Archive for Junio, 2010

Esto es sólo algo de lo que hay…

Lunes, Junio 14th, 2010

ANIMACIÓN

TEA coge este martes, 15 de junio, a las 20.30 horas una Muestra de Animación que incluye algunos de los trabajos que se están realizando en este campo en las islas principalmente series para televisión. El ciclo lo componen títulos como Hiroku y los defensores de Gaia, de Saúl Barreto y Manuel GonzálezEntre niños, de Rubén Garrido; El trotacuentos, de Carlos Miranda; Coolcity, de Carmen Llanos; Jonás, de Chedey Reyes; Darkstone, de Juan F. Padrón; y Cejas Bravas, de David González.

ARTE

Rembrandt Grabador: obra y vida es el título de la conferencia que pronunciará este martes, 15 de junio, en el Espacio Cultural CajaCanarias de Santa Cruz de Tenerife, Concha Huidobro Salas, jefa de la Sección de Grabado del Servicio de Dibujos y Grabados de la Biblioteca Nacional de España. La disertación comenzará a las 20:30 horas y forma parte de los actos organizados por CajaCanarias con motivo de la exposición monográfica dedicada a Rembrandt, que se puede visitar hasta el próximo 28 de agosto en dicho Espacio Cultural.

CINE JAPONÉS

La Fundación Cristino de Vera-Espacio Cultural CajaCanarias de La Laguna acogerá, entre el 18 de junio y el 9 de julio, un ciclo de cine titulado Cuatro maestros del cine japonés, que incluye la proyección de La hierba errante, La isla desnuda, El intendente Sansho y Ran, filmes dirigidos respectivamente por Yasujiro Ozu, Kaneto Shindô, Kenji Mizoguchi y Akira Kurosawa. Las películas se exhibirán en versión original con subtítulos en español, a partir de las 19 horas.
 
IV CURSO PLANIFICACIÓN Y GESTIÓN CULTURAL

El pasado jueves 10 de junio tuvo lugar el acto de clausura del IV Curso Superior Universitario en Planificación y Gestión Cultural en el Vicerrectorado de Relaciones Universidad y Sociedad de la ULL. El final de este proyecto formativo de posgrado, organizado por la Fundación Pedro García Cabrera, el Gobierno de Canarias y la Universidad de La Laguna, llega después de 27 semanas de clase desarrolladas a lo largo de los últimos 9 meses. Al acto acudieron José Luis Rivero Ceballos, catedrático de Economía Aplicada de la ULL y presidente de la Fundación Pedro García Cabrera; Isabel Delgado Corujo, presidenta de la recién creada Asociación Canaria de Profesionales de la Gestión Cultural; María Luisa Hodgson, directora del Secretariado de Cultura de la Universidad de La Laguna y Aránzazu Gutiérrez Ávila, directora General de Cooperación y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias.
 
APRENDER A VER ARTE

Aprende a ver el arte (II). Tres visiones del surrealismo y una visita a la Sala Conca es el título del curso que se imparte des hoy, lunes 14 y hasta el viernes 18 de junio en la Sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Santa Cruz de Tenerife (en la Avenida Tres de Mayo) y en la lagunera Sala Conca (Plaza de la Concepción, nº 21), que este año cumple 40 años de existencia. Las charlas son de carácter totalmente gratuito y serán impartidas por la escritora y doctora en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna, Elena Morales.

Y eso es todo.

Saludos, inquietos, desde este lado del ordenador.

¡Cine guanche!

Domingo, Junio 13th, 2010

NOTA: Este post no pretende ofrecer una lista completa de películas que por una u otra razón han intentado dar su visión –generalmente simplista y algo rocambolesca– sobre los primeros habitantes de las islas Canarias.

