Archive for Febrero, 2021

Ránking de los festivales más destacados de Canarias

Viernes, Febrero 12th, 2021

Dos festivales en el Puerto de la Cruz, Phe y Mueca, comparten este año la primera posición en el ranking de Canarias. Entre las novedades más destacadas, otros festivales de distintos géneros se suman al ranking: Keroxen, Boreal, Clownbaret, Canarias Jazz & más, compartiendo las primeras posiciones con el TEA, el Festival Internacional de Música de Canarias, el Auditorio Adán Martín, el Festival del Cuento de Los Silos y Masdanza. Ninguna, actividad de Canarias figura en el ranking nacional.

Puesto
 
2020

1
Phe Festival
Puerto de la Cruz

1
Mueca. Festival Internacional de Arte en la Calle
Puerto de la Cruz

3
Keroxen
Santa Cruz de Tenerife
 
3
Festival Boreal
Los Silos
 
5
TEA. Tenerife Espacio de las Artes
Santa Cruz de Tenerife

6
Festival Internacional Clownbaret
Varios Islas Canarias
 
6
Canarias Jazz & más
Varios Islas Canarias
 
8
Festival Internacional de Música de Canarias
Varios Islas Canarias

8
Auditorio de Tenerife Adán Martín
Santa Cruz de Tenerife

8
Festival Internacional del Cuento
Los Silos

8
Masdanza
Maspalomas

12
Tenerife Noir
Santa Cruz de Tenerife
 
12
Temudas Festival
Las Palmas de G. Canaria
 
12
Teatro Guiniguada
Las Palmas de G. Canaria
 
12
Temporada de Ópera
Las Palmas de G. Canaria

* Fuente: Fundación contemporánea. Observatorio de la Cultura

En la image, Mueca 2020

Saludos, otro día, desde este lado del ordenador

Mueca y Phe, a la cabeza de los mejores festivales que se celebran en Canarias

Miércoles, Febrero 10th, 2021

El Festival Mueca y el Phe Festival han sido premiados ex-aequo como los mejores festivales de la comunidad autónoma de Canarias, según el Observatorio de la Fundación Contemporánea, informe que se viene realizando desde 1995 con el fin de apoyar y desarrollar proyectos culturales contemporáneos que aporten valor a la sociedad. El martes se hizo público su informe anual correspondiente al año pasado que recoge la valoración conjunta de todos los agentes culturales tanto públicos como privados con respecto a los actos celebrados en las islas y en toda España y que también reconoce a estos dos festivales portuenses como las propuestas más destacadas en las islas, según los profesionales canarios.

Por primera vez los festivales radicados en la ciudad turística han sido merecedores de esta posición en cabeza del listado que se elabora cada año para consignar la calidad de las manifestaciones culturales llevadas a cabo. Este resultado del informe pone de manifiesto la apuesta cultural de la ciudad con un sector que añade valor e identidad a un destino turístico que está íntimamente relacionado con la cultura y sus agentes. “Este reconocimiento va por los cientos de hombres y mujeres que han colaborado con la celebración de la cultura en la ciudad, un municipio que ha demostrado con su apoyo que estamos en una buena línea para seguir apostando por un valor seguro: la cultura”, subrayó el alcalde Marco González.

Como en anteriores ediciones el informe pulsa la opinión de todo el sector sobre la programación, diseño, actividades, satisfacción e implicación de los agentes en dichos eventos. “Es un impulso que nos ayuda a seguir en este camino en el que queremos embarcar cada vez a más y más gente para que todos y todas nos sintamos partícipes de la cultura que se hace en Puerto de la Cruz”. Un camino que se define en la estrecha colaboración con la iniciativa privada y con el impulso a las plataformas que participan de manera directa en la gestión cultural de la ciudad, “un ejemplo de éxito que reivindica un modelo en el que ya seguimos profundizando en esa idea de la cultura expansiva que debe ser uno de los motores del progreso de la ciudad”.

