Archive for Enero, 2012

La primera mala noticia para la Cultura en Canarias en 2012

Viernes, Enero 20th, 2012

La primera mala noticia para la Cultura en Canarias se anuncia apenas iniciado este apocalíptico 2012: MiradasDoc, el pequeño pero gran festival que se celebraba desde hace seis ediciones en Guía de Isora, desaparece porque el Ayuntamiento no puede afrontar sus gastos.

Lo ha dicho el mismo alcalde, Pedro Martín, en rueda de prensa. Martín deja, eso sí, entreabierta una puerta a la esperanza al comentar que “en cuanto podamos buscaremos financiación para que MiradasDoc continúe”.

Palabras sin embargo que a mi me parecen a la de un adiós definitivo porque está claro que las cosas nunca volverán a ser como antes.

A lo largo de su singladura, MiradasDoc consiguió, entre otras cosas, armarse como festival y colocar en el mundo el nombre de Guía de Isora como referente del cine documental que se está realizando en este planeta tan necesitado de voces y miradas capaces de retratar la realidad convulsa que nos rodea.

No tuve oportunidad de asistir a ninguna de sus seis ediciones por razones que no vienen al caso, pero por amigos y conocidos para los que cada MiradasDoc significaba algo así como su peculiar peregrinar a la Meca, pienso y creo que no me equivoco, que el festival cumplió a rajatabla el abecedario que marca un encuentro de estas características.

Es decir, que además de preocuparse por una exhibición ejemplar y la de educar la mirada de sus asistentes, también fue mercado y espacio de intercambio.

Por todo ello, la ausencia de MiradasDoc en 2012 la mastico y digiero como un duro mazazo a una forma de entender la cultura desde Canarias que muchos vamos a notar en falta.  

En un año en el que parece que muchos han descubierto que existe un calendario Maya que ¿acaba? en 2012, la ausencia de MiradasDoc supone para la cultura en estas islas desvertebradas y cainitas un siniestro augurio de lo que se nos viene encima.

Perdemos, en definitiva, con la desaparición de MiradasDoc uno de los escasos espacios de debate y de intercambio de ideas con otras realidades que, hasta el día de ayer, se estaban celebrando en una Canarias que, parece ser, unos y no otros, hoy quieren dirigir hacia un espectáculo único y mastodóntico con nombre y apellidos.

 Saludos, corramos cuanto antes un (es)túpido velo, desde este lado del ordenador.

¡¡¡Bienvenido sea, señor Ojo!!!

Jueves, Enero 19th, 2012

Nunca te acuestes con una mujer que tenga más problemas que tú” (Ross McDonald)

¡¡¡Alarma!!!!

Señor Ojo vuelve a irrumpir en este blog.

- ¿No se me había muerto, señor Ojo?.- le pregunto. 

- Yo no muero. Duermo la borrachera.- me contesta con su gigantesco ojo inyectado en sangre mientras de su aliento oledas de ginebra barata se estampan contra mis adormilados sentidos.

- ¿Y qué me cuenta, usted?

Señor Ojo traga ginebra y escupe…

¿QUÉ COÑO DE CRISIS?

Como la mayoría de los hombres que beben demasiado, me había pasado la mayor parte de mi vida considerando mi sombrío futuro” (James Crumley)

“Resulta cuanto menos curioso que dos de los presuntos grandes acontecimientos culturales de este 2012 apocalíptico que se nos viene encima se traten de sendos anuncios de conciertazos probables y cuyas entradas, todo hace suponer, no serán precisamente para tiempos de crisis. Ambas noticias coinciden además en apuntar que los espectáculos mayúsculos tendrán lugar en mayo y –en un diplomático equilibrio territorial– que supuestamente se celebren en las dos capitales canarias.

Canarias 7 adelantaba a los aficionados al Boss su posible presencia en la capital grancanaria si las negociaciones ya iniciadas al parecer por LM Producciones llegan a buen puerto. El Cabildo de Gran Canaria dará a conocer este jueves, 19 de enero, en la Feria Internacional de Turismo de Madrid (Fitur), que Bruce Springsteen “ofrecerá en mayo un concierto en la isla.” La presencia de Springsteen en Gran Canaria no ha sido incluida sin embargo en la relación de conciertos que recoge la página web oficial del artista, apunta una nota de la agencia Efe.  

Le recuerdo también que En Tenerife se difundió hace unos días la celebración en mayo –¿la primavera la sangre altera?–  del Rock Coast Festival, tres días de música que se desarrollarán en la explanada de la Dársena Pesquera del muelle de la capital tinerfeña y en cuya presentación en rueda de prensa se habló de todo menos de lo que un encuentro de estas características demanda: el cartel de artistas.

