas, basándose un alto porcentaje de esta programación en bandas canarias. Además regularmente se programa teatro, programas de radio, exposiciones de fotografía, arte gráfico y similares, así como la programación de conciertos nutre las aspiraciones de muchos fotógrafos que encuentran en la música en vivo una fuente para trabajar con sus equipos.

Este caldo de cultivo artístico que ha surgido supone un movimiento en la Avda. Anaga que yo no recuerdo haber visto nunca. Un movimiento de gente con inquietudes culturales que no causan ningún tipo de problema y que presume de un civismo desconocido para cualquier otro establecimiento nocturno.

Además esta actividad cultural genera movimiento económico tanto en la propia ubicación del local los días con programación, como a lo largo de la semana en muchos otros ámbitos. Por ejemplo, gracias a la existencia de este local que es puerta de salida para muchísimas bandas noveles, grupos de jóvenes y no tan jóvenes se reunen, alquilan salas de ensayo para preparar sus actuaciones, compran instrumentos, accesorios, acuden a clases de música y todo esto supone dinero y puestos de trabajo indirectos. Todo esto ocurre porque existe esa meta, que es “tocar en el Honky Tonk”. Sin esta meta se pierde todo lo anterior. Añadir tambien que esta actividad económica “exterior” al local se puede hacer extensiva no solo a los músicos, sino a los grupos de teatro, a los fotógrafos, etcétera, todo aquel que cuenta con un sitio donde dar salida a su arte, sus inquietudes.

Cuando algo que surge de la iniciativa privada llega a este nivel de aceptación en la población, y que además promueve claramente unos valores culturales, de compañerismo y de superación, se encuentra con “problemas técnicos” como sus propios dueños han llamado a este paréntesis, creo que la responsabilidad de los que los dirigentes de la ciudad en lugar de cerrar sin valorar las consecuencias, es echar una mano, por el interés de todos, y ayudar a estos empresarios a solucionar esos problemas técnicos sean los que fueren. De este modo seguiría habiendo una programación cultural de nivel sobresaliente, a coste cero para el Ayuntamiento.

Todo lo demás es incomprensible y triste. Muy triste.

Gracias por su atención y ojalá esta misiva de lugar aunque sea a una reflexión.”

 Saludos, con otra mueca de resignada sorpresa, desde este lado del ordenador.

Impacto

Viernes, Octubre 22nd, 2010

I.- ANATOMÍA

Admito que cuando viajo (pocas veces, esa es la verdad) a los territorios del teatro y la poesía me encuentro, como en toda ciudad que no he visitado tanto, caminando sobre terreno pantanoso. Probablemente se deba a un prejuicio, a mi escasa afición por la escena y por la metáfora, pero prometo continuar indagando por estas geografías si el impacto que recibo es tan alentador como el que disfruté este jueves, 21 de octubre, en el Círculo de Amistad XII de Enero en Santa Cruz de Tenerife.

Sala que acogió la representación de Proyecciones, la única obra teatral de la que se tiene constancia dejó escrita Pedro García Cabrera. La pieza se presentó en formato semimontado bajo la dirección de Isabel Delgado, mientras la dramaturgia la asumió Roberto García de Mesa, quien reveló al final de la sesión y en un animado debate con el público que no había cambiado ninguna palabra ni ninguna coma del texto original.

En el apartado técnico se encontraban Clemente García Noda (escenografía) y una de las actrices, Verónica Acosta, asumiendo también las funciones de imagen y sonido. Proyecciones contó con el trabajo actoral de la ya citada Verónica Acosta y de Adán Hernández, Eduardo Jiménez Feria, Nurh Jojo y Zebensuí Felipe.

Proyecciones está estructurada en ocho cuadros (hay un noveno perdido en el limbo de las suposiciones) donde el autor reflexiona en ocasiones con una modernidad desarmante sobre política, sexo, familia… Ignoro si esta original pieza se llevó a escena cuando fue escrita, la década de los 30 del pasado siglo XX, pero sí fue así quiero pensar que animó generosos y constructivos debates al menos en este pacato archipiélago en el que vivimos aislados. También quiero pensar en los animados y generosos debates que producirá en este pacato archipiélago de pacotilla si esta obra continúa representándose y no se queda sólo en la representación que tuvimos oportunidad de ver el jueves.