INTRODUCCIÓN

Contar historias de los primeros aborígenes de las islas Canarias se ha convertido en nuestro cine en un tema igual de tabú que la Guerra Civil española. Dejando de lado los ensayos recientes y las antiguas crónicas sobre la conquista de las Canarias, la representación que uno encuentra de aquellos pobladores del archipiélago no dejan de estar vestidas con el manto de la leyenda al ofrecer una visión generalmente idealizada de aquel pueblo que, siguen pensando muchos, se caracterizó por su nobleza e ingenuidad.

El cine hecho en Canarias no ha sido ajeno a este fenómeno aunque su aproximación a este universo (que a partir de este momento denominaremos como guanche, o los primeros pobladores de la isla de Tenerife) resulte cuanto menos estrafalario e ingenuamente desacralizador pese a que en la mayoría de estas producciones se insista en utilizar al indígena como una especie de buen salvaje que fue sometido por una poderosa civilización venida no del espacio exterior sino allende los mares.

EL MITO DE POCAHONTAS

 

La primera cinta de la que tengo noticia que aborda este asunto es Tirma, producción hispano-italiana de los años 50 dirigida por Paolo Moffa y Carlos Serrano de Osma. Protagonizada por Silvana Pampanini y un jovencísimo Marcello Mastronianni, el filme se rodó en Gran Canaria  y adapta la obra teatral del mismo título Juan del Río Ayala.

Por razones obvias Tirma no pasará a la historia del cine, y ni siquiera a la del entretenimiento, y ello pese a que sus directores pretendieron rodar un western sin indios ni vaqueros pero sí con aborígenes grancanarios y conquistadores castellanos. No he tenido la suerte (o la desgracia de ver una vez más esta cinta) pero recuerdo que los canarios que aparecen en la película van con crestas, como los semínolas de La Florida, y que al pobre Mastronianni le hace caminar por piedras al rojo vivo y poco más. La historia, como la de Pocahontas, incide más en el romance que surge entre el castellano que interpreta Marcelo y la princesa aborigen que asume una despampanante Pampanini. Mi conclusión –a la espera de que Filmoteca Canaria refresque mi memoria a través de un simpático ciclo sobre los guanches en el cine– es que Tirma más que cine es fotonovela en movimiento y un filme que por descacharrante hay que ver si prejuicios historicistas.

UNA DE AVENTURAS

Otra película que toma a los guanches como protagonistas es La isla del infierno (1998) de Javier Fernández Caldas. Cinta que probablemente sea una de las más delirantes del séptimo arte. Creedme si os digo que la he visto en varias ocasiones y todavía me pregunto si se trata de una parodia del cine de aventuras al viejo estilo…

El filme cuenta, no obstante, con planos muy elaborados (soldados que aparecen en el bosque en medio de la niebla y ¡un personaje al que se denomina El Hermético caminando por el fondo del mar!) pero carece de argumento. Lo que hace que lo mejor del  filme sea la amplía galería de personajes estrafalarios y sin ningún rigor histórico que aperecen en ella. Sólo por eso, esta inclasificable producción merece convertirse en título de culto.

En La isla del infierno hay un poco de todo: templarios, guanches traidores, un capitán sacado de tebeo…

No se trata de una película seria, tampoco creo que quisiera serlo. Hay momentos de comicidad involuntaria y batallas, y un sentido del espectáculo que pese a su raquítico presupuesto todavía desarma.

EXPERIMENTANDO QUE ES GERUNDIO

Iballa (1985), de Joseph Vilageliú, es otra de las aportaciones en importancia de lo que podríamos denominar como cine guanche. Como casi todos los trabajos de su director se trata de una cinta experimental que, a mi juicio, es de lo mejorcito que ha parido su autor. Iballa es cine y teatro a la vez, un curioso tour de force de un cineasta que, pese a todo, sigue siendo fiel a sí mismo. Lo que no es poco en estos tiempos de traiciones varias.

No he vuelto a visionarla desde la primera vez que la ví, pero guardo grato recuerdo de esta película. No sé si en aquellos días estaba tocado por Aguirre, la cólera de Dios, de Werner Herzog, o con la fascinante y recomendabilísima lectura de La aventura equinoccial de Lope de Aguirre, de mi venerado Ramón J. Sender.

