Archive for Junio, 2020

Simplemente Judy

Miércoles, Junio 10th, 2020

Tuve la suerte de ver El mago de Oz en el Cinema Victoria, un cine que hoy es garaje y que se encontraba casi al ladito del teatro Baudet, hoy en ruinas. Ambos en la avenida de las Islas Canarias, antes del general Mola, en Santa Cruz de Tenerife.

Debe ser El mago de Oz (Victor Fleming, 1939) de las primera películas que vi solo, sin acompañantes, en un cine y todavía no me explico que hacía exhibiéndose aunque fueran otros tiempos donde pensar en ordenadores, teléfonos portátiles, video llamadas e internet era cosa de ciencia ficción. En aquellos lejanísimos años a los ordenadores se les llamaba además computadores y quien les escribe no vio ninguno hasta que en otro cine hoy desaparecido, el teatro San Martín, vio Scanner, donde aparecía un aparato que llamaban así: computador.

En fin. La cuestión es que me metí a ver El mago de Oz sin saber de qué iba la condenada película. Igual me la recomendó alguien pero se me ha borrado del disco duro. El caso es que allí estaba, en el patio de butacas cuándo comenzó la sesión y oh, oh, peligro, la película era en blanco y negro y oh, oh, peligro, me había metido en un musical.

Pensé en levantarme pero me quedé porque de pronto aparecía un huracán y se llevaba todo por los aires. Todo, todito, todo. Entre otros a la protagonista y su perrito que llegaban arrastrados por las corrientes a… vaya, vaya, vaya, un mundo a colores. Y qué colores.

En su recorrido por aquella geografía Dorothy y Totó, que hacía se llamaba la pareja protagonista, se encontraban con un león, un hombre de hojalata y otro de paja disfrazados y había un camino de baldosas amarillas y enanos. También una bruja que cuando aparecía me hacía cerrar los ojos y por fin el palacio del misterioso señor Oz que se encontraba en la legendaria ciudad Esmeralda.

No hay adjetivos suficientes para que cuente lo que aquel largometraje supuso para aquel infante. Digo poco si digo que se quedó clavado en la butaca fascinado, tarareando las canciones. Desde ese día si ya me gustaban los arcoíris a partir de entonces mucho más…

Dorothy era Judy Garland, aunque en verdad se llamaba Frances Ethel Gumm (Grand Rapids, Minnesota; 10 de junio de 1922-Londres; 22 de junio de 1969) y quiero imaginar que mucho de ese personaje llevó dentro la actriz y cantante que tuvo una vida tan rota. Y miserable. Siento arcadas pensando en lo que tuvo que sufrir aquella niña y luego mujer a la que acostumbraron a empastillarse para rodar hasta el infinito.

La carrera de Judy (no he visto la película sobre su vida que protagoniza Rene Zellweger) sumó otras películas pero ninguna alcanzó la popularidad de Oz, una novela escrita L. Frank Baum. Junto a la estrella de cine adolescente Mickey Rooney protagonizó varios musicales y compartió cartel con Gene Kelly en la actrobática El pirata. También fue clave en Ha nacido una estrella, junto a James Mason y más tarde en un insólito y pequeño papel dramático en Vencedores y vencidos, que a mi me sigue pareciendo una de las mejores películas como director de Stanley Kramer, la otra es El mundo está loco, loco, loco…

Pero si me dieran a elegir entre todas las de la filmografía de Garland me quedaría sin dudarlo un segundo con El mago de Oz, filme que tengo en dvd pero que no he vuelto a ver desde que lo adquirí.

¿Razones? Tengo reservas y algo de miedo. Y no es porque piense que la película con ojos expertos no será la misma sino por la bruja, papel que interpretaba Margaret Hamilton. ¡¡¡Todavía me da muy mal rollo!!!