II.- DE UN INSTANTE

Uno de los cuadros propone un curioso debate sobre el socialismo que merece masticarse con lentitud. Muy recomendable para los que actúan “por amor al pueblo”. De hecho, en un momento dado, imaginé que aquellas palabras escritas hace tantos años iban dirigidas a José Luis Rodríguez Zapatero y a los afiliados y simpatizantes de su partido que a este lado del Atlántico no han encontrado mejor solución para resolver sus problemas que partirse la cabeza a leñazos.

Hay otro cuadro que me conmovió, transcurre en una biblioteca. Un lector charla con el empleado mientras fuman un cigarrillo. De fondo un reloj que va hacia adelante o atrás según quieran sus protagonistas. El final de este segmento es de antología. Y creo, con las adaptaciones pertinentes que se quieran, que podría dar vida a uno de esos tantos cortometrajes que se ruedan en esta tierra.

Otros cuadros que me sorprenden y que hace que por unos momentos esté viendo teatro son la conversación que mantiene un padre con su hija (perturbador) y una cabaretera con un caballero de extraña moral porque es un hombre normal.

Y la cosa sigue. Y sigue. Y te sorprende que una obra de los años 30 –pese a su en ocasiones lastrador compromiso con su tiempo– te resulte a veces tan actual.

Tan de nuestro tiempo.

Saludos, surfeando olas, desde este lado del ordenador.

Varias paradas en el caminio nos enseñó que la vida es rodar y rodar

Miércoles, Octubre 20th, 2010

I.- UNA OPORTUNIDAD: VER LO QUE PEDRO GARCÍA CABRERA HIZO PARA TEATRO

El jueves 21 de octubre finalizan las Jornadas Pedro García Cabrera: Nuevas perspectivas de un autor vivo organizadas por la Fundación Pedro García Cabrera.

Para la clausura la Fundación estrena un montaje escénico de producción propia sobre Proyecciones, la única pieza teatral escrita por el autor gomero entre 1930 y 1936. El acto se celebrará a las 19.30 horas en el Salón de Actos del Círculo de Amistad XII de enero de Santa Cruz de Tenerife.

La obra se representará en formato de semimontado bajo la dirección de Isabel Delgado Corujo (directora, autora y profesora de dramaturgia de la EAC), y cuenta con la dramaturgia de Roberto García de Mesa, la escenografía de Clemente García Noda y la imagen y sonido bajo la coordinación de Verónica Acosta. Estará protagonizada por los actores Adán Hernández, Eduardo Jiménez Feria, Nurh Jojo, Verónica Acosta y Zebensuí Felipe.

II.- LA REEDICIÓN DE OTRO LIBRO MAESTRO DEL MAESTRO

El Espacio Cultural CajaCanarias en Santa Cruz de Tenerife acoge también este jueves, 21 de octubre, a las  20 horas la presentación del libro La novela extranjera en España, una reedición revisada y ampliada de la obra del mismo nombre editada por Manuel Padorno en 1973, integrada mayoritariamente por una recopilación de los ensayos dados a conocer por Domingo Pérez Minik en la revista Ínsula y en la prensa española e hispanoamericana, sobre una serie de autores y de obras europeos, rusos y estadounidenses traducidos al español.

El libro ha sido editado dentro de la colección Biblioteca Domingo Pérez Minik, y cuenta con edición, prólogo y notas de Juan Manuel García Ramos, y su elaboración ha sido coordinada por Rafael Fernández Hernández.

III.- UNA CURIOSIDAD LO QUE SE DICE CURIOSA

Pronto se distribuirá por las librerías un nuevo libro del catedrático de Historia de América de la Universidad de La Laguna, Manuel de Paz. Lleva por título Leoncio Rodríguez y Las Palmas de Gran Canaria. El legado regional de un tinerfeño, y forma parte de la colección Thesaurus de ediciones Idea.

Manuel de Paz es un inteligentes y rigurosos historiador sobre la masonería y Cuba. Es autor, entre otros, de dos magníficos volménes titulados Zona rebelde. La diplomacia española ante la revolución cubana (1947-1960) Zona de guerra. España y la revolución cubana (1960-1962) que sirvieron de material al escritor Norberto Fuentes para su monumental Autobiografía de Fidel Castro, así como de Historia de la francmasonería en Canarias (1739-1936) y Militares masones en España. Diccionario biográfico del siglo XX.

IV.- Y UN PREMIO PARA SEDIENTOS

El joven Alejandro Cabrera, de 20 años de edad y natural de Tenerife, se proclamó ganador del concurso organizado por Fuentealta (www.fuentealta.es) dentro del marco del Tenerife Design Festival 2010, cuyo objetivo era premiar el mejor diseño gráfico para la etiqueta de la botella de cristal de 75 cl. de Fuentealta Gran Reserva.