Su presupuesto se estima en torno a los cinco millones, de los que 3,5 se destinará a pagar los cachés de los grupos participantes…”

- Deje usted margen a la esperanza, señor Ojo.- le digo.

Señor Ojo me mira con su ojo inyectado en sangre. Aunque sonríe cuando descubre la botella de ginebra barata que tengo escondida para matar a las cucarachas. Abriendo la tapa con los dientes susurra moviendo las manos:

Y SIN EMBARGO TRAIGO DOS OFERTAS ANTICRISIS

Y un hombre dispuesto a desechar su propia vida no siente ese asco. No solo eso, sino que se enorgullece de no sentirlo.” (James Crumley)

I.- LA VOZ DE LA RAZÓN PRODUCE…  

“El lagunero Café Siete espera acoger el 26 de enero y a las 21 horas un encuentro con el poeta Leopoldo María Panero, autor de una de las obras más radicales y vivas de la poesía española de los últimos tiempos. El precio de entrada para disfrutar de la velada es de seis euros con consumición.

Panero fue el primer miembro de su generación en incorporarse a la nómina de clásicos de la editorial Cátedra, y uno de los protagonistas junto a otros miembros de su familia del excelente documental El desencanto (Jaime Chávarri, 1976) y Después de tantos años (Ricardo Franco, 1994). Panero es autor, entre otros libros, de Locos de altar y Cantos del frío, así como de El lugar del hijo y Palabras de un asesino, en narrativa.”

II.- ALGO DE SENTIMIENTO, POR FAVOR

“Informo también, entre tanta estrella que se anuncia y que espero no se estrelle, que el viernes 20 de enero y en el Auditorio de Tegueste actúa Three Bones a las 21 horas. ¿Qué quienes son estos tres huesos? Pues un trío que bajo la tutela de Álvaro Dalloz interpreta blues con el corazón y no con la cabeza. Precio de la entrada: cinco euros.”  

- Eso está muy bien, señor Ojo.- le digo mirando como se ha tragado de una sentada media botella de ginebra.

Señor Ojo, de pronto, se me pon triste.

- ¿Qué le pasa, señor Ojo?

TE QUISE, YAIZA

Nadie es más cínico que un borracho reformado; ni siquiera otro borracho.” (James Crumley)

“El Espacio Canarias de Madrid dedica enero y febrero al ¿cine canario?

Este miércoles, 18, se presentó El Cine en Canarias, una revisión crítica, engañoso título del volumen coordinado por Aurelio Carnero y José A. Pérez-Alcalde y editado por la Filmoteca Canaria y el Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria y del que ya usted expresó opinión en este mismo blog al que tiene acceso sus ebrios lectores si pinchan este enlace.

El jueves, 19, comienza el ciclo Yaiza Borges. Locos por el cine, con Anabel Off Side, obra colectiva de 1979. Y el jueves 26 del mismo mes, Carnaval 83, otra pieza colectiva porque a este colectivo le iba lo de la colectivización. Siempre y cuando se marcaran las distancias, claro está… Deme esa botella de ginebra para poder continuar.  

El 2 de febrero se podrá ver Último acto, Álvaro, mi niño y Apartamento 23F que no son cortos colectivos sino de Francisco J. Gómez, Gómez Tarín y Aurelio Carnero, respectivamente, y firmados a finales de los años ochenta.

El 9 y 10 de febrero se exhibirán dos trabajos del incombustible Josep Vilageliú: Bajo la noche verde (1985) e Iballa (1987); y el 16, El fotógrafo (Luis Sánchez Gijón, 1987). El 23 de febrero finaliza la resurrected Yaiza Borges con The end, obra en la que sus miembros certificaron la carta de defunción como grupo y de la mítica sala de cine que llevó su nombre y que regentaron con tanto esfuerzo y cariño en el que antes fue Cine Tenerife y en la actualidad un rumbero gimnasio.

Por último, el cortometraje Entre fogones (2011) de Patrick Bencomo se verá el viernes 20 de enero y a las 20.30 horas en el mismo espacio.”

- ¿Eso es todo, señor Ojo?

- ¿No tendrá usted más matarratas oculto por ahí? ¿Verdad?

- Pues no… .- miento al Señor Ojo. 

-Olvídese entonces de que continúe…

(*) Toda las citas, incluida la de Ross McDonald, están sacadas de una obra maestra: Un caso equivocado (Colección Etiqueta Negra, Júcar), de su majestad James Crumley.

Saludos, corto y cierro, desde este lado del ordenador.

¡Se queda!