Me conmueve Judy Garland y disfruto con sus canciones aunque las de su hija Liza Minnelli sonaron más en una época de mi vida, sobre todo las que interpreta en Cabaret y New York, New York… Con todo, siempre guardé especial cariño por Judy Garland, aunque más que por ella por su interpretación de Dorothy, que es irrepetible, de una inocencia que desarma y que creo que le salió más de dentro que de fuera. Eso que los cursis llaman un trabajo hecho con las tripas y no con la cabeza.

No sé cuánto tiempo ha pasado desde que vi en aquel cine de reestreno El mago de Oz, pero lo que supuso para mi memoria de espectador todavía conserva su impacto. Por eso, y a modo de final, solo me queda darle una y mil veces las gracias a Judy Garland por indicarme con sus canciones cuál fue y sigue siendo el camino de baldosas amarillas.

Saludos, pasan los días, desde este lado del ordenador

Encuentros en la tercera fase

Martes, Junio 9th, 2020

Estrenamos tercera fase para adentrarnos en la leeenta “nueva normalidad” que dicen y paseo por las ramblas de mi pequeña capital de provincias bajo un sol de justicia y un cielo azul que solo se ve por aquí que alegra el alma de cualquier mortal que se precie.

El rito es más o menos el de siempre. Mañana de paseo con Kala. Parada en el kiosco para comprar el pan y aprovechar unos segundos para mirar los titulares de las portadas de los periódicos. Rumbo al Viera y Clavijo, cada día más abandonado de la mano de los dioses para que la perra busque lagartos (ni se imaginan cómo se le iluminan los ojos cuando le digo que vamos a buscar lagartos) y luego de que rebusque entre las rocas sin demasiado éxito porque las lisas y las lagartijas se le escabuyen por entre las endiduras de las paredes, paseo al parque La Granja que, entre las obras que dificultan su acceso, aún cuenta con un pequeño reducto donde tumbarte en el césped a la sombra de un árbol y leer un poco de El conde Belisario, algún día rendiré homenaje a Robert Graves, escritor que sabe quitarme el aburrimiento mientras me da una lección de Historia, y vuelta a casa por otro camino que no es el de las ramblas sino el que baja por la avenida Islas Canarias hasta la calle de Salamanca, que atravieso con un nudo en el estómago cuando cruzo los multicines Price, la pastelería Soto, con una cola no demasiado extensa para comprar pasteles y más allá las carnicerías, la tienda de arreglo de ropa, la ferretería, los supermercados chinos para llegar a la calle del capitán Gómez Landero y contemplar la fachada de la vivienda donde residieron hace mucho tiempo mis abuelos. La casa ya no es la misma sino un moderno edificio de viviendas y la verdad es que de muy poco me acuerdo de cómo era entonces porque aún llevaba pantalones cortos y, probablemente, chupa.

Sí que recuerdo, no obstante, haber perdido un muñeco de Ursus (¿o era Goliat), el compañero de El Jabato o El capitán Trueno en el jardín y no descubrir jamás donde fue a parar aquella figurita que me llevaba a todos lados. Lo curioso del caso es que siempre he tenido la certeza de que algún día lo descubriría, que volvería a mi o mejor que volvería a él pero de momento es otro de esos sueños imposibles que uno lleva en la cabeza y que no quieren marcharse aunque te vayas haciendo más viejo.

Las ciudad recibe con entusiasmo la tercera fase porque veo más gente, la mayoría con mascarillas, y tráfico en las calles. Llego hasta el kiosco de La Paz y una vocecilla ronca de fumador me llama. Doy la vuelta con Kala tirando de la correa y me encuentro al mismo tipo que me encuentro casi siempre en la rambla con el que he establecido una amistad que consiste en saludarnos… Aunque el hombre, que cojea y que por eso lleva bastòn, me confunde siempre con otro.

- Señor juez.- me dice.- señor juez, buenos días.

- Buenos dìas.