El nombre del proyecto ganador, cuyo premio estaba valorado en 1.500 euros es 3 gotas y un sueño.

El jurado otorgó también una mención de honor sin dotación económica al proyecto La botella mágica guanche, de Alejandro Gallero. Los diseños participantes se pueden ver hasta el 23 de octubre en la calle de Bethencourt Afonso, antigua c/ San José, nº 29; de 11 a 14 y de 18 a 21 horas.

Saludos, mirando a los vecionos de enfrente, desde este lado del ordenador.

De coños y pollas

Martes, Octubre 19th, 2010

I.- COÑOS

Recibo un comentario en un post anterior de José Luis Pérez Navarro

Según informa el artista tinerfeño dos imágenes de su exposición Oh, my God!  han sido “censuradas” por la dirección del Ateneo de La Laguna porque hieren la sensibilidad del espectador.

La exposición propone una reflexión sobre eros y tanatos, explica el artista, en la que los crucifijos comparten paisaje con cuerpos desnudos mostrando sus coños y pollas. 

Confieso que esta noticia, por molesta e irritante, me ha mosqueado bastante.

El presidente de la sección de arte del Ateneo de La Laguna, Claudio Marrero, me transmite vía telefónica que el único responsable de esta decisión ha sido él, y que así se lo comunicó a Pérez Navarro hace unos días con la esperanza de llegar a un arreglo para la eliminación de las dos imágenes polémicas.

Uno de estos acuerdos consistía en clausurar la exposición si al artista persistía en la idea de que se incluyeran sus dos imágenes censuradas. La segunda continuar con la exposición en el Ateneo hasta el 30 de octubre siempre y cuando no aparecieran las imágenes prohibidas.

El artista optó por la segunda opción, aunque forzando a que se instalasen dos carteles en el mismo espacio que antes ocupaban las fotografías censuradas y en el que ahora se puede leer: El responsable de la sección de Arte del Ateneo de La Laguna ha considerado oportuno retirar la imagen que aquí se mostraba. El Ateneo de La Laguna y el responsable de la Sección de Arte quieren agradecer públicamente la comprensión y el talante concilidado que D. José Luis Pérez Navarro ha mantenido en todo momento ante la censura (la cursiva es nuestra) de parte de su obra. Disculpen las molestias” , firmado Claudio A. Marrero.

II.- Y POLLAS

Si visitan la exposición Oh, my God! en la centenaria sociedad lagunera encontrarán estos dos avisos ocupando el espacio de unas imágenes que sólo se pudieron contemplar el día de la inaguración, el pasado jueves 7 de octubre, y la mañana del viernes siguiente.

El responsable de Arte del Ateneo, Claudio Marrero, especialista que lleva desarrollando estas funciones desde hace cuatro años en la institución, ha plasmado en estos carteles sustitorios su nombre y teléfono móvil para dar las explicaciones necesarias a todos aquellos visitantes que se pregunten si los carteles forman parte ahora de Oh, my God!  o de verdad se trata de una censura. Quizá porque se pensó que a juicio del visitante esas dos imágenes podrían resultar extremadamente chocantes.

En fin.

Me pregunto mientras escribo este post ¿por qué el Ateneo de La Laguna y TEA –donde no hace tanto tiempo pasó algo parecido con Juan Hidalgo– les ha dado por esta manía de cogerla con coños y pollas?

Las dos imágenes censuradas supuestamente por la sección de Arte del Ateneo de La Laguna ilustran este comentario.

Hagan sus apuestas. 

El artista explica en este mismo blog (ver comentarios de la entrada La banda de los tres): “Soy el censurado José Luis Pérez Navarro. Efectivamente ante mi estupor el presidente del progresista Ateneo de la Laguna ha censurado tres fotos de mi exposición .Se convocó una reunión con el director de la sala de arte y el presidente para pactar, quitar las tres fotos tan hirientes según el presidente. Mi condición, ante la presión de clausurar la exposición recién inaugurada, fue que se pusiera un texto en el lugar de las obras censuradas. Como suelo ir por el Ateneo a tantear mi exposición, puse unas reproducciones tamaño carnet ya que todos los visitantes tenían mucho interés en ver las mencionadas obras. Ayer me llamó el presidente con un tono poco amigable para que retirase también las miniaturas. Incluso yo en persona puse un cartel en la entrada del hall del Ateneo y otras dos en la entrada de la sala, en el que se advierte que la exposición puede herir la sensibilidad del espectador y no es recomendada para menores. ¿Qué más puedo hacer?”