UN DOCUMENTAL

El documental Los guanches de Teodoro y Santiago Ríos continúa siendo hasta la fecha el filme más serio que se ha rodado hasta la fecha sobre los primeros pobladores del archipiélago canario. Es verdad que un nuevo visionado queda lastrado por las recreaciones algo cursis que hacen los Ríos sobre los guanches al mostrárnoslos idealizados a través de unos actores que parecen recién salidos del gimnasio mientras hacen que  pastorean rebaños de cabras o amasan gofio, pero visto con distancia no ha perdido aún su capacidad didáctica para hacerse una idea de quiénes fueron estos señores que además de pelear entre ellos mismos fueron capaces de tirarse por los acantilados por aquello de quítame unas penas…

Buceando por ahí y por allá me he encontrado con otros títulos que, al parecer, también han centrado su atención en los aborígenes canarios pero no he podido ver ninguno de ellos. Se agradece así que me pasen copias, ya que este pequeño trabajo sólo es un rápido anticipo de algo que quiere ser más ambicioso en el futuro. Las películas a las que hago referencia son Crónica histérica de la conquista de Canarias y Creando así al pueblo guanche.

Y hasta aquí: He dicho.

Saludos, con afán compilador, desde este lado del ordenador.

Sucedió cerca de mi casa

Sábado, Junio 12th, 2010

(Basado en una historia real)

ABUSO DE PODER

El señor X es un padre de familia que ya rebasa el medio siglo de edad. Quienes lo conocen aseguran que es un hombre trabajador y amigo de sus amigos, a quien le gusta relajarse la noche de los viernes en un legendario bar localizado en un callejón de la capital tinerfeña, para tomarse una tapa y algunas cervezas. Lo que no esperaba el señor X ni los colegas que con él compartían mesa es que hace un mes fueran los protagonista de una redada de la Unipol, cuerpo policial –para quien no lo sepa– que está formado por descontrolados pit bull a las órdenes del Ayuntamiento de esta delirante capital de provincias llamada Santa Cruz de Tenerife.

El señor X me cuenta con asombro y un asomo de indignación cómo esa noche se vieron rodeado por estos balillas de la autoridad para continuación ser registrados en una esquina próxima al calléjón. El señor X explica que pensó en un principio que aquello era una broma a lo cámara oculta (cosas peores ha hecho la Televisión Canaria) pero comenzó a tomárselo en serio cuando sintió la manaza de uno de los agentes en su entrepierna.

Como el señor X es una persona dada a la risa tonta, comenta que se echó unas risas con el resgitro aunque, rememora, el de la Unipol con un ladrido le conminó a que se tomara aquello en serio.  El que se lo debió de tomar en serie fue uno de sus amigos, a quien apartaron del resto y le ordenaron a que se sacara los zapatos que fueron debidamente examinados con una linterna que emanaba una potente luz azul. Afortunadamente no le dijeron que se quedara en calzoncillos.

Buscaran lo que buscaran los de la Unipol no encontraron nada en esta panda de cincuentones que tienen más parecido con los cabestros de Full Monty que con los miembros de la familia de Los Sopranos, pero el mal rato no se los quita nadie. La pregunta que me planteo es ¿por qué estos “servidores públicos” montaron tal espectáculo..?

El señor X continúa yendo todos los viernes a tomar su tapas y las cervecitas que el cuerpo le aguante en este local, pero no deja de preguntarse alucinado en qué ciudad vive. Porque vive en esta misma ciudad en la que vivo aunque, me confiesa dándole un buche a su Reina, cada día se le parezca más al viejo y descontrolado Chicago de los años 30.

