Archive for Diciembre, 2014

¿Sin embargo?

Jueves, Diciembre 18th, 2014

 

Los jóvenes necesitan variedad –decía López–,  pero también los hombres de cierta edad. En el caso de la juventud es la curiosidad de la ignorancia, en el caso de los viejos  lo que necesitan es refrescar el apetito.  Nadie puede servirle mejor que yo, porque he estudiado su carácter, señor Venell. Usted no es cubano: para usted la forma del trasero de una chica tiene menos importancia que cierta suavidad en el comportamiento…

- Me ha interpretado mal –advirtió Wormold.”

(Nuestro hombre en La Habana, Graham Greene. Traductor: Ana Goldar. Alianza Editorial, 1982)

(*) En la imagen Alec Guinness, como Wormold en Nuestro hombre en La Habana (Carol Reed, 1959)

Saludos, ¿dónde vas, Domitila, dónde vas?, desde este lado del ordenador.

Más vale tarde que nunca

Miércoles, Diciembre 17th, 2014

“Más vale tarde que nunca” me dijo un profesor de cuyo nombre no quiero acordarme hace ya unos años. Demasiados años aunque la sentencia, que pronunció con contundencia y una siniestra ironía, continúa ocupando su espacio en el disco duro de mi memoria como si no quisiera abandonarme, fijada como una garrapata en mis recuerdos a modo de una advertencia que, debo de admitir, cuando me la dijo sonó más a un usted está nominado que a otra cosa.

Me viene a la cabeza pues ese “más vale tarde que nunca” porque cierro este 2014 que entra en su recta final observando series que casi todo el mundo vindica y que yo, por h o por b, había evitado hasta encontrar un filón en el que poder explorarlas con entusiasmo infantil para sentir que entro en comunión con la opinión de otros que ya son mayoría.

A la espera de descubrir Breaking Bad y True Detective, que esperan pacientemente hasta la entrada del 2015, finalizo el año con empachos muy bien digeridos de Los Soprano, The WireBoardwalk Empire, la original, la británica House of Cards y ahora, igual de emocionado, con Mad Men.

La pregunta que me asalta es cuando yo mismo pregunto con cuál de ellas me quedo. Cuál considero la mejor para concluir que ninguna de ellas porque todas son especiales y diferentes, tremendamente conmovedoras por la complejidad con la que las han armado sus creadores y equipos de guionistas.

Me fascina, por un lado, los personajes femeninos de Los Soprano y Mad Men que, pienso, están muy por encima de sus compañeros masculinos pese a que todo el mundo destaque el –por otra parte excelente trabajo– de James Gandolfini y John Hamm.

Pero me violenta, decía, que apenas se comente que parte de su éxito se debe a las actrices que lo acompañan como Edie Falco, January Jones y Christina Hendricks, entre otras protagonistas que imprimen carácter a sus personajes y que consiguen que esté más atento a sus evoluciones en pantalla que a la de sus compañeros masculinos.

Estas series de televisión ocupan hoy una cima que parece imposible que supere el cine. Son las películas que quería ver. Son las películas, cada uno de los episodios que las estructuran, que deseaba encontrarme en este páramo repetitivo en el que ha terminado por convertirse el entretenimiento.

Vistas unas, tengo así la impresión de que conozco cómo se mueve el turbulento y oscuro universo de la mafia y el gangsterismo norteamericano de los años treinta; así como la alta política y el mundo de la publicidad en los sesenta.

Pero en todos estos períodos históricos en los que se desarrollan sus imbricadas tramas, son ellas, precisamente, los motores del cambio. Las que son capaces de generar transformaciones no ya dentro de la misma serie sino, entiendo, del mundo que las rodea y que me rodea.

Fatigado y fustigado por el cine norteamericano de nuestro tiempo, no resulta nada nuevo defender lo que esa industria ha logrado a través de las series sin renunciar a una tradición cinematográfica cuyos destellos aprecio en todas ellas. Cine negro, drama, apuntes de comedia negra… Los Estados Unidos de Norteamérica demuestran una vez más que es un territorio en el que no se ha apagado su talento gracias, precisamente, a las series y a ese invento prodigioso que es la televisión.

Y que gracias a la televisión y al paquete de series mencionadas con anterioridad, que termine el año con renovadas claves para enfrentarme a un futuro que ya es presente incierto.