Para llevar a cabo esta consulta, se ha recogido un cuestionario de un panel de expertos formado por más de mil profesionales de primer nivel de la cultura: escritores, artistas, directores y actores, músicos, arquitectos y creadores de todos los campos; responsables de fundaciones, directores de museos, centros e instituciones culturales; editores, productores, promotores, galeristas y responsables de industrias culturales; comisarios de exposiciones, gestores culturales y profesionales del sector, así como responsables de áreas e instituciones culturales de la administración pública central, autonómica y municipal.

En esta nueva edición del Observatorio de la Cultura, el cuestionario ha sido contestado durante el mes de diciembre de 2020 por 472 miembros del panel, de los que un 51,0% trabajan en una organización cultural pública, un 36,5% en una organización cultural privada y el 12,6% como profesionales independientes del sector.

Saludos, ¡¡¡felicidades!!!, desde este lado del ordenador

Al oeste del Edén, un libro de Jean Stein

Martes, Febrero 9th, 2021

Se han escrito muchos libros sobre Hollywood, los más extraños son aquellos que se han preocupado por reflejar la vida cotidiana de sus habitantes, la mayoría trabajadores relacionados con la industria del cine y otros, una minoría, las familias que se enriquecieron con otros negocios, con otras industrias de entretenimiento o la explotación de recursos naturales.

Cuando se escribe que se ha escrito poco nos referimos a la idea de que no son demasiado los textos que se han traducidos dedicados a meter el dedo en la llaga para hurgar, explorar, la herida. Esta es una de las razones que hace tan interesante la publicación de una obra a inicios del año pasado, el año de la pandemia, el año en el que comenzamos a vivir peligrosamente, que lleva por título Al oeste del Edén. En un lugar de los Estados Unidos, que firma Jean Stein, editora de revistas como The Paris Review y Grand Street y en colaboración con George Plimpton de Edie: American Girl, una biografía de quien fue la musa de Andy Warhol y que cuenta con su correspondiente versión en español.

Al oeste del Edén narra la vida de cinco grandes familias que se establecieron en Hollywood así como de las correspondientes mansiones que habitaron. No se trata, sin embargo, de un libro de Historia en el sentido estricto de la palabra sino en un relato coral que, al modo de Ciudadano Kane, aporta información –alguna de carácter reservado– sobre algunos de los miembros de las familias protagonistas.

Las familias protagonistas y las casas en las que residieron son los Doheny, cuyo patriarca inspiró la novela Petróleo de Upton Sinclair que a su vez sirvió de base a Pozos de ambición, un largometraje de Paul Thomas Anderson; a Jack Warner y sus hermanos, que levantaron de la nada uno de los grandes estudios del Hollywood clásico; a Jane Garland, no confundir con Judy Garland, una joven aspirante a actriz de buena familia pero “psíquicamente desequilibrada”; a la rutilante estrella de cine Jennifer Jones y su matrimonio con el megalómano productor David O. Selznick, el hombre que puso en pie Lo que el viento se llevó y se trajo a los Estados Unidos a Alfred Hitchcock y, por último, la familia de la autora del libro, los Stein, que centra la atención en el padre, fundador de la Music Corporation of America.

El libro resume un siglo de la historia de Norteamérica y muestra las idas y venidas de hombres y mujeres que lo tuvieron todo menos la felicidad. Hablan sobre todos ellos actores famosos como Lauren Bacall, Warren Beatty, Jane Fonda, Gore Vidal y Arthur Miller y hombres y mujeres que estuvieron cerca de los grandes pero trágicos protagonistas del libro. Auge y decadencia que Jean Stein subraya a través de sus residencias familiares y como éstas se deterioraron también con el paso de los años.

Absolutamente recomendable para cualquier aficionado al cine que se precie, Al oeste del Edén es igual de atractivo para los que quieran acercarse a estos personajes sin conocer demasiado de ellos. La narración corre a cargo de las opiniones que sobre unos y otros vierten quienes lo conocieron o trabajaron bajo sus órdenes.