EN MALA HORA

Hacía mucho tiempo que no salía por Santa Cruz nocturno, y la salida me basta para comprobar que se respira un aire de represión a punto de ebullición. Noto cabreo generalizado en esas zonas que ya no forman parte del centro de la capital. La gente tiene la mosca detrás de la oreja y parece que no tiene ilusiones. Los borrachos de siempre queman sus escasas neuronas con más alcohol. Los recién llegados los imitan con notable talento. Mientras, la sombra de la escasez se cierne sobre todos ellos frustrándome un poco más las ideas. Debe ser, reflexiono, porque hace tiempo que no recorro estas miserias al preferir quedarme en casa escribiendo, leyendo o viendo una película en mi gastado dvd.

LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS Y YO, UNA RELACIÓN IMPOSIBLE

La gota que colmó el vaso de la madrugada fue ver como un chino me mostraba un aparato que si lo aplicas a un semejante suelta una descarga eléctrica que lo deja tirado en el suelo. El chino me explicó, mientras encendía el aparatito que soltaba un irritante chasquido, que amenazó a unos cinco niñatos que se habían ido de su local sin pagar con ese artilugio, de tal manera que los pibes que le debían sólo seis euros al final le apoquinaron 15. Estaba nervioso el chino, y a mí me ponía muy nervioso que durante su explicación encendiera y apagara el dichoso aparatito.

Llegué a casa más turulato de lo que me encuentro y con una aplastante sensación de vejez. La noche, concluí, ya no es lo mío.

Saludos, sacudido por el miedo, desde este lado del ordenador.

¿Qué hay de nuevo, viejo?

Jueves, Junio 10th, 2010

No lo ha tenido nada fácil el coordinador general de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo de Tenerife, Cristóbal de la Rosa, personaje que se ha convertido en uno de los habituales de este nuestro blog.

Haciendo examen de conciencia porque me he despertado esta mañana bañado de una serena luz cuasi divina, y tras leer las declaraciones que hoy publica la prensa local sobre el devenir que le espera a la Orquesta Sinfónica de Tenerife, llego a la conclusión de que Cristóbal de la Rosa por culpa de la dichosa crisis ha transitado por un camino de espinas. Muchas de las cuales, también es verdad, ha contribuido a sembrar.

No obstante, y pese a errores sonrojantes, Cristóbal de la Rosa ha revelado a lo largo de estos años el perfil de un hombre que al menos ha intentado hacer malabarismos en situaciones extremas manejando un presupuesto raquítico. Si a ello unimos la indiferencia que caracteriza al presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, sobre la cosa cultural salvo lo que suene como Hans Christian Andersen, no creo que a nadie le gustara estar en el lugar que hoy ocupa de la Rosa. A quien le debemos que tal y como está la situación, algo se mueva.

1.- EL CINE VÍCTOR

A lo largo de su gestión, a mi juicio, hay tres momentos que han marchitado su trayectoria como máximo representante cultural en el Cabildo Insular. El primero y sonado fue su pésima gestión de la crisis del cine Víctor, empantanada al adoptar una actitud castrista de llegó el comandante y mandó a parar que topó –insólitamente– con el repudio de un puñado de espectadores leales a la que quizá fue la más señorial sala de cine de la capital tinerfeña.

En aquellos días funestos, Cristóbal de la Rosa pretendió matizar la decisión de que el Cabildo dejaba de respaldar al Víctor enarbolando la bandera de la crisis y más tarde, perdiendo los papeles, descalificando a ese mismo puñado de espectadores que rabiaron (caso único en una islas donde la gente no suele rabiar sino vivir adormilada en su feliz sueño platanero) porque se clausuraba un cine que contribuyó tanto a alimentar sus sueños.

El Víctor está hoy muerto. Con una ridícula mampara de mimbre que casi parece querer ocultar aquellas vergüenzas. Mientras tanto, las plataformas que reivindicaron su permanencia como sala se han diluido en el desagüe de la memoria, y los dueños de la sala esperan la hora de arrendar o vender un cine que ya sólo pone películas para nuestros honorables muertos. O para un ejército de momias guanches que aplauden en silencio películas que han testimoniado su paso por esta tierra de ingratos.