Martes, Enero 17th, 2012

El heraldo recorre las ciudades y pueblos de las ocho islas anunciando la buena nueva. Grita con potente voz de barítono “¡se queda!, ¡se queda!” mientras su caballo relincha casi como si subrayara el portentoso “¡se queda!, ¡se queda!” que sale de la garganta del jinete, que lleva días y noches cabalgando sin descanso alguno para dar la noticia.

- ¡Se queda!- musitan los culturos que antaño se indignaron mientras se ponen de rodillas.

- ¡No tira la toalla!- recitan los culturos antaño indignados mientras se persignan y le ponen velas a la Virgencita de Candelaria. La Virgencita cuyo rostro moreno parece que resplandece.

- ¡Sonríe la Virgencita!- exclama un teatrero.

- ¡Apartad las cabezas que esto lo grabo yo desde mi móvil!- responde una cineasta que vio el abismo y que ahora, agradecida, apunta su móvil de última generación a la figura de la Morena.

- ¡Un milagro!- coincide la mayoría de los culturos a medida que se va propagando la noticia.

¡Alberto Delgado se queda!

El heraldo, que mantiene las riendas de su alazán con fuerza, continúa gritando la buena nueva.

- ¡Se queda!, ¡Se queda!

Un músico llora emocionado.

- ¡No llores!- le consuelan unos.

- Dejadlo llorar… Llora de alegría….- contestan otros.

En las siete islas se baila y se canta. Se abren barricas de vino y de cerveza Dorada, Reina y Tropical

En el cielo sin estrellas de Canarias aparece de pronto la imagen de Alberto Delgado.

ALBERTO DELGADO (tamborileando con los dedos la superficie de una mesa): Estimados todos… Conste que han sido ustedes los que me pidieron que no dimitiera…

- ¡Con dos cojones!- chilla un exaltado.

- Shhhh.- susurran varias voces.- ¡Dejadlo hablar!

ALBERTO DELGADO (tras un fortísimo carraspeo): Compañeros todos… Una advertencia: “La situación no sólo es dramática, sino que es muy probable que lo sea más en el futuro”.

CULTURETAS: ¿Por qué? Tú puedes…

ALBERTO DELGADO (dejando de tamborilear sobre la mesa): Pues porque habrá que conocer, por ejemplo, “la actitud del nuevo Gobierno central con respecto a Canarias. Hay convenios, que compartimos con otros territorios como Baleares o Ceuta y Melilla, que permiten a nuestros creadores partir en igualdad de condiciones con los del resto del Estado. Esas ayudas son con las que articulamos Canarias Crea y no sabemos si seguirán. Estamos en un compás de espera.”

- No, no, no.- gritan unos.

- Ánimo, Alberto, que tú puedes.- gritan otros.

ALBERTO DELGADO (consultando unos papeles): Ya que entiendo que hay consenso informo que objetivo number one: tenemos que “lograr la transversalidad que plantea el Plan Canario de la Cultura ya que es indispensable trabajar con otros departamentos del Gobierno para de algún modo coadyuvar a sacar adelante los proyectos. Algunos se mantendrán sin excesivas dificultades, como el Canarias Crea Canarias, que facilita el desplazamiento entre Islas, o los circuitos de teatro y danza.”

- ¿Plan Canario de qué?- preguntan unos.

- ¿Coadyuvar?- se atragantan otros.

ALBERTO DELGADO (llamando al silencio): A callarse, coño, que no he terminado. Me pregunto si “la cultura, con toda la abstracción que reúne el término, puede conjugarse con el pragmatismo empresarial. Para muchos, Estados Unidos y su ley de mecenazgo es la panacea (sacude la cabeza algo mosquiado)”. “Nosotros tendremos que recorrer ese camino durante bastante tiempo. Cuando tengamos una ley de mecenazgo, que no digo que no sea un objetivo, nos costará 20 años que funcione. Además, este Gobierno de Canarias con la cultura nunca ha buscado ganar ningún tipo de influencia (se escuchan algunas risas entre el público). Siempre, repito, siempre hemos atendido a todos los ayuntamientos, a todos los cabildos, y nos da exactamente igual su color político. Y si algo puede superar ese riesgo es la cultura. En el caso de Canarias, el patrocinio público es de obligado cumplimiento: los costes son mucho más elevados que en la Península, y además, la gente está acostumbrada a pagar menos por el producto cultural.”

- Y Paulino, ¿ónde está Paulino?

- Eso, eso.- dicen los culturetas que miran al cielo donde la imagen de Alberto Delgado aparece y desaparece porque hay interferencias.