A veces estoy tentado en decirle que no soy juez ni que estoy jubilado, que es otra palabra que utiliza cuando me saluda, pero qué más da, me alegra encontrármelo y decirnos estas cosas que como decía aquel se perderán como lágrimas en la lluvia pero que a mi, particularmente, me da sensación de que soy habitante de esta ciudad donde comienza a ser habitual ver ratas merodeando por los cubos de basura, gatos callejeros que comen los que le deja una anciana que solo compra arroz cuando me la encuentro en la cola del supermercado, y alguna que otra cucaracha despistada que sale de la boca de las alcantarillas. Y sí, no está la ciudad lo que se dice muy limpia. Si vivieran aquí les invitaría a que pasearan por algunos de sus barrancos. Uno de ellos, que la atraviesa como un cuchillo casi a la mitad, es territorio comanche repleto de basuras. El otro día recorrí un tramo con un amigo y mientras caminábamos observando las cuevas donde vive gente, los troglodietas de la Santa Cruz, miraba hacia arriba, con la perspectiva que da el contrapicado, otra realidad de esta reitero pequeña capital de provincias

Continuamos el paseo Kala y yo, estamos de regreso asi que son como la una de la tarde más o menos.

- Señor juez, señor juez…

Y vuelta a empezar.

¿Dónde voy?

A caaasa.

Encuentros en la tercera fase.

Saludos, íntimo, sincero, desde este lado del ordenador.

Isamel Lozano Latorre: “Rindo homenaje a los héroes que lucharon por los derechos LGTBI”

Lunes, Junio 8th, 2020

Vagos y maleantes (Editorial Siete Islas, 2020) es una novela de Ismael Lozano Latorre (Granada, 1978) en la que rescata un pedazo de la Historia de Canarias mal y poco conocido: la existencia de 1954 a 1966 de la Colonia Penitenciaria de Tefía, Fuerteventura, centro que aprovechó las instalaciones de un complejo abandonado para encerrar a los “vagos y maleantes” que atentaban contra la moral de un régimen que, como el franquista, intentó imponer un represor modo de vida a los españoles. En estos centros solían acabar presos comunes, políticos y homosexuales a quienes se encerraba con el objetivo de su reeducación.

Ismael Lozano Latorre utiliza este material para narrar una historia de amor condenada al fracaso y que se articula en torno a a los recuerdos de un anciano al que se le ha diagnosticado Alzheimer y que estuvo preso en Tefía en los años 50.

La novela se preocupa por describir la relación frustrada de dos hombres en unos tiempos muy difíciles para que pudieran sellar su relación y carga las tintas no solo contra el aparato represor franquista que fue capaz de poner en marcha aquella maquinaria inhumana sino también a Lesbianas, Gays, Bisexuales, personas Transgéneros e Intersexuales (LGTBI) que han olvidado “a los héroes sin capa” que lucharon y en algunos de los casos perdieron su vida en defensa de los derechos que tienen en la actualidad.

- ¿Por qué Vagos y maleantes?, ¿podría explicar quiénes eran esos vagos y esos maleantes?

“Vagos y maleantes eran todos aquellos que el régimen franquista consideraba un escándalo para la moral colectiva. La homosexualidad en España estuvo penada hasta 1978, primero con el artículo 431 del Código Penal y tras la reforma de la Ley de Vagos y Maleantes en 1954 la situación empeoró considerablemente. El nombre de la novela hace referencia a todos esos superhéroes sin capa que lucharon por los derechos del colectivo LGTBI y fueron tratados injustamente”.

- Como mucho de los habitantes que vivimos en Canarias desconocía la existencia de la colonia agrícola penitenciaria de Tefía, Fuerteventura, que sirvió de prisión para presos comunes y políticos además de centro de reeducación de homosexuales. ¿Cómo descubre el centro?

“Durante la presentación de Todavía no me he ido, mi primera novela LGTB, en la Feria de Libro de Fuerteventura, José Barreto de León, de la Asociación Altihay, me habló de la Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía, un hecho histórico que desconocía. A partir de ese momento, guiado por mi curiosidad, investigué y sentí la necesidad de escribir esta novela porque no es justo que esa parte de nuestra historia haya sido silenciada y no se haya hecho justicia a las víctimas de ese sistema opresivo”.