2.- EL TEA

Limitado su radio de acción, la gestión política de Cristóbal de la Rosa se ha centrado fundamentalmente en el TEA, museo multiusos que continua siendo ampliamente conocido entre la población chicharrera porque su biblioteca sin libros en las estanterías abre las 24 horas de unos días que pasan demasiado rápido. El público que allí se encierra para poner los hombros sobre la mesa quizá ignore que en las tripas de este singular edificio se muestran algunas obras de Óscar Domínguez, entre otros artistas.

Cabe recordar que lo que hoy se llama TEA iba a ser IODACC pero la criatura cambió de nombre como si no quisiera reconocer a los padres ¿legítimos? de este carísimo invento que tanto dinero costó a los sufridos y cada día más cabreados contribuyentes. Esté uno laborando o sin empleo.

El TEA ha intentado, dentro de sus márgenes, ser una especie de cajón desastre donde dar cobijo a cualquier actividad cultural e incluso gastronómica que le salga al paso. Este puchero, sin embargo, ha terminado por desdibujar unas siglas que, reitero, si por algo ha calado entre la ciudadanía es por su biblioteca abierta las 24 horas.

3.- LA ORQUESTA SINFÓNICA DE TENERIFE (OST)

La tercera roncha notable que le ha salido a Cristóbal de la Rosa como coordinador de la cosa cultural es la Orquesta Sinfónica de Tenerife. Formación que ahora busca director titular tras la no renovación de contrato del maestro Lü Jia, cuyas actividad finaliza en junio.

Algo espeso se cierne en torno a la destitución de Jia, lo que ha generado numerosos rumores en los mentideros de la sinfónica mientras Cristóbal de la Rosa le saca hierro al asunto con una serie de explicaciones que poco o nada han convencido a los seguidores de la OST.

Esta circunstancia coincide con la celebración la próxima temporada, 2010-2011, del 75 aniversario del conjunto sinfónico tinerfeño, lo que ha obligado, explicó ayer el también presidente del Patronato Insular de Música, a diseñar un programa de “consenso” que es una manera políticamente correcta de decir que lo de “somos pobres pero h0nrados”.

La temporada ordinaria constará de 18 conciertos entre el 12 de noviembre de 2010 y el 3 de junio de 2011, y parte de los mismos estarán dirigidos por su director honorario, Víctor Pablo Pérez, y por un director invitado que responde al extraño nombre de ¡Lü Jia!

No estuve presente en la rueda de prensa, pero imagino cómo debería de sentirse Cristóbal de la Rosa cuando tuvo que salir a la palestra y justificar, una vez más en lo que lleva al frente del cargo, esta rareza. Rareza que sumada a otras rarezas están convirtiéndose en marca de fábrica de su gestión. Gestión, insisto, muy compleja por los abruptos recortes presupuestarios y esa sensación de que el pobre hombre está solo ante el peligro. O en tierra de nadie.

Cristóbal de la Rosa se apresuró a anunciar, no obstante, que tardaremos tiempo en conocer al nuevo titular del conjunto sinfónico tinerfeño por razones varias: una de ellas la de encontrar sustituto en el mercado. O un señor vestido de frac y con una batuta bajo el brazo que esté dispuesto a venirse a Tenerife por menos dinero del que se le pagaba al chino: Lü Jia.

Le faltó añadir a Cristóbal de la Rosa la frase comodín más empleada en la actualidad por los políticos del primer mundo: “Son tiempos de crisis”. Pero para eso estamos nosotros, para recordársela.

Lo que está claro es que Cristóbal de la Rosa en uno de sus ya habituales giros que parecen sacados de un melodrama de Douglas Sirk, sí que afirmó que desconoce si se podrá anunciar un nuevo director titular para la OST al final de la próxima temporada o de la siguiente. Aunque expresó –imagino que emocionado– que la OST proseguirá trabajando con la misma regularidad de siempre. Lo que no es poco pese a que no cuente con director artístico.