ALBERTO DELGADO (quitándose las gafas): “Hemos mantenido una larga conversación acerca del complejo momento que vivimos. Pero además, tengo mucho interés en que el presidente se reúna con los representantes del sector, el gabinete de crisis, y explique de viva voz cuál es la senda que quiere buscar el Gobierno. Porque el artífice de lo que hemos conseguido en estos últimos cuatro años es Paulino Rivero. Si él no hubiera estado apoyándonos, esto no hubiera salido adelante.”

- Ohhhhhhh.

ALBERTO DELGADO (visiblemente emocionado se limpia una lágrima que resbala por su ojo derecho): “El salto cualitativo en política cultural ha sido enorme, y por eso me gustaría que la gente se convenciera con argumentos de que los recortes no responden a que el presidente haya cambiado su forma de pensar en cuanto al apoyo a la cultura, no, sino a una crisis muy profunda. ¿Yo hubiera hecho otros presupuestos? Seguro, y lo más probable es que habría metido la pata. Pero está claro que habría realizado un reajuste en el documento mayor del que se hizo, aunque no sé cómo y no sé de dónde”.

- ¡Vaya!- exclama el exaltado.

- Shhhhhhh….- le ordena el resto de culturetas antaño igual de exaltados.

ALBERTO DELGADO (que se coloca las gafas): Y han de saber ustedes que “casi todos los días, e incluso, antes de que comenzara todo este jaleo, pensaba en dimitir. Este trabajo es duro y también hay mucha gente, especialmente en algunos medios de comunicación, que considera que todo es negativo, que todo está mal. Pero ha sido el propio sector cultural el que me ha dicho que no quiere que me vaya. Y eso quizás responda a que me reúno con ellos con mucha frecuencia para intentar consensuar las decisiones más importantes.”

- ¡Malditos periodistas!- gritan los más emocionados.- ¡A la hoguera con ellos!

- No te merecemos.- hablan otros.

- ¡Que ahorquen a los malos periodistas!

- Eso, eso…

- En Canarias volvería a amanecer….- recita un poeta con sospechosa camisa tricolor.

- Todo negativo, todo negativo… Son unas malas bestias, Alberto, no les hagas puto caso… Tú a lo tuyo, como siempre… No te dejes amedrentar por los juntaletras que van de ilustrados.

-Y de iluminados.- añade otra voz.

La imagen de Alberto Delgado se contrae y cuando vuelve a recuperar la forma original ésta carece de sonido. La boca de Delgado se mueve de arriba abajo sin que nadie sepa qué demonios está contando.

- ¿Alguien sabe leer los labios?- pregunta un tipo con gafas y barba bien cortada entre los miembros del gabinete de crisis.

La boca de Delgado continúa moviéndose. El Viceconsejero se encoje de hombros y ríe. Claro que su risa, cristalina como las aguas del Atlántico que bañan las costas de Canarias, no se oye.

- A reírse.- recomienda el de las gafitas y barba bien recortada.- A la de tres: Uno, dos y…

- Hahahahahahahaha…

Alberto Delgado asiente satisfecho y de pronto su imagen se desvanece dejando a  la mayoría de los culturetas con la falsa carcajada en la boca mientras miran mesmerizados el cielo.

La noche oscura vuelve a cernir sobre Canarias.

Y nadie reacciona, ni siquiera el exaltado.

Pero de pronto, en la lejanía, llega en oleadas un eco alentador:

- ¡Se queda!, ¡Se queda!- repite el heraldo que no ha dejado de recorrer las ocho islas dando noticia de la buena nueva.

- ¡Se queda!

- Jajajajajajajaja.- ríe el exaltado.

 (*) Las declaraciones entrecomilladas del viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, Alberto Delgado, están tomadas de una entrevista que publica Diario de Avisos en su edición del 16-I-2012.

NOTA: La imagen que ilustra este post corresponde a una de las tres películas de Fantomas protagonizadas por Jean Marais y mi cordialmente detestado Louis de Funès.

Saludos, visitando San Borondón, desde este lado del ordenador.

¡Larga vida a Lawrence de Arabia!

Lunes, Enero 16th, 2012

La primera vez que me arrastraron al cine para ver Lawrence de Arabia fue gracias a un amigo que sentía –y creo entender que aún siente– verdadera devoción por esta película.

Incluso se vestía de jeque árabe, y como hace Peter O’Toole en una de las escenas del filme, se ponía a bailar con su sombra imagino que con la esperanza de que el viento del desierto le tocara ese pedazo de alma que, inevitablemente, nos arrebata la edad.

La segunda ocasión en la que vi Lawrence de Arabia fue en una abarrotada sesión en el teatro La Granja (¿continuará abierta esta dependencia en la Casa de la Cultura de la capital tinerfeña?) porque siempre hay buenas razones para repescar la cinta de David Lean y porque se trataba, además, de la exhibición, por primera vez en Canarias, del largometraje sin cortes y en rigurosa versión original con subtítulos en español.