Un libro rompecabezas en el que el lector construye, a partir de los testimonios que se recogen, un retrato de cómo lo vieron y entendieron quienes los conocieron a lo largo de más de trescientas páginas que son de lectura muy intensa.
Se incluye al final unas notas biográficas de todos los que intervinieron con sus juicios en Al oeste del Edén, la idea es que el lector no se pierda entre el centenar de testigos que prestaron su voz en este libro. Libro que toma su título y como reverso tenebroso del Al este del Edén de John Steinbeck pero que trata, como el gigantesco clásico del Premio Nobel de Literatura norteamericano, de mostrar las costuras que provocan los secretos y las mentiras en las familias.

Se descubre así algo que el mismo cine y la televisión, sumando también a la literatura, se conocía y es que los ricos también lloran. O viven, pese a todo el lujo, vidas muy tristes y vacías.

Resulta muy interesante la fotografía que hace Jean Stein de su familia y en concreto del patriarca. Ella misma colabora con su voz en este retrato y revela algunas de las frustraciones que marcaron su existencia. Un año después de publicar Al oeste del Edén Jean Stein puso fin a su vida arrojándose al vacío desde la ventana de un rascacielos de Manhattan. Tenía 83 años.

Saludos, se dijo, desde este lado del ordenador

Va de libros (ya tocaba)

Lunes, Febrero 8th, 2021

* La Sección de Literatura y Teatro del Ateneo de La Laguna presenta este martes, 9 de febrero y a las 19.30 horas vía zoom, la colección de plaquettes poéticas Lecturas silenciosas.

El acto contará con cinco de los seis autores de la colección (Valerio Magrelli, Chus Pato, Hasier Larretxea, Lola Nieto y Toni Quero), quienes compartirán algunos de sus poemas.

Para obtener el enlace y asistir al acto virtual debe enviarse un correo a este email: secciondeliteraturaateneo@gmail.com.

* Me entero de la fiesta, porque la aparición de cualquier novedad editorial en estos tiempos de pandemia es una fiesta, vía Facebook y por lo que observo, mucha imagen pero raquítica información, con la publicación de La vida anterior de Isidro Hernández, en Ediciones del Pampalino, que no de pamplinas, bajo una consigna de monje enclaustrado: “Contra Babilonia, un bosque. Contra el narcisismo, un árbol”. Así que buena suerte, valor y al toro.

Saludos, luce el sol, desde este lado del ordenador

Don Carlos Dickens y yo

Domingo, Febrero 7th, 2021

Hace años leí la primera novela de Charles John Huffam Dickens (Landport, Portsmouth, Inglaterra, 7 de febrero de 1812-Gads Hill Place, 9 de junio de 1870) que cayó en mis manos: David Copperfield aunque es verdad que me quemé las pestañas mucho tiempo antes viendo adaptaciones de sus novelas en el cine y en televisión, alguna de ellas con el formato de serie. Recuerdo por ejemplo Casa desolada y otra que prestaba atención a la agitada vida que mantuvo el escritor. No obstante, donde Dickens crece son en sus libros. Sean novelas, cuentos… Hace poco obtuve por uno de esos caprichos del destino una de sus primeras obras, un trabajo de encargo que lleva por título Memorias de Joseph Grimaldi (Páginas de Espuma, 2011) en la que respira el mejor Dickens como periodista y como escritor…

Cuando llegan las navidades no dejo de leer su Cuento de Navidad como no dejo de ver Qué bello es vivir de otro grande, Frank Capra,y película esta última que no tiene nada que ver con el escritor pero que se ha convertido en una cita obligada durante esas fechas como lo son las películas de romanos cuando llega la Santa Semana Santa.

Pero me voy por las ramas y lo que quiero, lo que deseo, lo que me apetece en este momento es hablar de Carlos Dickens y yo. Y de cómo descubrí la obra de un escritor que me cambió la vida y me animó a seguir leyéndola porque con cada libro que caía en mis manos me daba cuenta que tenía mucho que ver con el otro. Y el otro.