Entre los directores que comandarán a la OST la próxima temporada figuran el venezolano Manuel Hernández Silva y el peruano Miguel Harth-Bedoya, entre otros.

La cuestión ahora es si debemos hacer apuestas. Aunque yo no las haría. Y es que con Cristóbal de la Rosa nunca se sabe.

Lo curioso del caso es que pese a todo a mí, personalmente, me sigue cayendo simpático el hombre. Claro que, como apunté más arriba, hoy me levanté bañado en una extraña luz cuasi divina.

Saludos, masticando una zanahoria, desde este lado del ordenador.

¿Debo hacerme un pirata?

Miércoles, Junio 9th, 2010

Aficionado a las historias de piratas mucho me temo que no formo parte de  los hermanos de la costa de nuestros agitados tiempos porque huyo como de la peste ante eso que llaman tecnología. Es decir, que debo ser de los pocos habitantes de este planeta que confiesa públicamente su total desconocimiento de los  diabólicos mecanismos que son necesarios para descargar una película, un disco o un libro.

Soy de los que todavía gusta por adquirir estos objetos de entretenimiento. De los que disfruta escuchando un disco consultando la información que ofrece su carátula, de los que navega por los extras en las melindrosas ediciones de coleccionista y de los que todavía siente una emoción indescriptible al sumergirse en un libro editado en papel pese a que su elevado coste me haga replantear día sí, día no, porque no formo parte de la feliz familia de los bucaneros culturales que surcan los mares de la red.

Sin tener todavía muy claro si haré posible mi iniciación en la legión de corsarios debido, reitero, a mi reconocido analfabetismo ante todo lo que sea tecnología, esta mañana he desayunado con una de esas noticias que me animan a que me pase al lado oscuro de la fuerza: La presentación en la capital de España (Expaña o Ezpaña) de  Libranda, plataforma digital independiente que los grandes grupos editoriales españoles han formado para la comercialización del libro electrónico.

La iniciativa comenzará el 15 de julio con unos 2.000 títulos de sus diferentes catálogos, que se venderán a través de las páginas web de las librerías.

Afortunadamente, no he encontrado en la nómina de títulos de Libranda autores suficientes que me convenzan para olvidar los libros de siempre, pero sí que me caído fatal que los precios de todas estas obras digitales cuesten al consumidor un 20 o 30 por ciento menos que en papel. Y apunto lo de fatal porque mucho me temo que continuaré siendo miembro activo del batallón de los tontos, de todos aquellos que, pese a todo, seguirán adquiriendo a precios prohibitivos el libro en su formato tradicional aunque vivamos en unos tiempos donde nuestras reservas bancarias pidan a gritos contención en el gasto.

Me pregunto al leer noticias de este calado donde terminará mi biblioteca el día que no esté en este mundo. Lo más probable que en la basura, con el objeto de reciclar el papel. Que terminen así estas criaturas me da escalofrío. Sobre todo porque la mayoría de los títulos que componen mi extravagante biblioteca tienen su historia secreta. Esa historia secreta que me ata a cada uno de ellos y que nació justo el día en que los descubrí en una librería, en un  rastro o que me entregaron en forma de regalo. También se perderá en la noche de los tiempos el mejor momento que, a mi juicio, tiene el lector cuando se enfrenta a estos territorios inexplorados: leer la primera página. O iniciar la aventura, porque de esto se trata cuando se lee un libro independientemente del género que sea. Uno parte de viaje sin saber que le deparará el futuro. Si esa odisea que emprende merecerá la pena o, por el contrario, acabará abruptamente de lado al comprobar que ese ejemplar  aburre.

A mi juicio no hay cosa más frustrante en la vida como lector que dejar un libro a medias. Con el marcador en la página 100 cuando aún faltaban 300 más para llegar a su inevitable final. A lo largo de mi vida he dejado un montón de libros a medio leer, y no me gusta nada esta experiencia. De veras. Es decepcionante.