Recuerdo que al salir de la sesión, noche cerrada, y a la luz de una farola pero sin disfraz de jeque árabe, me puse a danzar como un derviche mientras buscaba los siete pilares de una sabiduría que, cosas de la vida, tuve ocasión de acariciarlos pero no libarlos mientras deambulaba por un hechizante desierto jordano cuyo celuloide permanece inalterable en mi hoy acribillada memoria.

Con esto quiero decir que Lawrence de Arabia, la película, ocupa un puesto privilegiado en mi disco duro. Y que no me canso de revisarla año tras año, haga frío o calor, en ese mismo dvd en el que reza para papanatas en su carátula: “edición especial para coleccionistas.

¿Coleccionista?

Para mi es uno de esos título que por mucho que lo vea y que por mucho que sepa lo que va a ocurrir en la historia tiene un algo que todavía despierta un entusiasmo que destruye mi ya de por sí característico hartazgo.

Entiéndame: amo esta película.

Entiéndame: amo esta película porque el paso del tiempo no la traiciona y sabe adaptarse a mis cambios de humor. Eso que los cretinos llaman como signo de invisible madurez.

Luego tengo claro que Lawrence de Arabia me pertenece. Y como me pertenece, que ha crecido conmigo.

Con Lawrence de Arabia aprendí que hay películas y no pinículas. O cintas que forman parte de tu pobre existencia. 

Así que algo me da en la nariz que eso es precisamente lo que los que no somos cretinos llamamos arte.

Con todas sus letras.

Lawrence de Arabia es la historia de un hombre que quiso ser dios. También es la historia de un hombre que fue hombre cuando se dio cuenta que no podía ser dios.

He ahí su tragedia mayúscula.

Peter O’Toole está inmenso como Lawrence. Tan inmenso que tras Lawrence de Arabia es imposible que lo vea en otra película sin que deje de pensar que quien está actuando no es O’Toole sino el mismo Lawrence de Arabia buscando gatitas descarriadas o ejerciendo de director de cine

Lawrence de Arabia de David Lean es así un milagro.

Una película redonda que nos enseña que la inocencia, la pureza, está en el desierto.

- ¿Qué te atrae del desierto?- le pregunta sorprendido ese hombre del desierto que hace en la película Omar Sharif.

- Que está limpio.- responde Lawrence/O’Toole.

Son muchas las escenas de esta película que para mi se han convertido en auténticas lecciones de vida.

Recuerdo la de Lawrence/O’Toole apagando con los dedos la llama de una cerilla.

Recuerdo la de Lawrence/O’Toole regresando al desierto para rescatar a un hombre que se ha perdido de la partida en su larga marcha para tomar por la retaguardia la fortificada ciudad de Akaba, a orillas del Mar Rojo y en manos de los turcos.

Lucha contra las tormentas del desierto para rescatarlo y regresa victorioso. Solo para que más tarde, y porque el destino está escrito, se cumpla el destino de quien tuvo que morir abandonado en el desierto.

Recuerdo la de Lawrence/O’Toole entrando en el bar de oficiales con sus dos criados árabes…

Y la de Lawrence/O’Toole cuando sus superiores, unos excelentes Claude Rains y Jack Hawkins, dejan que ese pobre idiota con aires de grandeza crea que está por encima de los intereses de una nación que está forjando imperio. Un imperio del que a su manera intenta sacar provecho para lo que será su país el príncipe Faysal que interpreta un gigantesco Alec Guiness.

Y todo narrado con una épica que, pese a las luces y sombras del personaje iluminado que pierde su inocencia tras caer en manos de los turcos, hace leyenda…

Recuerdo haber visto Lawrence de Arabia en el cine.

Una película larga, larga de verdad.

Recuerdo la obertura de su banda sonora.

Pantalla completamente a oscura mientras suena la inspirada música de Maurice Jarre.

Recuerdo el inicio, el nudo, el intermedio.

Y el final.

Y recuerdo como aplaudo con otros tanto cuando aparece en pantalla The End.

Y me veo aplaudiendo solo en casa volviendo a ver por centésima vez la película.

Lawrence de Arabia, la película, cumple cincuenta años.

-  ¿Por qué te gusta tanto?

- Porque es limpia.- respondo apagando la llama de una cerilla con los dedos.

Saludos, todo está escrito, desde este lado del ordenador.

El sexto hombre (¿ni pies ni cabeza?)