¿Que qué más puede hacer usted?

Pues tal y como están las cosas exclamar oh, my God!

Saludos, a lo ¿será por qué se rompió el pacto?, desde este lado del ordenador.

La banda de los tres

Lunes, Octubre 18th, 2010

En mi ya larga trayectoria como lector de novelas y relatos fantásticos si hay tres autores británicos a los que seguí con cierta regularidad en las décadas de los 80 y 90 del pasado siglo fueron los perturbadores Ramsey Campbell, Clive Barker y James Herbert. Escritores todos ellos cuyos libros disfrutaron de buena distribución en España, en especial cuando los vientos de lo macabro se hizo un hueco en nuestras editoriales tras el arrollador éxito de Stephen King y su peculiar retrato de las pesadillas del sueño americano.

Acostumbrados como estoy a digerir las infernales ensoñaciones de escritores estadounidenses de nuestro tiempo (uno de los hijo de Stephen King, Joe Hill, se suma también a esta ya amplia nómina de cultivadores del horror) cuando me tropezaba –y aún tropiezo pero cada vez menos– con la obra de algunos de sus aventajados primos británicos descubría nuevas y en ocasiones apasionantes lecturas de la Pérfida Albión solo que en los casos de Campbell y Barker agradecía más sus extravagantes relatos cortos que sus novelas, a mi modesto entender tochos pesados de desordenadas pesadillas.

Con James Herbert la digestión se me hacía más complicada. Porque si bien me costaba entrar en sus historias cuando al final lograba desenmarañar sus en apariencias complicadas tramas disfrutaba bastante con sus imaginario. Quizá sea porque Herbert se trata del más facilón de los tres. También por sus temáticas, en ocasiones tan obsesivas como la de recurrir a sectas secretas adoradoras de deidades primigenias.

En todo caso, la literatura de estos tres mosqueteros cuya obra solía subvertir el espíritu de su graciosa majestad me sabían a diferente. Y en ocasiones extrañamente coincidente, caso de Campbell y Herbert. En algunos de sus mejores libros ofrecían una visión apocalíptica de Londres. Un territorio urbano al que sometían a todo tipo de vejaciones no sé si como involuntario reflejo de lo que sufrió la city durante los amargos y trágicos bombarderos de la II Guerra Mundial.

Campbell inició su carrera influenciado notablemente por el universo lovecraftiano en una serie de novelas donde reactualizó los mitos de Cthulhu con originalidad y cierta agradecida charcutera. Más tarde exploró otros senderos de los territorios de lo macabro, metiendo sus pezuñas en sectas prohibidas de las que salieron excelentes (aunque algo largas) historias como Los Sin Nombre, llevada al cine con irregulares pero también inquietantes resultados por el español Jaume Balagueró, director de la exitosa Rec.

Clive Barker sorprendió a propios y extraños con sus Libros de sangre, antología de cuentos de terror donde dio un paso hacia adelante al explorar nuevos paisajes que hasta ese momento no habían sido investigados en demasía por otros autores residentes en el género. Su éxito se hizo llegar, aunque se disparó al contar con el espaldarazo del gran pope Stephen King, quien dijo aquello de “he visto el futuro del horror y su nombre es Clive Barker” a raíz de la lectura de los aún perturbadores cuentos que se incluyen en Libros de sangre. Lástima que las incursiones del sobresaliente escritor de Liverpool se dispersaran cuando tanteó la novela y el cine, donde la mayoría de sus obras no dejan de resultar efectistas pero también muy toscos artefactos para generar miedo.

James Herbert fue un novelista que gozó de bastante reconocimiento en los años 80 con una serie de novelas donde explotaba temas tan queridos por los aficionados como el gigantismos (La invasión de Las ratas), adoradores de deidades prohibidas (Sepulcro) o los espectros (El superviviente) pero planteandos como una curiosa y en ocasiones enloquecida vuelta de tuerca.

El espíritu que emana de sus historias no deja de ser el de una novelita de todo a cien, plagada de lugares comunes y personajes de una pieza pero que su autor, Herbert, manejados muy bien consciente de que su talento es bastante limitado y por lo tanto poco dado a extraños experimentalismos.

Por ello considero una injusticia que Herbet continúe siendo una especie de tonto en este triángulo diabólico que nos vino de la Union Jack. Casi como un Ringo Starr de la literatura de terror anglosajona relativamente apagado por el talento más serio e innovador de Campbell (¿George Harrison?) y Baker (¿Paul McCartney?) en lo que fue la gloriosa e irreverente fantasía británica de las dos últimas décadas del siglo pasado.