Luego hablas con unos y te dicen qué como fuiste capaz… y con otros  que te confiesan que ellos hicieron lo mismo pero en la página 22.

Así son las cosas con esto de los libros.

Hablaba, no obstante, de convertirme en pirata y en la sorpresa que me ha golpeado al leer el anuncio de la creación de Libranda. Claro que, con ese nombre –pienso– no creo que lleguen a ningún sitio pero también puedo equivocarme.

Por el momento me resisto a formar parte de la legión de adeptos del libro digital. Ya he dicho que soy un reaccionario con mis libros de siempre, que son los de papel. Los que huelen, los que se te caen al suelo y no se rompen, los que el paso del tiempo hacen que se amarilleen sus hojas. Esas tonterías que mucho me temo comienzan a ser ya cosa del pasado.

Me siento como un triceratops de Parque Jurásico. Un bicho tontorrón que tiene los días contados. Al final, los de mi especie desapareceremos de la faz de la Tierra no por una glaciación ni por un cometa que se estampa contra el planeta, al final dejaremos de estar por la dichosa tecnología.

Me pregunto –por aquello de sobrevivir—si no va siendo hora de que me convierta en pirata.

Saludos, cantando lo de ron, ron, ron… la botella de ron, desde este lado del ordenador.

Madre Deus con esto del cine, cine, cine…

Martes, Junio 8th, 2010

CUANDO EL RÍO SUENA…

Al parecer una treintena de productores y cineastas canarios han presentado hoy martes 8 de junio un escrito en las oficinas de Canarias Cultura en Red a través del cual manifiestan su rechazo a que en la convocatoria de este año para la coproducción financiera de largometrajes destinados a su exhibición en salas cinematográficas se haya añadido que se valore con 0,5 puntos los proyectos desarrollados en el Laboratorio de Escritura Audiovisual de Canarias (LEAC).

Cabe recordar que entre las novedades de 2010 además de otorgar una puntuación adicional a estos trabajos –que alguien me lo explique porque su por qué continuo sin entenderlo– también se valorará el fomento de la igualdad de género.

El presupuesto de la convocatoria, cuyo plazo de propuestas finalizará el 5 de julio,  asciende a 600.000 euros, de los que 450.000 recaen en la modalidad de Producción y los 150.000 restantes para desarrollo.

 

¿QUIÉN NO SE ACUERDA, CABESTROS, DEL TEMA DE AMOR DE ESPARTACO?

La Filmoteca Canaria ha programado un ciclo de películas cuya banda sonora firmó Alex North, compositor de quien este año se celebra el centenario de su nacimiento. El ciclo incluye títulos como Un tranvía llamado deseo, Más allá del Río Grande, Vidas Rebeldes, Dublineses y Espartaco (para este que les escribe, una de las mejores bandas sonoras de North: ¡¡¡Recordad cabestros su tema de amor!!!).

 Las proyecciones, que se iniciaron hoy, martes 8 de junio en los Multicines Monopol, en Las Palmas de Gran Canaria, y que continuarán el jueves 10 en los Multicines Renoir-Price de la capital tinerfeña, se prolongarán hasta la primera semana de julio. Este ciclo apoya la cuarta edición del Festival Internacional de Música de Cine de Tenerife (Fimucite 2010) que este año rinde homenaje a John Williams y su estrecha relación musical con el cineasta Steven Spielberg. Ambos dos no vendrá a la isla, aunque sí Carter Burwell, Bruno Coulais y Bear McCreary.

 

ESO, ESO, PURO INSTINTO ASESINO

Veo la primera entrega de Instinto asesino, biopic de Jacques Mesrine, quien fue declarado enemigo público número 1 de Francia en los años 60 y 70 del pasado siglo. Dirige esta costosísima producción gala Jean-Françoise Richet  –a quien podemos disculparle la torpeza de su remake de Asalto a la comisaría del Distrito 13, una de las obra  maestra del incombustible John Carpenter– con Vincent Cassel encarnando a Mesrine; Gérad Depardeiu y la española Elena Anaya en sus principales papeles.