Sábado, Enero 14th, 2012

I.- INTRO

Mientras repaso las cuentas que no tengo nada claras suena el zumbido del móvil que me despista todavía un poco más de los cálculos que hago en mi cabeza: “si 50 más 50 hacen 100, y si de 100 resto 40 para luego dividirlo por tres con la esperanza de multiplicarlo por siete…” Enciendo el teléfono y me lo llevo a la oreja.

Escucho las órdenes de Clara al otro lado. Frases cortas manchadas con una elegante majadería…

- Ok. Ok. Ok.- repito mientras me huelo los dedos y despido con la otra mano la matemática que hasta ese momento me había estado taladrando la cabeza.

- Ok.- concluyo apagando el móvil con la boca repentinamente seca.

II.- CALENTAMIENTO

“Tú puedes”.- me digo a mi mismo mirándome en el espejo del cuarto de baño. Busco entre la pila de ropa una camiseta dibujada por Ike Janacek y los bermudas desteñidos. Me calzó unas zapatillas de deporte y me acaricio la agradable redondez de la barriga.

III.- UNA RADIANTE MAÑANA ESTIVAL

La mañana está cayendo en la capital de muertos vivientes en la que vivo. Me los cruzo por el cine Víctor, también por la Rambla de Pulido mientras enfilo a la plaza de Weyler donde, de pronto, mis gastados pulmones lamentan que a mi cerebro se le encienda el entusiasmo por fumar.

Trago el humo mientras un tipo pasa a mi lado y me conmina a que tire el cigarrillo.

- Te vas a morir.- me grita.- Te vas a morir….- repite.

Pero continuo fumando.

“Tengo cáncer.” Escupe el individuo cuando la mujer que lo acompaña le pide que se calle.

Pero no hay manera.

La mujer entonces le recuerda: “¡Tus buenos cigarrillos te fumaste para que estés así!”

Y luego se gira y me pide perdón.

IV.- LA MISIÓN

Entro en la calle del Castillo dándole todavía vueltas a la cabeza a todo eso cuando llego al Círculo de Bellas Artes donde recorro una exposición con cuadros blancos.

Todos blancos.

Y aprovecho que no hay nadie para subir las escaleras y llegar a lo que antaño fue la cafetería.

Entro y veo que las sillas aún continúan sobre las mesas. En la estantería detrás de la barra del bar descubro una botella de Dorada Pilsen vacía y cubierta de polvo.

Me escondo en lo que fue el cuarto de baño, dejando entreabierta la puerta.

Pasan los minutos, e incluso una hora.

Y pienso que la información de Clara fue por una vez errónea cuando escucho como entra gente en la sala. Me asomo por la rendija que he dejado entreabierta y detecto a cinco personas y a una sexta a la que le hacen reverencias.

“Cómo va la cosa”.- suelta una voz con apreciable y engolado acento peninsular.

“Eso, eso, ¿cómo va la cosa?”.- responde otra con acento de aquí al lado.

Los otros tres que faltan comienzan a ladrar lo mismo: ¿cómo va la cosa?

El sexto personaje, al que no puedo ver, contesta: “No hay suficiente dinero.”

“¡No!”

“Entonces ¡no te olvides de lo mío!” Exclaman a la vez los cinco.

El sexto hombre permanece en silencio.

- Dí argo…- exclama el que tiene acento peninsular.

- No hay dinero.

- Un momento, antes dijo suficiente dinero.- dice el que tiene acento de aquí al lado.

- ¡Qué hay de lo mío!- repiten los cinco otra vez.

Oigo un ¡blam!

Y otro ¡blam!

Y un tercer ¡blam!

El olor de la cordita invade la sala. Tanto, que se desliza por la puerta entreabierta del baño, lo que hace que casi delate mi escondite al entrarme ganas de estornudar.

“Pero, ¿pero qué ha hecho?”.- pregunta el que tiene acento penínsular.

“Resolver la cuestión a mi manera”.- Dice el sexto personaje, de quien solo puedo ver como una de sus manos deja sobre el suelo ajedrezado un revólver de cuyo cañón aún sale una nubecilla de pólvora quemada.

Un charco de sangre se acerca peligrosamente al arma.

“Al cargador le queda una bala y ustedes ya saben como es el juego…”

“Esto es una locura”.- exclama el penínsular y el que tiene acento de aquí al lado.

Se produce un inevitable forcejeo entre los dos para ver quien llega primero al arma.

En la pelea uno da involuntariamente con el pie contra la puerta del baño que se cierra unos pocos centímetros, lo que hace que no vea quien coge primero el revólver.

Click.

Pero ese click resuena como un trueno.

“Esto es una locura”.- dice otra voz, pero es tal su nerviosismo que no atino a detectar su acento.