- ¿Habló con antiguos presos y guardias de la colonia penitenciaria?

“Por desgracia es complicado, la mayoría de los testigos de aquella barbarie han fallecido y otros prefieren permanecer en el anonimato, pero por fortuna, tuve la suerte de contactar con Javier Larrauri que compartió conmigo la entrevista que realizó a Octavio García, uno de presos de Tefía, para su documental Testigos de un tiempo maldito”.

- ¿Quiénes son los protagonistas de la novela?

“Manuel y Lorenzo, dos jóvenes conejeros que se atrevieron a amar cuando el amor estaba prohibido. La novela nos presenta dos líneas temporales distintas, la década de los 50, donde se desarrolla su romance y las vicisitudes que soportaron y el presente, donde un anciano Manuel es diagnosticado de Alzheimer y teme perder sus recuerdos sin que se haga justicia. Para inspirarme en Manuel y Lorenzo me documenté leyendo infinidad de testimonios de homosexuales de la época, ellos son el resultado de muchas voces e historias silenciadas.”

- ¿Se dejó llevar por la improvisación o tuvo todo estudiado en la cabeza?

“Una de las características de mis novelas es que me gusta “jugar” con el lector y sorprenderlo y para eso es necesario ser metódico. Yo tengo la cronología de los acontecimientos y la evolución de los personajes desarrollada antes de comenzar a escribir. Gracias a eso logro los giros en las trama que tanto me gustan y evitar las incoherencias”.

- ¿Cómo fue el proceso de documentación de la novela?, ¿consultó registros?

“En este caso particular el trabajo de campo para la planificación de la novela ha sido bastante complicado porque no existía mucho material sobre estos hechos históricos. Consulté el BOE, cartas de presos de la época, reportajes de prensa, bibliografía como El látigo y la pluma de Fernando Olmedo o Viaje al centro de la infamia de Miguel Ángel Sosa… y además, por fortuna, tuve la suerte de contar con la colaboración de Javier Larrauri director del documental Testigos de un tiempo maldito y con Dani Curbelo, del documental Memorias aisladas”.

-¿Conoce los lugares en los que transcurre la novela?

“Sí, Alby y María, unos amigos de Fuerteventura, me llevaron a Tefía para que sintiera las vibraciones de aquellos muros en mi piel. Gracias a sus hijas, que nos acompañaron y jugaban entre las piedras, aprendí que hasta en los peores escenarios hay espacio para la esperanza. Intenté ajustarme a la realidad del espacio, aunque es cierto que me he tomado ciertas licencias literarias”.

- Uno de los personajes de la novela es sobrino de un sacerdote..
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“No me gusta generalizar porque en todos los colectivos hay gente que actúa bien y otra, que, por el contrario, hace atrocidades. Dentro de la Iglesia sucede lo mismo. Lo que no podemos negar es que el régimen franquista se apoyó en la Iglesia para defender que los homosexuales eran un peligro para la Patria, porque sus valores iban en contra de la familia y la sexualidad procreativa y la Iglesia podría haber hecho más por defenderlos”.

- Critica en el libro que la comunidad gay haya olvidado a estos hombres y mujeres que a lo largo de los años y gracias a su lucha lograron que se respetaran sus derechos. ¿Está cambiando esta idea?, ¿comienza el colectivo LGTBI a tomar conciencia de toda aquel coraje?

“Durante el proceso de creación de esta novela me ha pasado una cosa muy curiosa y es que he descubierto lo que para mí es el verdadero significado del Orgullo. Hay una frase del libro que lo resume. Dice: “No somos nada, pero nos tenemos los unos a los otros”. El mensaje de la novela es ése y va más allá de las tendencias sexuales porque hay que luchar por nuestros derechos y apoyarnos unos a otros, como colectivo. Es un Orgullo pertenecer a una comunidad y hay que ayudar al prójimo, sobre todo cuando las circunstancias son tan crueles e injustas como las que les tocó vivir a los homosexuales durante el franquismo.”