Tras la fabulosa David Copperfield (cuidado con Uriah Heep), llegó Grandes esperanzas, Oliver Twist, que vi primero en su formato musical. Un musical pegadizo y extremadamente dickensiano con el probablemente mejor Faguin de la Historia del Cine, Ron Moody, con permiso de mi venerado Alec Guinness e Historia de dos ciudades, entre otros.

Que la producción literaria de Charles Dickens continúa viva lo pone de manifiesto que sus novelas y cuentos no dejan de reeditarse. Solo un inconveniente que sigue provocando equívocos: no es un escritor para niños aunque cuente con algún libro que sí escribió pensando en ellos. Su obra mayor es para públicos que han logrado cierta serenidad en su existencia pero que no han perdido la facultad de conmoverse, incluso llorar cuando lee las novelas más sentimentales de un escritor que, se reitera, se burla del paso de tiempo.

Su obra sigue viva. Late con el corazón de un chaval de quince años, casi parece que se mofa del paso implacable de los años.

Si tengo no obstante una obra presente de Dickens en mi cabeza es y seguirá siendo David Copperfield. Cosa de que fue la primera; la que me abrió la puerta a su fascinante universo que puebla de tan variopintos personajes. Gracias a don Carlos me adentré, además, en el trabajo de otro escritor coetáneo suyo, Wilkie Collins. Así que, como ven, le debo no una ni dos sino muchas cosas a este extraordinario escritor para el que no pasa, digo, el tiempo.

Saludos, un grillo en el hogar, desde este lado del ordenador

Christopher Plummer, hiciera lo que hiciera

Viernes, Febrero 5th, 2021

En la ya larga constelación de actores británicos Christopher Plummer (Toronto, Ontario, 13 de diciembre de 1929–Weston, Connecticut, 5 de febrero de 2021) brilló con luz propia.

No hay otro Lord Wellington en el cine que el de Christopher Plummer ni un ladrón como su Eddie Chapman, que es lo contrario al hombre que derrotó a Napoleón en Waterloo. Estos dos personajes son opuestos pero el actor los interpreta con un rasgo común: solo obedecen a una disciplina, la suya.

Afortunadamente, la vida profesional del actor fue larga, rodó su última película en 2019 y hasta el final de sus días daba clase a cualquier cosa que hiciera. Imagino que recurrieron a él en Todo el dinero del mundo (Ridley Scott, 2017), cuando tuvo la misión de sustituir a Kevin Spacey, por aquel entonces acusado de abusos sexuales. Y clava al personaje, J. Paul Getty. Tanto, que le hace a uno olvidar cómo lo hubiera hecho Spacey. Mejor, imposible.

Hay, sin embargo, una serie de papeles por los que lo recuerdo sin emociones encontradas. Todos ellos son de carácter histórico y en todos ellos está igual de bien que siempre. Unos los hizo en los inicios de su carrera, cuando era un joven y atractivo actor que se quería comer el mundo, otros ya en pleno crepúsculo, y en los que se le nota seguro de sí mismo. La edad no declina su poderoso y elegante atractivo.

Lo recuerdo y muy vivo en mi memoria, por su caracterización de Lord Wellington en la kilométrica pero recomendable Waterllo por la recreación que hace de la batalla (Serguéi Bondarchuk, 1970). O como Rurdyark Kipling en El hombre que pudo reinar (John Huston, 1975). También como el desvalijador de cajas de caudales Eddie Chapman en la muy bondiana Triple Cross (Terence Young, 1976) y en el otoño de su vida como Leon Tolstoi en La última estación (Michael Hoffman, 2009) y el Káiser Guillermo II en El último beso del Káiser(David Leveaux, 2016).

En todos estos trabajos interpreta a un personaje real que hace suyo. Y no pierdo a su Cómodo en la fascinante La caída del imperio romano (Antohny Mann, 1964) ni de vista al capitán Georg Ludwig von Trapp del musical Sonrisas y lágrimas (Robert Wise, 1965).

Hiciera lo que hiciera, Christopher Plummer fue un actor convincente.

Hiciera lo que hiciera.

Christopher Plummer coge el tren

Saludos, llueve, desde este lado del ordenador.