“Esto es…”

El ¡Blam! penetra en  mis oídos hasta dejarme sordo unos segundos. Cuando el irritante tiiiiiiiiii se va alejando de mis orejas escucho al sexto hombre.

“¡Enhorabuena! Ahora ponte de espaldas. Mirando a la sala… Y el ganador es…”

¡Blam!

El nuevo disparo me hace trastabillar, lo que hace que con todo mi cuerpo mueva la puerta del baño e irrumpa en el bar. Me da tiempo para observar como un tipo rompe el cristal y cae a la sala de exposiciones donde se exhiben los cuadros blancos. Todos blancos.

Con las manos en la cabeza le grito al sexto hombre que no tengo nada que ver con ese asunto.

El sexto hombre retrocede para que no pueda ver su rostro, ahora oculto por las sombras.

Oigo un click.

Y un susurro venenoso que deletrea c-a-r-a-j-o cuando se percata que se ha quedado sin balas.

El tipo decide escabullirse. Oigo como con apresurados pasos baja las escaleras.

Bip, bip

Yo, mientras tanto, en el suelo y con las manos encima de la cabeza. Sin saber muy bien si reír o llorar. Las lágrimas que cubren mis ojos no saben todavía por donde decantarse.

Mi móvil zumba en el bolsillo trasero de los bermudas. Lo cojo entre mis dedos y lo arrastro hasta mi oreja.

Es Clara.

Me pregunta si ya he hecho el trabajo.

Y la verdad es que no sé que responderle. Así que lo tengo muy claro y apago el móvil.

V.- LA ESCAPADA

Mientras llego a la parada del tranvía dos coches de policía cruzan a mi lado.

VI.- LLAMANDO A LAS PUERTAS DE LA PERCEPCIÓN

Mis ojos echan chispas. Repaso el cártel de Labios ardientes para sosegarme. Estoy en casa, razono mientras los nervios comienzan a tranquilizarse. El móvil vibra y solo se me ocurre apagarlo.

VII.- EL GALLO CLAUDIO

En la televisión el gallo Claudio intenta resolverle la vida a un pollo que sabe más de la vida que el gallo Claudio. Me río mientras tomo el cortadito. El camarero limpia con un paño la barra.

- ¿Apago la televisión?- pregunta.

- Ni de coña.- le ruego pidiéndole otro cortadito.

Un tipo se sienta a mi lado.

- Buenas tardes.- dice.

Afirmo con la cabeza.

- Buenas tardes he dicho.

- Nas tarde.- digo cogiendo el cortadito que ha dejado el camarero en la barra.

-Yo soy el gallo Claudio.- cloquea como una gallina el gallo Claudio en la tele.

El zumbido del móvil me hace cosquillas en la nalga izquierda y el tipo que está a mi lado quiere ahora invitarme a algo más fuerte.

“Diga”.- le ladro al móvil.

“Sal inmediatamente de ahí”.- me devuelve con forma de ladrido Clara.

Apago el móvil. Miro de reojo al tipo que tengo al lado.

- Me voy al baño.

- Pida usted algo más fuerte y mande a paseo a la ñora.- sugiere.

- Un ron. No se le ocurra ponerle hielo.- le digo al camarero.

VIII.- ENDE

Pero salgo del bar.

Y aprieto el paso al llegar a la plaza Militar.

Y entonces me huelo los dedos.

Y apestan a cordita.

(*) En la imagen Sean Connery en la película Zardoz  (John Boorman, 1974).

Saludos, kiss, kiss, bang, bang, desde este lado del ordenad

Risas y escalofríos con acento canario (ojo con los ‘guanigeis’)

Jueves, Enero 12th, 2012

Además de Víctor Conde, que es nuestro gran nombre del fantástico nacional, en estas islas desparramadas del Atlántico hay otros escritores adictos a contarnos historias en clave tenebrosa aunque en el caso de Ángel Luis Marrero Delgado empapadas de un sanísimo sentido del humor en las novelas La extraordinaria narración de Peter Pendulum (Colección Arcanum Insulae, Ediciones Idea, 2006)  y El vampiro de La Puñeta (Colección Cajón Desastre, Ediciones Idea, 2009) en las que además de rendir homenaje a Washington Irving, E. T. A. Hoffman, Edgar Allan Poe y H.P. Lovecraft propone también un entretenido itinerario por archipiélago tan aplatanado como en el que vivo.

Marrero Delgado, que está a punto de ultimar su tercera novela, consiguió con sus dos títulos precedentes equilibrar con verdadera pericia de escritor algo tan difícil como humor y terror, con un estilo llano y directo, de fácil digestión en el que se aprecia, sin embargo, sus profundos conocimientos sobre un género como es el de la fantasía en todas sus acepciones y tan maltratado últimamente por esos vampiros adolescentes que quieren renunciar a la carne para convertirse en vegetarianos (¡!) .