- En el libro cuenta la historia de amor de dos hombres en unos tiempos donde confesarlo abiertamente podía llevarlos a la cárcel. ¿Se sabe cómo fue la persecución contra las lesbianas?, ¿fue igual de duro?, ¿contaban como Tefía con un penal en el que pasar condena?

“Existieron cárceles como la de Badajoz donde internaban a lesbianas y a gays pasivos. Las lesbianas, por fortuna, lograban pasar más desapercibidas y su persecución, aunque también fue dura, fue menos cruenta”.

- Cree que las islas han superado ya esos prejuicios. ¿Y en concreto en una isla como Fuerteventura que es donde se desarrolla el relato?

“Se han superado muchos prejuicios pero todavía queda mucho trabajo por hacer, sobre todo hay que visibilizar y normalizar al colectivo LGTBI, que es algo, que por fortuna, las nuevas generaciones canarias están haciendo perfectamente. Nuestros mayores levantaron muchos puentes con sangre y esfuerzo, que si no cuidamos, pueden volver a derrumbarse”.

- ¿A qué elementos da prioridad en sus obras? ¿Le gusta cuidar el diálogo, la trama, perfilar el carácter de los personajes, construir una buena historia?

“Mi prioridad siempre es la historia y crear personajes verosímiles que evolucionen y estén llenos de luces y sombras. Soy de los escritores que se emocionan escribiendo y por fortuna eso se refleja en mis páginas”.

- Cómo editor qué es lo que le pide a un libro para publicarlo? ¿Y cómo lector?

“Mi primera novela, La sirena de Famara fue auto publicada y en la actualidad ha superado los 12.000 ejemplares vendidos y ha estado casi veinte veces como lectura obligatoria en centros educativos. Después de ese logro se me abrieron muchas puertas pero mi intención siempre fue crear mi propia editorial, una en la que pudiera contar con grandes nombres canarios (en la actualidad contamos con Víctor Álamo de la Rosa y Santiago Gil, entre otros, en nuestro catálogo) y también darles la oportunidad a autores nóveles que tengan obras que consigan emocionar pero que por desgracia la maquinaria del sistema editorial no les estaba dejando hueco”.

- Qué autores le gustaría publicar en la editorial Siete Islas?

“Tengo bastantes y ellos lo saben porque han recibido ya email con mi propuesta pero, sobre todo, me encantaría encontrar una voz nueva, joven y canaria que escriba de forma diferente a lo que hasta ahora hemos leído. Lo que realmente me encantaría es descubrir un diamante literario canario en bruto”.

- Ha escrito La sirena de Famara, La isla de los dragones dormidos y La leyenda de Gara y Jonay, ¿qué cree que encontrará el lector en cada una de estas novelas?

“Todas mis novelas, aunque son distintas hablan de amor, porque el amor es lo que mueve el mundo. La sirena de Famara nos habla de la inocencia y la dulzura del primer amor y el desgarro del primer desengaño. La isla de los dragones dormidos trata sobre los amores prohibidos, de esas mariposas que a veces sentimos en el estómago y que nuestra cabeza nos manda aplastar porque no debemos traspasar ciertos límites. La leyenda de Gara y Jonay nos habla de una chica gomera, llamada Gara que está obsesionada con la leyenda de los amantes guanches y de Jonay, un chico de Tenerife, que para conquistarla, intenta que la historia se cumpla en la época actual”.

- ¿Se encuentran constantes en su producción literaria?

“Desde el principio he tenido un estilo propio, fácilmente reconocible y mis historias siempre buscan emocionar y sorprender al lector, aunque con Vagos y maleantes, además e intentando remover conciencias para que la historia no se repita”.