Décadas que no encontró a su peculiar John Lennon como cabalista del género. Claro que quien sabe, igual un día de estos Stephen King desde Maine vuelve a anunciarnos que ha visto el futuro del género y que su nombre es…

 Saludos, rememorando agradables lecturas de pesadilla, desde este lado del ordenador.

¿Un español neutro?

Domingo, Octubre 17th, 2010

Si llevas toda una vida armándote los sesos con traducciones llega un momento en el que ya sabes detectar las que te convencen y las que te inquietan.

Eso me pasó hace unos días con una novela de espionaje de Len Deighton. Un libro que se desarrolla los últimos años de la Guerra Fría y que enfrenta a soviéticos y norteamericanos en lo que se conoció como el Gran Juego. 

Leer un libro bien traducido es una delicia. Pero leer un libro mal traducido es una tortura y responsable en gran parte que el lector abandone el ejemplar nada más haberlo empezado.

En esos casos y si me gusta el autor, recurro al cansado ejercicio de ir retraduciéndolo en la cabeza. Experiencia que me obliga a no prestar más atención a la trama y a los personajes que en ella se mueven.

Ahora bien, si la traducción es latinoamericana y utiliza sus propios giros y expresiones como identificar saco como una chaqueta o carro como un coche mi descomposición puede llegar a extremos desesperantes. Como desesperante es cuando leo en novelas editadas en los años 40 o 50 esa manía por castellanizar los nombres propios de los personajes.

Un ejemplo cogido al azar en mi desastrada biblioteca: A Richard lo llaman Ricardo. A Elizabeth se la rebautiza como Isabel.

Esta furia desatada me es relativamente reciente, no obstante.

Y es reciente porque recuerdo con un asomo de nostalgia como disfrutaba leyendo las historietas de Superman y Batman que publicaba Novaro, una editorial mexicana. Y disfrutaba más que por la aventura en sí por los diálogos traducidos que salpicaban los globos o bocadillos donde los personajes “conversaban”.

Me tronchaba de la risa cuando aparecía en escena Bruce Wayne y su pupilo Dick Greyson. Y no porque aparecieran en escena disfrazados con sus extravagantes trajes de gente normal sino porque imaginaba al traductor mexicano jarto de mezcal y marihuana rebautizándolos con rocambolesca y también generosa imaginación Bruno Díaz y Ricardo Tapia.

En los colorines de Superman (el hombre de acero) Clark Kent sí que se llamaba Clark Kent pero su novia de toda la vida, Lois Lane, se la conocía como Luisa Lane y a Perry White, el director del Diario El Planeta, como Pedro White. Y a Jimmy Olsen (el fotógrafo) como Jaime Olsen. Nunca entendí porque castellanizaban los nombres de los secundarios pero no sus apellidos. Con lo bien que hubiera quedado: Pedro Blanco ordena a Clark Kent que investigue el robo cometido en el gran banco de Metrópolis…

Cuento todo esto porque no creo que se haya valorado como se merece el trabajo de un buen traductor, que es una persona cuya misión es la de intentar reproducir con la mayor exactitud posible el espíritu de la obra original. Y en el caso de los traductores de la editorial Novaro creo que lo hacían rayando la más excéntrica perfección.

Con esto de la traducción solo alcanzo estados realmente salvajes cuando veo una película. Y no ya por la voz que le pueden  poner a John Wayne en la versión doblada sino porque siendo lo mismo es distinto.

Aviso, sin embargo, que últimamente me calmo viendo series norteamericanas de los 60 y 70 en lo que se conoce como español neutro (¿?).

Escuchar una serie en ese español neutro hace que viaje en  la cápsula del tiempo. Reconozco ese español que me decían procedía de Puerto Rico y que ahora se quiere conocer como  ”neutro”.  

A mi me sigue sonando diferente. Y sobre todo gozosamente llamativo cuando los dobladores pronuncian los nombres de los protagonistas del filme en inglés. O en ese inglés que yo tenía (y debo tener) en el imaginario. Cuando se dice Carolyn Jones te suena a Carolyn Jones con todas sus letras.    

Personalmente, ha sido una delicia volver a escuchar en viejas series de televisión ese doblaje a un español de no sé que procedencia…

Me hace reír y me hace llorar.

También me hace pensar.

Pero sobre todas las cosas me hace recordar. 

¿El qué?

Si te digo la verdad te miento.  

Saludos, navegando, desde este lado del ordenador.