Confieso que ignoraba por completo la vida y siniestra obra de este pistolero gabacho, lo que me ha animado a bucear en Internet para conocer un poco mejor a semejante elemento. El retrato que ofrece Richet, a falta de que deglute el segundo capítulo del largometraje, es contradictorio y en ocasiones surreal aunque parece que, efectivamente, ha clavado algunas de las pulsiones de este ladrón y asesino.

Así que el filme es bastante recomendable para los que gustan de historiar el crimen reciente en este continente a la deriva que es Europa, y curioso para los que disfrutan con un cine extremadamente violento. No se lo aconsejaría a los modosos ni a todos aquellos espectadores abducidos por ese cine difícil o de caza mayor (como me lo denominó en cierta ocasión un amigo cabezota y bastante tontorrón) que no entiende ni la madre que lo parió.

YA NO CREO EN ÁNGELES

Gracias a un amigo al que debería de estrangular con mis propias manos me meto a ver el sábado pasado en uno de esos irritantes multicines la que quizá sea una de las películas más delirantes de la historia del cine de nuestros convulsos tiempos. Su nombre: Legión, y va de un ángel, San Miguel, que baja a la Tierra para poner orden ante la dejadez del mismísimo Dios. Lo que me sorprende de esta extravagante producción norteamericana es su peste fundamentalista cristiana por la visión que ofrece de un Apocalipsis bíblico donde los malos son los ángeles enviados a la Tierra por el Omniciente y los buenos el tal Miguel y un puñado de humanos que se defienden como pueden de esa legión en una estación de servicio perdida en el desierto del Mohave. No había salido del cine con tal sensación perturbadora de confesarme (y es que esto de ser bautizado pesa de verdad) desde que vi, hace años Escalofríos dirigida por el actor Bill Paxton. Los iniciados seguro que me entenderán…

 

DÍAS CONTADOS

He podido ver el episodio piloto de Breaking Bad, una serie que no alcanzará los niveles de audiencia de Perdidos pero sí que reunirá (de hecho ya los ha reunido) a un grupo de fieles telespectadores. Protagonizada por Bryan Cranston (actor que hace de padre de familia en la maravillosa Malcom in the middle), la historia de Breaking Bad no puede ser más negra: un maduro profesor de química al que apenas le llega el dinero para sostener a su familia y con los días contados tras diagnosticársele un cáncer de pulmón, se mete con uno de sus alumnos a fabricar metanfetaminas para dejar un dinerito a los suyos cuando ya no esté en este mundo. La serie ha sido celebrada por el mismísimo Stephen King, un escritor que gracias a su sobresaliente posición puede decir las cosas que quiera sin que se le caiga el mundo encima.  Permítanme que le augure a Breaking Bad –si continúa en la misma línea de broma macabra que su episodio inicial– un puesto de honor entre las series norteamericanas que nos ha demostrado una vez más a los malditos bastardos que no hemos nacido en ese país, que son unos maestros en esto que llaman ENTRETENIMIENTO con todas sus letras en rigurosa y llamativa mayúsculas.

Gracias Carlos por esta revelación.

 

UN APUNTE NECESARIO

No me resisto a finalizar este post invitándoles a que lean el artículo que hoy publica el imprescindible filósofo Bernard-Henri Lévy en el diario El País sobre los acontecimientos que la semana pasada tiñeron de sangre las aguas del Mediterráneo. No tiene nada que ver con esto del cine, pero se me antoja que su lectura es muy necesaria en estos tiempos donde están empeñados unos y no otros en poseer el monopolio de la verdad. 

Saludos, como siempre gratamente perplejos, desde este lado del ordenador.