- ¿En qué proyectos anda metido ahora?

“En la actualidad estamos en proceso de edición del segundo volumen de cuentos ilustrados Conoce Canarias con Nico, que esta vez nos trasladará al Parque Nacional Timanfaya y estoy escribiendo mi séptima novela, que por primera vez, no transcurre en Canarias”.

Saludos, me mira, desde este lado del ordenador

María Montez, la reina del technicolor era canaria

Sábado, Junio 6th, 2020

María África Gracia Vidal (Barahona, República Dominicana, 6 de junio de 1912 – Suresnes, Francia, 7 de septiembre 1951) fue una reconocida estrella del cine de serie B de origen canario por parte de padre y dominicana por parte de madre que al llegar al turbulento Hollywood de los años 40 dio a conocer aquel cuerpo esculpido por Venus con el nombre artístico de María Montez.

Cuenta el tristemente desaparecido Antonio Pérez Arnay en el libro María Montez, la reina del Technicolor (Filmoteca Canarias, 1995), que la actriz que se metió en el bolsillo a públicos de todas las edades y de todos los países aprendió a hablar inglés mientras estudiaba en un convento en Santa Cruz de Tenerife.

Tras ser nombrado cónsul español en Belfast (Irlanda), su padre Isidoro Gracia, nacido en Garafía (La Palma), y su esposa, la dominicana Teresa Vidal, recogieron los bártulos y se fueron a la isla verde mientras la Montez aprendía a ser modelo. Su aparición en revistas hizo que algún avispado de la industria del cine se fijara en sus curvas y la fichara para la Universal Pictures para que protagonizara una serie de películas de aventuras a colores que si bien no han resistido el paso del tiempo son de obligado visionado para nostálgicos de la serie B. Serie B en la que María Montez, Montez por Lola Montez, interpretó a retorcidas reinas de países ignotos y hermosísimas esclavas cuyo destino solía ser el de caer seducida ante apuestos y valerosos hombres blancos.

Reina Cobra, La Atlántida, Ali Babá y los cuarenta ladrones, Las mil y una noches son solo algunas de las deliciosas películas que protagonizó. Cintas que pasado los años soportan aún el paso inclemente del tiempo gracias a su resplandeciente (las cosas del technicolor) belleza.

Pero algo más tuvo esta actriz de limitados registros y sus compañeros de reparto como John Hall, Turhan Bey y el fantástico Sabú. Lo escribimos para que los iniciados entiendan a que nos referimos.

A mi me encanta María Montez, personalmente, en La Atlántida, que no es otra cosa que una buena adaptación de la novela del mismo título de Pierre Benoit (un notable escritor de novelas de aventuras francés) y en la que compartió escenas con quien sería su marido en la vida real, el actor Jean-Pierre Aumont, con quien tuvo una hija, la también actriz Tina Aumont, y hombre al que le destrozó el corazón cuando la actriz falleció en la bañera en septiembre de 1951.

Entre la legión de fanáticos que cosechó la actriz –”con la Montez todo, sin la Montez nada”– se encontró Antonio Pérez Arnay, un crítico de cine tinerfeño que nos regaló a los aficionados al séptimo arte uno de los mejores libros, si no el mejor, que ha publicado hasta la fecha la Filmoteca Canaria. El prólogo lo firma un amigo de Pérez Arnay y otro fan también de la actriz de origen canario por parte paterna: Terenci Moix.

Ya va siendo hora de recuperar a aquella actriz y a aquellas películas para aproximarse a un cine que hoy pese a su aroma rancio continúa manteniendo el encanto que descubrí hace ya mucho tiempo cuando vi esas películas en televisión. La sorpresa entonces fue mayúscula cuando me dijeron que aquella mujer que apenas transmitía emociones pero en la que descansaba todo el peso de la película porque tenía glamour, un glamour exótico, era de origen canario. Esta extraña tierra en la que nací y en la que habito y en la que cada día me reconozco un poco menos.