Merece la pena leer estas dos piezas escritas sin trascendencias ni innecesarios chirridos, y meterse en el irónico universo que el autor sugiere porque son novelas puras. Puras porque solo quieren generar en el lector sano entretenimiento.

La extraordinaria narración de Peter Pendulum –que incluye sobresalientes ilustraciones del autor– comienza tras el hallazgo, en “alguna oscura y recóndita librería de viejas reliquias” de un lugar indeterminado de Inglaterra, de un manuscrito en el que se cuenta el extraño viaje que inicia su protagonista a una isla de Tenerife que cuenta en uno de sus pueblos con una extraña raza de habitantes que, para los que somos iniciados lovecraftianos, recordarán inevitablemente a los Profundos. Ya saben, aquellos seres mitad hombres y mitad peces que adoraban a unas deidades ominosas y oscuras. Y que en la novela de Marrero Delgado se llaman, no sin cierta sorna, como los guanigeis.

Lo mejor de este libro, sin embargo, no es el encuentro de su protagonista con esta raza mutante sino las descripciones que da a través de sus ojos de una ciudad, como pudo ser Santa Cruz de Tenerife a finales del XVIII, que llaman la atención por su perspicacia y exquisita flema británica.

He aquí algunos ejemplos:

“Preso de una vivísima curiosidad, desesperaba por lanzarme a la aventura por las calles de aquella ciudad desconocida y mezclarme con sus gentes, afamadas por su amabilidad con los extranjeros, incluidos los ingleses.”

“Según las apreciaciones de mi viejo amigo, Santa Cruz había crecido de manera considerable desde la última vez que la visitara (¡no hacía poco tiempo de aquello, nada menos que cuarenta años!), aunque en poco había dejado de ser el ploblezuelo que fuese antaño. Su aspecto, desde luego, distaba mucho de asemejarse al de una ciudad de verdad, pero lo menos que esperaba encontrar en aquella isla era una metrópolis al estilo de las naciones modernas. Su estructura, por lo general desordenada y caótica, recordaba a un villorrio medieval, en apariencia deshabitado por alguna epidemia, pues aun teniendo en cuenta su reducido tamaño, no podría decirse que fuera bulliciosa ni siquiera en la zona portuaria.”

La extraordinaria narración de Peter Pendulum es un libro que hay que entender como una inteligente y brillante reinterpretación de los mitos lovecraftianos, aquellos que aún alimentan el alma de Cthulhu, así como un atractivo cuaderno de viaje escrito, supuestamente, por un caballero británico que, si viviera en nuestros días, descubriría horrorizado que al final los guanigeis tomaron por completo la isla que en aquellos ya lejanos tiempos visitó.

La segunda novela de Ángel Luis Marrero, El vampiro de La Puñeta, mantiene el mismo tono que la primera solo que en esta ocasión su autor está notablemente influenciado por el estilo literario de, entre otros, Washington Irving, para contarnos un extraño caso de vampirismo en un apartado caserío de Anaga (Tenerife), de nombre La Puñeta, y ubicado en el siniestro paraje de La Hoya del Diablo.

En esta historia, más humorística y desenfada que La extraordinaria narración de Peter Pendulum, un enviado del Tribunal del Santo Oficio tendrá la misión –tras muchas y divertidas aventuras–  de descubrir al oscuro personaje que se dedica a drenar de sangre los cuerpos de las señoras y señoritas del lugar.

Son estas dos novelas, reitero, viento fresco para la literatura que en estos momentos se está cocinando en Canarias. Historias que cuentan, precisamente, historias que saben capturar la atención del lector y sorprender al iniciado en los arcanos de las ficciones fantásticas.

Estos títulos deben ser considerados, también, como excelentes ejemplos de lo que puede dar de sí esta tierra cuando sus novelistas apuestan por los géneros con chispeante fondo intelectual y, en el caso de Ángel Luis Marrero Delgado, una extraordinaria capacidad de parodiarlos con todo el respeto del mundo.

Dos novelas, en definitiva, que no están escritas desde el ombligo. Y sí con el corazón y la cabeza.

A la espera de la tercera aventura que nos depara el autor, en la que abandona el territorio fantástico para explorar los límites de la novela histórica –se desarrollará durante el asalto del contraalmirante Horatio Nelson a la capital tinerfeña a finales de julio de 1797–, solo cabe recomendar estas dos pequeñas aportaciones a una literatura canaria que nace con vocación de saltar fronteras.

Saludos, Necronomicón en mano, desde este lado del ordenador.