Project 12: The Bunker: un callejón con salida
Viernes, Diciembre 20th, 2013Director: Jaime Falero; Productor: Joaquín Sánchez; Guión: Joaquín Sánchez y Jaime Falero; Música: Iván Palomares; Director de Fotografía: Juanmi Márquez; Edición: Vasni Ramos; Diseño de Producción: Juan Carlos Sáncheez; Efectos visuales: Xerach Cruz Intérpretes: Eric Roberts; James Cosmo; Natasha Alam; Timothy Gibbs; Tony Corvillo; Joaquín Sánchez; Gor Ortega; Gisela Betancort; Antonio de la Cruz; James Conner Ferguson.
Project 12. The Bunker es una película que hace historia en eso que algunos quieren llamar cine canario. Categoría a la que ahora se añade incluso la etiqueta de nuevo cine canario. Al margen de inútiles debates, entiendo la película que dirige Jaime Falero y protagoniza y produce Joaquín Sánchez como un título pionero, un trabajo –reitero– que hace historia en esta región alejada de la mano de los dioses.
Se trata de un largometraje hecho realidad gracias al respaldo de un grupo de inversores privados en el que apenas ha tenido cabida la mano pública.
La película quiere entretener. Evadir al espectador de la grisácea realidad en la que vive, ser en definitiva un producto comercial. Sus cabezas visibles, Sánchez/Falero así lo promocionan.
Hay que valorar Project 12: The Bunker como lo que es una: una cinta de acción en la que late –aunque poco, es verdad– el espíritu rudo y violento de aquellas películas de los ochenta. Producciones pequeñas pero industriales que resultaban comerciales.
Lástima que el largometraje no asuma esta perspectiva. Comienza a fallar cuando han pasado sus primeros veinte minutos.
Pero lo entiendo, esas cosas pasan en un rodaje espartano y las prisas por presentar el resultado final en los tiempos pactados con ese grupo de inversores que permanece discretamente en la sombra.
Como película de acción, Project 12: The Bunker cuenta con un inicio potente, en el que se presenta muy en la línea Guy Ritchie a sus protagonistas, tres hombres y una mujer. Ese tono da un giro de noventa grados cuando los soldados de fortuna se introducen en el búnker, momento en el que el filme se adentra peligrosamente en el caos.
Caos del que no sale, casi como si la historia se hubiera extraviado por los laberintos de lo que se supone fue –en el filme– un secreto complejo militar soviético en los años de la Guerra Fría.
No funciona este desvío hacia la fantaciencia. Resulta atropellado y metido con calzador.
Es otra película.
Otra película en la que el espectador no entiende los inquietantes fenómenos que se producen en el búnker.
No sorprenden así los giros –presuntamente inesperados– del relato.
Estos socorridos elementos contribuyen a hacer más confuso el seguimiento del filme al desdibujar lo que tenía que haber sido una coherente y sencilla historia de buenos y malos.
En Project 12: The Bunker se abusa del primer plano pero se olvida de crear atmósfera e inquietud. Sensación de espacio cerrado, de claustrofobia. De adentrarse en un mundo –el búnker– que esconde un terrible secreto que al final, cuando se revela, es bastante frustrante.
Al final, y como confeso seguidor de cine de acción, no sé muy bien qué se me ha contado, ni cuál era el objetivo del filme.
Project 12: The Bunker se encuentra así más cerca de películas que se perdieron dentro de sí mismas como The Bunker (Rob Green, 2001) y Outpost (Steve Baker, 2008) que en imitar el subgénero del cine de acción de los ochenta. Un cine simple. De buenos y malos y en el que brilló Eric Roberts, actor que interviene en el filme de Falero/Sánchez y cuya colaboración entiendo como un homenaje a esas películas con mucho músculo pero poco seso.
Con todo, y teniendo en cuenta que se trata de un filme en el que no se invirtió un euro del contribuyente como sí se gastó en otras producciones canarias que hemos visto y otras que aún no hemos podido ver –¿qué pasó con ellas? ¿Y con el dinero que obtuvieron? ¿Se devolvió?– Project 12: The Bunker es cine con toda sus letras por apuesta.
Y un desafío a los que aún no han dejado de comer gracias a ese cine canario sin músculo ni sesera.
Esto me hace pensar en la película que hubiera podido ser Project 12: The Bunker con un guión trabajado y sobre todo con las ideas claras.
También contando con un plan de rodaje más relajado y en el que no se notara esa sensación –lo apuntó el mismo Jaime Falero durante la presentación del filme– de trabajar con una pistola apuntándote a la cabeza.
Saludos, agrupémonos todos en la lucha final, desde este lado del ordenador.