Hablé con Antonio Pérez Arnay sobre ella cuando publicó el volumen, y en una de las aquellas charlas espontáneas que manteníamos porque nos encontrábamos siempre en cualquier esquina de esta ciudad de aceras menguantes, me dijo que estaba preparando otro libro. Un libro que versaría sobre las otras reinas de la serie B, una aristocracia –con perdón, Pablo Iglesias, no vaya usted a anatemizarme– orgullosa de llevar esta corona y entre las que se encontraba otra actriz de padre canario, Patricia Medina.

Así que los monteses se pongan de pie porque tal día como hoy vino al mundo María África Gracia Vidal, María Montez, la actriz que ahora cabalga a lomos de un córcel blanco por un desierto de metirijillas. Un desierto de cartón piedra.

Salve, Reina Cobra, los que va a morir te saludan.

Saludos, olé, olé y olé, desde este lado del ordenador

Marchando que es gerundio

Sábado, Junio 6th, 2020

* La Convocatoria de Premios CajaCanarias, que en la presente edición está compuesta por un total de ocho galardones a concurso, entra en su recta final al establecer las correspondientes bases de participación, con carácter general, el 15 de junio (Hasta la 14 horas) como fecha límite para la presentación de candidaturas. Dichas bases, así como la información de interés de los certámenes puestos en marcha en el presente ejercicio, se encuentran disponibles en www.cajacanarias.com.

* El 11 de julio concluye el plazo de admisión de originales al Premio Internacional de Novela Benito Pérez Galdós, dotado con 15.000 euros y la publicación de la obra. El galardón es una iniciativa del Cabildo de Gran Canaria y se recupera este año, 2020, tras varias décadas suspendido.

* El poeta Rafael-José Díaz forma parte del consejo de redacción de la revista chilena WD40, realizada por poetas y críticos de la región de Valparaíso. WD40 dedica sus contenidos a la poesía, el ensayo y la crítica y se publicará dos veces al año.

* Este verano comenzará a funcionar la revista digital literaria Trasdemar, que dirige el poeta y abogado Ramiro Rosón y que fue uno de los proyectos a los que dio luz verde Canarias Cultura en Red. Trasdemar quiere, en palabras de Rosón, “contribuir a que la literatura insular siga contando con la dimensión cosmopolita que la caracteriza”.

Saludos, marchando que es gerundio, desde este lado del ordenador

Los Multicines Yelmo de Canarias reabren el 12 de junio

Viernes, Junio 5th, 2020

La empresa gestora de la cadena de multicines Yelmo ha acordado reabrir sus salas en las islas Canarias el próximo 12 de junio, el viernes de la semana que viene.

Los multicines abrirán respetando los protocolos de seguridad especial y con una cartelera “sin estrenos por el momento”, que incluye entre otros títulos Conjuring I, Wonder Woman, Joker y Geminis.

Se prevé así que la semana pròxima reabran los Multicines Meridiano, los Yelmo Orotava en Tenerife, así como llos Cine Yelmo Vecindario, Cine Yelmo Las Arenas, Cine Yelmo Premium Alisios en Gran Canaria y los Cine Yelmo Fuerteventura.

La reapertura de las salas se realizará de manera progresiva y se indicará con señalizaciones la distancia de seguridad que deben respetar los espectadores, reducción de aforo y el aumento de la frecuencia en la limpieza y desinfección de superficies de mayor contacto, entre otras medidas. Se fomentará además la compra de entradas y productos de bar a través de la web y app y las salas contarán con dispensadores de gel hidroalcohólico.

Por último,” todos los empleados de la compañía contarán con sistemas de protección individual y, en los casos en los que sea posible, se fijará una distancian física de 1,5 metros entre las filas de espera del bar y de 2 metros entre el personal de restauración y clientes”, informa el periódico ABC.

Saludos, ¿ganas de ir al cine?, desde este lado del ordenador