Es decir, que recupero viendo estas series ese temblor que anima mi capacidad por la sorpresa y el asombro. Y que por eso agradezco con humildad un fenómeno que me hace ser consciente de que no me faltará agua en la que abreviar cuando intelectualmente me asalte el veneno del derrumbe.

Saludos, yo solo sé que no sé nada, desde este lado del ordenador.

Los hermanos Ríos presentan el guión de ‘Isleños’ junto a un ‘pack’ con sus tres largometrajes: ‘Guarapo’, ‘Mambí’ y ‘El vuelo del guirre’

Martes, Diciembre 16th, 2014

Teodoro y Santiago Ríos presentan este jueves, 18 de diciembre, el guión de la película Isleños, proyecto frustrado ya que no llegó a pantalla, junto al pack en dvd de sus largometrajes Guarapo (1988), Mambí (1998) y El vuelo del guirre (2007).

El acto, que comenzará a las 19 horas, tendrá lugar en Fundación La Caixa y contará con los hermanos Ríos, el director general de Cooperación y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, Aurelio González, cuyo departamento patrocina este volumen; el crítico y especialista cinematográfico, Claudio Utrera, hasta el año pasado director del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria y el periodista Carmelo Rivero, que intervendrá como moderador.

El argumento y guión de Isleños es de Teodoro y Santiago Ríos, quienes contaron con la colaboración de Alberto Vázquez Figueroa y José Miguel Hernán y está basado en la investigación histórica desarrollada por Armando Curbelo Fuentes.

Los Ríos anunciaron en su momento que por varias razones no llegaron a levantar este proyecto aunque la de más peso fue el elevado costo de su producción. Conscientes de la situación que vive el país y que ha generado drásticos recortes en los presupuestos destinados a Cultura, los cineastas explican que ahora quieren mostrar a los interesados la historia original que habían armado sobre la fundación de San Antonio de Tejas por un grupo de familias canarias en el siglo XVIII.

En una entrevista, Teodoro Ríos comentaba que Isleños quería ser  “una epopeya épica que, dada la situación económica actual, vemos muy complicado llegar a realizar.”

En otras declaraciones, los Ríos reconocían a Isleños como una cuenta pendiente, por lo que “si no logramos la financiación para la película, cómo mínimo, nos gustaría acabar el guión”. Cabe destacar que el presupuesto de la película se calculaba “entre los siete o nueve millones de dólares” tras descartar una versión mucho más ambiciosa que acariciaba como protagonista al actor Andy García.

(*) En la imagen Santiago y Teodoro Ríos en una pausa del rodaje de Mambí.

Saludos, fundido a negro, desde este lado del ordenador.

Dos hombres y un destino: Boileau-Narcejac

Lunes, Diciembre 15th, 2014

Ya dedicamos en su momento un comentario a los escritores que han hecho pareja literariamente. Es decir, a todos esos autores que firmaron, y generalmente con otro nombre, novelas escritas a cuatro manos.

Hay bastantes, y entre otros recordamos a Erckmann-Chatrian, uno de cuyos libros, Waterloo (continuación de Un quinto de 1813), fue traducido al español por Manuel Azaña; y los policíacos Wade Miller (también conocidos como Whit Masterson) y Boileau-Narcejac, quizá los autores más populares en la república de las letras si no añadimos a la lista a Douglas Preston y Lincoln Child y otros tantos que han apostado recientemente por la creación literaria como un trabajo de dos.

Vamos a ceñirnos en este comentario, sin embargo, al trabajo que resultó fruto de la unión de los talentos de Pierre Ayraud y Pierre Boileau, quienes ocupan un lugar destacado en la literatura de suspense como Boileau-Narcejac porque, a nuestro juicio,  son maestros del género policíaco por su inteligente combinación entre la novela  enigma y la negra gracias a una serie de truculentas historias que bordean lo fantástico y en la que se combina notablemente el miedo a uno mismo y también al otro. Ese otro no es otro que la pareja, la familia, los amigos que a veces no son lo que parecen.

Las novelas de Boileau-Narcejac transcurren generalmente en ambientes provincianos donde sus protagonistas están marcados por problemas emocionales. Víctimas, aunque al final se revele que era el asesino, de las circunstancias y de los personajes que los rodean.

Historias profundamente psicológicas que dan su interpretación sobre las debilidades humanas, los relatos de Boileau-Narcejac han envejecido muy bien con el paso de los años por lo que aún emocionan y capturan sin demasiadas complicaciones la atención del lector, un lector abrumado por una trama muy bien armada y con los pies sobre la tierra.

Boileau-Narcejac cultivó con cabeza la literatura de género y no se les caían los anillos de los dedos por publicar en colecciones de bolsillo, esa que tanto desprecian algunos y que esconde en numerosas ocasiones joyas que aún relumbran pese a estos tiempos de oscuridad en los que vivimos.

El cine sí que supo calibrar el talento que se escondía en muchas de las obras que firmaron. Baste recordar que, entre otras, se encuentra Entre los muertos, que inspiró Vértigo, de Alfred Hitchcock;  Las diabólicas de H. G. Clouzot y Los ojos sin rostro de Georges Franju, cintas que todavía sorprenden y, lo que es mejor, inquietan porque no dejan de tratarse de productos extraños y enfermizos. Retratos retorcidos y algo morbosos sobre la locura. Una locura atada a las pasiones humanas.

En mi biblioteca cuento con una provisión de Boileau-Narcejac para pasar el invierno. Soy consciente que leyendo sus historias uno se olvida de la realidad que le rodea mientras más que leer, devora unas historias donde lo que importa no es ya el hecho criminal sino las motivaciones que conducen al hecho criminal. Son novelas, además, que exploran con agudo olfato las relaciones que existen entre los habitantes de  pueblos y ciudades pequeñas, un retrato eficaz y nada saludable de esa aparente y apacible vida en provincias en la que la mayoría de la gente guarda demasiados cadáveres en los armarios.

Por todo esto y más, mucho más, ya es hora de reivindicar con la voz bien alta la producción literaria de unos autores cuyo trabajo se centra en la paranoia de sus protagonistas. En su acerado retrato sobre los fantasmas que alimentamos nosotros mismos y que en sus historias muchas veces termina por confundirse con la realidad.

Escritores que no renunciaron al carácter popular de su literatura y en concreto al folletín que fue su traducción en Francia, Boileau-Narcejac rescataron del olvido a un antihéroe tan exquisitamente francés como Arséne Lupin, ladrón de guante blanco y personaje creado por Maurice Leblanc como respuesta al materialismo policíaco del Sherlock Holmes de sir Arthur Conan Doyle e igual de apuesto y encantador que el Raffles de E. W. Hornung, cuñado, curiosamente del mismo Doyle, aunque Lupin resulte, a título personal, mucho más exquisito y oscuro.

Algún día y si el tiempo y las ganas están de nuestro lado, escribiremos un comentario sobre la fabulosa literatura policial y popular francesa, esa que debe su origen a la tradición del folletín solo que más elaborado y directo.

De momento, recomendamos las siniestras novelas de Boileau-Narcejac. Un paso adelante en un género que hoy, lamentablemente en Europa, no observa ni estudia como debiera la sobresaliente tradición que arrastra.

Error fatal.

Y autores y lectores, ya ven, con ojos sin rostro.

Saludos, ¿la nostalgia es un error?, anda ya, desde este lado del ordenador.

Anótese en agenda

Jueves, Diciembre 11th, 2014

* El Casino de Tenerife acoge este jueves, 11 de diciembre y a las 20.30 horas, la presentación del libro Lo que puedo contar… la Transición desde Canarias, de Juan Julio Fernández. El acto contará con la presencia del autor y del periodista Leopoldo Fernández Cabeza de Vaca, quien hará de maestro de ceremonias y acercará los contenidos de este volumen que está publicado en la colección La quinta columna de Ediciones Idea.

* Arte Galería acoge también este jueves, 11 de diciembre, la inauguración de la exposición de pintura de Carmen Moreno Retrospectiva. Un recorrido por más de 30 años de trabajo que revela sus diversas facetas pictóricas y que van sus tan característica hortensias que trabaja en óleo, a sus acuarelas y arpilleras.

* TEA Tenerife Espacio de las Artes ha programado del 12 al 14 de diciembre la exhibición de la película Jardín Barroco, de Jairo López. La proyección, que contará con la presentación del propio director, será con dos pases diarios que comienzan a las 19 y 21.30 horas. El precio de la entrada es de 4 euros, 3 para los integrantes del colectivo Amigos de TEA. Jardín barroco se construye sobre el proceso de intervención que llevó a cabo el artista Roberto García de Mesa en una habitación de la Galería de arte Conca Espacio de arte contemporáneo (La Laguna, Tenerife). García de Mesa creaba libremente (poemas, acciones, performances, instalaciones y obra gráfica) y el realizador Jairo López filmaba también libremente con una cámara y un solo foco todo lo que allí sucedía. El resultado es una composición libre guiada por el azar y la búsqueda de la belleza entre las sombras.

* Canarias se convertirá en sede de la literatura negra con el inicio del proyecto Europa Negra, que organiza la Asociación El Laboratorio de Investigación e Innovación en Arquitectura, Urbanismo, Diseño y Turismo Avanzado [El Laboratorio] y la Fundación CajaCanarias, con la colaboración del Cabildo de Tenerife y Círculo de Bellas Artes. El proyecto, que continuará su desarrollo en 2015 iniciará su andadura este viernes 12 de diciembre con el encuentro Paisajes de la novela negra europea, que reunirá, en el Espacio Cultural de CajaCanarias en Santa Cruz de Tenerife y con entrada gratuita, a tres representantes de festivales del género. Este encuentro, de carácter internacional, se realizará en inglés y en el mismo intervendrán Peter Guttridge, Claudia Gauci y Alexandra Büchler. Tras el encuentro se ofrecerá una degustación negra en homenaje al escritor Manuel Vázquez Montalbán, uno de los exponentes del género en España y que destacó siempre por su gusto por la gastronomía.

* La Laguna acogerá este viernes, 12 de diciembre, la octava edición del Encuentro Internacional de Literatura 3 Orillas, festival canario integrado en la red  World Poetry Movement (WPM), que cuenta con el apoyo y la colaboración de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de La Laguna, y que tiene como objetivo dar a conocer la literatura canaria en el exterior y acercar a la islas la obra de algunos de los poetas internacionales del panorama contemporáneo. Entre los invitados a la edición de este año se encuentra el poeta y premio de las letras aragonesas, Ángel Guinda, y la poetisa búlgara Zhivka Baltadzhieva. Además, el programa del festival incluye un encuentro literario con el novelista peruano Walter Lingán y a las 20 horas una lectura poética en el Atelier des fous (calle Manuel de Ossuna, 51). El sábado, 13 de diciembre, se llevará a cabo una visita al Museo de la Naturaleza y el Hombre a las 12 horas y una lectura poética en la Librería de Mujeres (calle Sabino Berthelot, 42, de Santa Cruz de Tenerife).

Saludos, anótese en agenda, desde este lado del ordenador.

En busca de la Tierra Prometida

Miércoles, Diciembre 10th, 2014

Cecil B. Demille es todo un personaje en la Historia del Cine. Nadie puede negarle su olfato para la taquilla y su apuesta por el gran espectáculo. Muchos por lo tanto todavía recordamos su obra por atreverse a trasladar a la gran pantalla algunos de los relatos que se narran en ese fabuloso Libro pergeñado de venganzas, sexo y líos familiares como es el Viejo Testamento.

Demille se percató que en ese Libro se encontraba casi todo lo que el público demandaba a una película y que, inspirándose en el Libro, podía incluso burlar a la censura con la excusa de que su cine además de colosal respetaba el mensaje del original literario, es decir, su espíritu sagrado que eclosiona en la todavía fascinante Los diez mandamientos (1956), una película que descubrí siendo un enano y que pasó a formar parte de mi memoria por la escena del Mar Rojo, la misma en la que Moisés a golpe de vara separa sus aguas para que el esclavizado pueblo judío alcance la Tierra Prometida mientras es perseguido sin tregua por los egipcios.

La historia de quien hace posible este milagro, Moisés, reúne otros atractivos ya que narra cómo su protagonista recupera identidad y linaje tras descubrir que no es un noble egipcio sino un judío que por revelación asume la tarea de guiar a su pueblo. Sin embargo, su gesto trae consecuencias, como poner fin a una ambigua amistad con el faraón cuando Moisés asume la misión que le encarga el Dios de los hebreos.

El Dios de los hebreos es un Dios colérico y caprichoso que más que cuidar de los suyos parece que los mantiene a raya para que no se le salgan del tiesto. Es probable que esta soberbia actitud divina explique el posterior devenir no solo de los hijos de Israel sino también de los seguidores de las otras dos grandes religiones monoteístas que nacieron bajo su inspiración como son la cristiana y la musulmana.

No es éste, sin embargo, un espacio para reflexionar sobre religión pero sí de la última película que narra la rebelión de Moisés, el príncipe de Egipto, en nombre de una fe que en Exodus (Ridley Scott, 2014) encarna una divinidad con la forma de un niño caprichoso y violento. También sediento de venganza.

Pese a su duración, no termina de aburrirme Exodus quizá porque conozco la historia, la historia de Los diez mandamientos, aunque sí noto en falta episodios que forman parte de este apasionante episodio como es la lluvia de maná y la ira desatada de Moisés cuando descubre a su pueblo, el judío, adorando al becerro del oro mientras baja de la montaña portando las tablas de la Ley.

El filme de Scott pone el acento no en el relato bíblico conocido sino en mostrar el ocaso de una civilización que se enfrenta a un iluminado Moisés. Un Moisés fanatizado que a lo largo de la película renuncia a su humanidad para guiar a su nación por el desierto.

Es inevitable que recuerde y haga comparaciones entre Exodus y Los diez mandamientos y que apueste más por el individualismo salvaje de Charlton Heston que por el fanatismo rebelde de Christian Bale así como por el laconismo de Yul Brynner frente a la vulnerabilidad de Joel Edgerton haciendo de Ramsés, pero pese a estas siempre odiosas comparaciones y un doblaje que fustiga, Exodus funciona porque esta historia, ya lo sabía el viejo Demille, funciona.

Y funciona porque si bien cuentan más o menos el mismo relato, el filme de Scott se decanta por resaltar su lado humano al mismo tiempo que muestra con sospechoso guiño agnóstico los milagros y los castigos que el Dios de los hebreos realiza primero con forma de siete plagas, brillantemente expuestas en pantalla, para concluir con el descenso, no separación, de las aguas del Mar Rojo en la escena más espectacular de una película que, como Los diez mandamientos, entiende que fue el milagro más vistoso y atractivo cinematográficamente hablando de cuantos pudo realizar el profeta a quien, irónicamente, su Dios le negó entrar en la Tierra Prometida.

Si despierta mi interés Exodus y hace que clave los ojos con cierta sorpresa en la pantalla del Cine Víctor es que la película cuenta con escenas muy bien resueltas y en todo momento intenta hacer realismo con unos hechos que sobrepasan a la misma historia. En este aspecto, la conversión del guerrero Moisés a profeta es creíble, así como el proceso de humanización que padece su oponente, el faraón de Egipto, un joven ansioso de poder al que las circunstancias –como la muerte de su primogénito–vuelve cada vez más oscuro y escéptico. Se aprecia que detrás de esta historia se encuentra un guionista, Steve Zaillan, preocupado por personajes con contraste, por mostrar las dos caras de una misma moneda. Vean si no La lista de Schindler, Gangs of New York o American Gangster.

Resulta igual de destacable la participación española en esta epopeya, desde su banda sonora que firma un cada día más internacional Alberto Iglesias, y la de la actriz María Valverde. Huelga recordar que la película se rodó también en escenarios de Almería y Fuerteventura. Se menciona solo a título informativo, el trabajo de actores como Sigourney Weaver, John Turturro y Ben Kingsley que parecen que están ahí, pese a su brevedad en pantalla, para que el espectador iniciado los reconozca y recuerde que está contemplando una súper producción.

Exodus, como los fue también en su día Los diez mandamientos, recurre y mucho a los efectos especiales no solo para mostrar las siete plagas y la espectacular escena en las que las aguas del Mar Rojo se traga al ejército egipcio que persigue al pueblo elegido por ese Dios que encarna un niño ya se ha dicho que caprichoso y cruel, sino también para mostrar la grandeza de una ciudad, Menfis, que me hace preguntar qué hubiera hecho Demille con esta técnica si hubiera estado tan avanzada en su tiempo. Es verdad, en todo caso, que esa afición al colosalismo opaca en ocasiones los enfrentamientos entre Moisés y Ramsés en Exodus, pero la historia de lo que no deja de ser una amistad traicionada en nombre de la fe –fe que hace que Moisés también se vea obligado a abandonar a su esposa y a su hijo para socorrer a los suyos– es todavía tan fuerte que logra trascender la mentira de tan precisos efectos digitales.

Ridley Scott dedica esta película a su hermano Tony Scott, fallecido en trágicas circunstanciasa hace dos años. No sé si eso explica que, al finalizar el filme, escuche en el vientre de ese único cine que existe en Canarias y, probablemente en este país que se nos pierde, tímidos aplausos de unos espectadores que –pienso– tuvieron también la opotunidad de ver en su día Los diez mandamientos.

Saludos, vagando por el desierto en busca de la Tierra Prometida, desde este lado del ordenador.